¿Cómo sé si tengo VIH?

De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina, el VIH son las siglas del Virus de Inmunodeficiencia Humana, el cual mata o daña las células del sistema inmunológico del organismo.

Con el Obamacare muchos pacientes con VIH ya no quedarán en el olvido debido a que esta ley prohíbe a las compañías de seguros que nieguen cobertura si se padece una condición preexistente.

De acuerdo con el Instituto de Educación del Paciente, unas 33 millones de personas en el mundo portan este virus. En Estados Unidos, cerca de 1,2 millones son seropositivos, pero parte de ellos no conoce su condición. Y los hispanos representan el 20% de las nuevas infecciones anuales.

Muchos pacientes con VIH no presentan signos sino hasta que pasan varios años. Algunas señales pueden ser: ganglios linfáticos hinchados, diarrea, fiebre, tos intensa, falta de aire o pérdida de peso involuntaria. Conforme la condición avanza, podrían aparecer nuevo síntomas y empeorar los existentes.

El test más común, conocido como Elisa, para saber si portas el VIH es el que determina la existencia de anticuerpos contra ese virus en la sangre, la orina o las secreciones de la boca. Los resultados de esta prueba pueden obtenerse al cabo de unos días.

Esta prueba permite detectar el VIH en la sangre de una persona al cabo de 9 días de contraer la infección, antes de que el organismo produzca anticuerpos detectables contra el virus. Este examen se sugiere cuando hay muchas posibilidades de infección reciente.

Si a ti lo que te da miedo es ir al consultario esto te puede servir. OraQuick es la primera prueba casera para el VIH-1 y el VIH-2 aprobada por la Food and Drug Administration (FDA). A través de un hisopo bucal que no requiere sangre puedes hacerte la prueba. En 20 minutos podrás tener resultados.

En años pasados, los estadounidenses con VIH a menudo tenían dificultades para encontrar una compañía de seguros dispuesta a hacerse cargo de su condición, de hecho, según la Kaiser Family Foundation sólo el 13% de las personas con VIH estaban cubiertas con un seguro privado en 2010.

Se calcula que más del 40% de los estadounidenses con VIH accedieron a su seguro médico a través del programa Medicaid en 2010. Una de las ventajas de esta reforma es que busca ampliar esta cobertura. Así, más personas con VIH podrán tener los cuidados necesarios.

En virtud del Obamacare, se quitarán algunas restricciones, por ejemplo, las personas con VIH ya no tienen que tener esta afección en un nivel avanzado para poder calificar a la cobertura de Medicaid, como era antes.

Con el objetivo de prevenir esta afección, el Obamacare también contempla pruebas gratuitas del VIH, ya que, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), el 20% de la población no sabe que tiene este virus.

Además de las coberturas oficiales, las personas que compren seguro médico a través del nuevo mercado tendrán más posibilidades de pagar su tratamiento farmacológico para su padecimiento, de hecho, hay planes de salud ajustados para cualquier tipo de bolsillo.

En 2010, $30 millones de dólares del fondo del Gobierno de EU fueron otorgados a los CDC para actividades de prevención del VIH, incluidas las nuevas inversiones en materia de vigilancia y pruebas de VIH en poblaciones de alto riesgo.

Las personas que viven con VIH pueden beneficiarse de los medicamentos debido a que éstos limitan o retrasan la destrucción del sistema inmunitario, mejoran la salud y reducen la capacidad de transmitirlo, aseguran los CDC.

Según los CDC, esta afección se transmite principalmente por tener sexo sin protección con una persona que tiene VIH, compartir agujas o jeringas en la preparación de drogas, o nacer de una madre infectada.

Según los CDC, ahora se puede vivir con este virus por muchos años, incluso décadas, sin desarrollar sida. Esto es posible gracias a los cócteles de tres drogas que comenzaron a utilizarse a fines de los años 90.

Cuando el VIH avanza a las etapas finales, se considera que la persona desarrolló la enfermedad conocida como sida. Las personas que lo padecen corren un riesgo más alto de enfermarse, y sus cuerpos tienen menos capacidad para combatir las infecciones que las personas con VIH.

Cuando se desarrolla sida, las consecuencias son graves. Algunos pacientes mueren poco tiempo después de habérseles diagnosticado la enfermedad, mientras que otros pueden vivir algunos años más. Por fortuna las personas viven más a medida que hay mejores tratamientos.

En la actualidad no hay una vacuna para evitar el contagio de este virus, ni una cura para el sida. El Instituto de Educación al Paciente sugiere no compartir agujas ni jeringas, no practicar sexo sin protección, no compartir cuchillas de afeitar ni cepillos de dientes y evitar el contacto con sangre de otras personas.

Toda prevención es necesaria. Aunque hay grandes avances de la ciencia para combatir el VIH, se siguen reportando más de 35,000 casos de sida cada año en el país, y más de 14,000 muertes a causa de complicaciones por esta enfermedad.