¿Dolor intenso en la vulva? ¿Hinchazón? ¿Enrojecimiento? ¿Sabes que puedes estar sufriendo de bartolinitis?
¿Qué es?
Las glándulas de Bartolino se encuentran a ambos lados de la abertura vaginal, tienen como función la producción de un fluido para lubricar la vulva y la parte exterior de la vagina, especialmente durante las relaciones sexuales.
Puede suceder que los conductos de estas glándulas se bloqueen y se acumule el fluido, lo que produce la formación de quistes y, en algunos casos, de abscesos.
El absceso de la glándula de Bartolino es una complicación que se presenta cuando el líquido atrapado dentro del quiste se contamina con bacterias y se convierte en purulento. Esta complicación es llamada bartolinitis.
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¿A quiénes afecta?
La bartolinitis aqueja aproximadamente al 2% de las mujeres, según estudios citados por la Academia Estadounidense de Médicos de Familia (AAFP). Y sobre todo a mujeres jóvenes. Los abscesos son casi tres veces más comunes que los quistes.
Un estudio de casos encontró que las mujeres blancas y negras tienen más probabilidades de desarrollar quistes o abscesos de Bartolino que las mujeres hispanas.
La involución gradual de las glándulas de Bartolino puede ocurrir cuando una mujer alcanza los 30 años de edad. Esto puede explicar la presencia más frecuente de los quistes del conducto de Bartolino y los abscesos de las glándulas durante los años reproductivos, especialmente entre los 20 y 29 años.
Según avanza la edad, como las hormonas bajan, hay menos secreciones y entonces menos oportunidades de que se produzcan los quistes o abscesos.
Síntomas
Si se presenta un quiste y es pequeño, tiende a pasar inadvertido porque, además de no ser fácilmente visible o palpable, también es indoloro en la mayoría de los casos. Cuando el quiste crece más allá de 0.39 pulgadas de diámetro (1 cm), la mujer puede notar la aparición de un pequeño bulto en uno de sus labios menores.
A diferencia del quiste, el absceso causa síntomas intensos. El dolor, hinchazón, enrojecimiento y calor son las principales características del cuadro. La fiebre no es tan frecuente y solamente se produce en aproximadamente el 20% de los casos.
¿Por qué ocurre?
La bartolinitis se puede dar por la presencia de bacterias en la entrada de la vagina. Si estas bacterias llegan a los conductos de las glándulas de Bartolino se inflaman, entonces no pueden expulsar las secreciones taponándose, y al no vaciarse, se infecta hasta la misma glándula y se produce un absceso.
Tratamiento
De manera opuesta al quiste, que suele ser asintomático y no requiere tratamiento específico, el absceso de la glándula de Bartolino, habitualmente, requiere intervención médica.
Si el absceso es pequeño y poco doloroso, la lesión puede tratarse con baños de asiento regulares con duración de 15 minutos, 3 a 4 veces al día. Este procedimiento ayuda en el drenaje espontáneo del pus. Aún cuando el baño de asiento no es suficiente para tratar el absceso, ayuda en el alivio de los síntomas.
En la mayoría de los casos, sin embargo, el absceso necesita una intervención médica, como el drenaje quirúrgico. Este procedimiento se realiza con una incisión simple.
Si después de un tratamiento exitoso la paciente vuelve a presentar recurrencia del absceso, puede realizarse una técnica alternativa llamada marsupialización. Se hace un corte, se abren las orillas de la glándula, se toma el ducto, se lo limpia y se lo ayuda a drenar para que quede abierto.
Si la técnica de marsupialización falla, y la paciente vuelve a presentar episodios de bartolinitis, la solución final es una cirugía para la extirpación de la glándula de Bartolino. Raramente es necesario utilizar este recurso más radical.