A pesar de ser un éxito mundial, de poseer gran fama y poderío económico, la cantante estadounidense Taylor Swift es quizás una de las celebridades más inseguras de la farándula.
Esto lo confesó en una entrevista para el periódico The Sunday Times, donde además dijo sentirse como la misma chica tímida que fue en sus años de adolescencia. “Mi confianza en mí misma ha sido siempre muy, muy pequeña. Todavía tengo problemas de inseguridad, y mi sentido extremo del ridículo sigue estando ahí”.
De acuerdo con Swift, uno de los grandes temores a los que todavía se enfrenta en la actualidad tiene que ver con ciertas situaciones que compartió con algunas de sus compañeras en sus años de escuela.
“Cualquier aspecto importante de mi vida ha estado relacionado siempre con la música. Eso conseguía llenar la falta de aceptación en el colegio o el hecho que no tuviera amigos porque nadie más era capaz de identificarse con la manera en la que yo amaba la música. Creo que todos pensaban: ‘Es una pesada por pensar que puede dedicarse a ese mundo’. Incluso aunque nunca presumiera de ello”, agregó.
Aunque todos en nuestra vida hemos experimentado ciertas dosis de miedo, este sentimiento en exceso puede llegar a ser sumamente destructivo. Por ejemplo, ir a un examen o a una cita a ciegas normalmente causarían cierto nerviosismo y ansiedad, pero en ciertos extremos, pueden incluso ser paralizadores. Esto ocurre cuando ya se es víctima de una fobia.
Parte del origen de este problema se puede remontar a un hecho traumático de la infancia o adolescencia en donde, frente a un estímulo determinado se afecta a la mente y cuerpo mediante un temor fuerte e irracional de algo que representa poco ningún peligro real, indica la Asociación Americana de Psiquiatría.
Entre algunos de los síntomas que puede experimentar una persona que prácticamente convive con el miedo día con día se encuentran tener pánico, ansiedad, taquicardias, falta de aire, temblores, ganas de salir corriendo, náuseas y mareos.
Es por esto, que cuando el miedo se ha salido de control, lo mejor sea buscar ayuda. Para ello, la Biblioteca Nacional de Medicina, considera que la psicoterapia suele ser muy efectiva. Dicho tratamiento puede ir de la mano con algunos medicamentos para controlar la ansiedad.
Por otra parte, la terapia cognitiva y la conductual también han demostrado ser eficaces en el tratamiento de los trastornos de ansiedad. Las técnicas de relajación y respiración, de igual forma, funcionan muy bien para ayudar a pacientes con miedos dominantes a salir adelante. Lo importante, al final, es que el paciente descubra qué es lo que desencadenó la fobia y pueda afrontarla.
Si te sientes solo ante este problema, habla con alguien de tu entorno. Siempre recuerda el criterio básico para llamar al médico y pedir ayuda cuando te des cuenta que tu fobia está dificultando tus relaciones con los demás, tu trabajo y te impida disfrutar de actividades que antes solías disfrutar.
