Las Navidades.... fiestas familiares, jolgorios con amigos, parrandas. Dondequiera que vamos abunda la comida: lechón asado, hallacas, ponche crema, tamales de pollo, dulce manjar blanco, tembleque, morcillas...
Esto es la Navidad para muchas personas. La comida es el foco central de las fiestas navideñas y por eso, rodeados de tentaciones, es muy fácil olvidarnos de comer saludable y hacer ejercicios.
Muchos comenzamos a celebrar las Navidades desde mediados de diciembre y seguimos festejando hasta la venida de los Reyes Magos el 6 de enero, y hasta semanas después. Esto significa que por un mes o más estamos comiendo mucho y haciendo muy poco ejercicio...
Una comida típica navideña americana de 2,000 calorías contiene alrededor de 120 a 150 gramos de grasa, según los Institutos Nacionales de la Salud. Esto es equivalente a comerse una pizza entera de pepperoni o salchichón en una sentada y es más de la grasa que deberíamos consumir en un día. Y eso es sin contar las frituras y dulces típicos que muchos comemos durante las fiestas navideñas. De más está decir que muchas personas aumentan más de unas cuantas libras durante las fiestas.
Es importante seguir una dieta saludable, no sólo en estas fiestas, sino a lo largo del año. Ten presente que no se trata de perder peso durante la Navidad, lo importante es mantenerlo. No te sientas culpable de disfrutar tus comidas preferidas en las Navidades, especialmente porque son una vez al año y son parte de tradiciones familiares y culturales. No es tanto lo que comemos, sino cómo lo preparamos y cuánto comemos.
Recuerda que aproximadamente una tercera parte o menos de nuestro plato de comida debe contener carne u otro alimento de origen animal y los otros 2/3 o más deben contener harinas o granos enteros, frutas y vegetales. Todo, claro está, en cantidades moderadas.
Si quieres disfrutar de las Navidades sin ganar unas libritas de más, sigue nuestros consejos:
- Si vas a una fiesta donde hay comida, come una merienda (snack) antes de salir de tu casa para evitar estar con mucha hambre.
- Socializa más y come menos. No te pares cerca a la mesa de la comida; así evitarás la tentación de comer.
- Usa platos pequeños y sírvete porciones pequeñas. Recuerda que no existen comidas buenas o malas; come tus comidas preferidas, pero usa tu sentido común y come con moderación.
- Bebe más agua y menos bebidas alcohólicas. Recuerda que el alcohol también aporta calorías.
- Come comidas calientes, ya que éstas sacian más que un plato frío. En lugar de una ensalada fría cargada de mayonesa o crema, escoge un vegetal caliente. Mantente caliente tomando una taza de sopa humeante repleta de vegetales y frijoles (habichuelas).
- Escoge las carnes magras y quítale la grasa visible. Las carnes blancas, como la pechuga de pollo y el pavo, tienen menos grasa que las carnes rojas. Si consumes carne de cerdo, evita echarle salsas grasosas y selecciona siempre los cortes magros.
- Modifica tus recetas. Usa ingredientes descremados y bajos en grasa.
- Come liviano al día siguiente de una fiesta.
- Haz un regalo de buena salud. Regala una canasta llena de frutas, vegetales de temporada, frutas secas y tus recetas preferidas.
- Utiliza comentarios evasivos para no comer en exceso, diciendo: "No, gracias, la cena estaba muy rica, pero ya estoy satisfecho(a)".
- No te olvides de hacer ejercicio. Además de mantenerte en forma, también alivia el estrés. Si tienes una rutina de ejercicios, mantenla. Si no la tienes, no esperes hasta el próximo año para comenzar; empieza poco a poco desde hoy mismo. Si se te hace difícil mantener tu rutina, camina más. Sube las escaleras en vez de usar el ascensor y parquea tu carro más lejos para que camines más. Baila más, bailando media hora quemarás 200 calorías.
Recuerda que no es tan importante lo que se come entre Navidad y el Año Nuevo como lo que se come entre el Año Nuevo y la próxima Navidad. ¡Que tengas unas felices y saludables fiestas!
* Dietista