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Celos y estrés, mayor riesgo de Alzheimer

La investigación publicada en la revista Neurology, la revista médica de la Academia Americana de Neurología, sugiere que la personalidad puede influir en el riesgo de presentar Alzheimer y las mujeres de mediana edad que sufren de ansiedad, celos, mal humor y viven en estrés prolongado, tendrían el doble de posibilidades.

Dicha conclusión es resultado del seguimiento durante 38 años de 800 mujeres con una edad media de 46 años. Durante el periodo de estudio se realizaron pruebas de personalidad, se valoro el grado de neurosis y su introversión y extroversión, también se hicieron pruebas de memoria y preguntas sobre el estrés.

| Foto: SHUTTERSTOCK

Los autores del estudio definieron como personalidad neurótica al hecho de perturbarse con facilidad y exhibir rasgos como ansiedad, celos o humor cambiante. Las personas con ese estilo de personalidad son más propensas, dijeron, a expresar culpa, ira, envidia, preocupación y depresión.

Las participantes debían responder si habían experimentado algún periodo de estrés prolongado que durara un mes o más, y se les pidió que evaluaran el estrés en una escala de cero a cinco. Las respuestas de estrés incluían nerviosismo, problemas para dormir, miedos, irritabilidad y tensión.

Los resultados mostraron que las mujeres que eran más ansiosas, celosas y tenían un humor cambiante y experimentaban un estrés duradero tenían el doble de riesgo de sufrir Alzheimer, en comparación con las que tuvieron menos puntuación en esos rasgos.

“Ningún otro estudio ha mostrado que la personalidad en la mediana edad aumentara el riesgo de enfermedad de Alzheimer durante un período de casi 40 años”, destacó, Lena Johansson, quien dirigió la investigación.

¿Cómo podría la personalidad influir en el riesgo de demencia? Al impactar la conducta, el estilo de vida y las reacciones al estrés, factores que afectan a la salud en general, concluyó Lena.

El temible Alzheimer

La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia entre las personas mayores y la que produce una mayor tasa de discapacidad en el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé que su incidencia se triplique en los próximos años debido al aumento de la esperanza de vida. Por este motivo, cualquier avance en la investigación sobre la prevención o el tratamiento del Alzheimer, genera muchas expectativas.

Suele comenzar después de los 60 años y el riesgo aumenta a medida que la persona envejece. Inicia lentamente, primero afecta las partes del cerebro que controlan el pensamiento, la memoria y el lenguaje. Las personas con Alzheimer pueden tener dificultades para recordar cosas que ocurrieron recientemente o los nombres de personas que conocen. Con el tiempo los síntomas empeoran. Las personas pueden no reconocer a sus familiares o tener dificultades para hablar, leer o escribir. Pueden olvidar cómo cepillarse los dientes o peinarse el cabello. Más adelante, pueden volverse ansiosos o agresivos o deambular lejos de su casa. Finalmente, necesitan cuidados totales.

Un informe del Alzheimer’s Disease International señala que demencia afecta actualmente a 44 millones de personas en todo el mundo y la cifra podría aumentar a los 135 millones en el año 2050. Según la Asociación del Alzheimer (Alzheimer's Association), Estados Unidos gastó 200 mil millones de dólares en el tratamiento del Alzheimer y otras formas de demencia en 2012. Si no se logran avances, esa cifra superará el billón de dólares en el año 2050.

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