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Latinos, en mayor riesgo de enfermedad renal crónica

La enfermedad renal crónica consiste en el desgaste progresivo de los riñones, el cual puede darse debido a la edad o a causa de otros problemas de salud, como la diabetes, la obesidad o la hipertensión.

"Los riñones funcionan como filtros del cuerpo, facilitando la eliminación de diversas toxinas y desechos a través de la orina; sin embargo, cuando fallan, esas toxinas se acumulan en el organismo, ocasionando varios daños a la salud", explica la Dra. Maria Ferris, del Programa de Educación Nacional sobre la Enfermedad de los Riñones (NKDEP, por sus siglas en inglés).

Latinos, en mayor riesgo de enfermedad renal crónica
| Foto: THINKSTOCK

Puntos clave

Si no se atiende a tiempo, la enfermedad renal crónica elevaría el riesgo de ataque cerebral, anemia, enfermedades en los huesos, desnutrición y ataque cardíaco; de hecho, se estima que padecer enfermedad renal es tan peligroso como tener un infarto. Además, si el problema avanza, puede derivar en fallar renal, que haría necesarios una diálisis o un trasplante

De acuerdo con cifras del NKDEP, en el país cerca de 20 millones de personas padecen enfermedad renal crónica en algún grado, y se estima que casi uno de cada 10 casos corresponde a los latinos, una de las comunidades más afectadas por este mal.

“Los hispanos tendrían hasta dos veces más riesgo de desarrollar enfermedad renal crónica, en comparación con una persona blanca no latina”, puntualiza la Dra. Ferris. “Esto se debería en gran medida a que en esta comunidad son más comunes los problemas como la diabetes, la obesidad y la hipertensión, principales causas de la enfermedad renal”.

Asimismo, la Dra. Farris destaca que a esto se suman otros factores socioculturales que elevarían aún más el riesgo de los latinos: “La población hispana en el país no suele conocer la enfermedad renal crónica ni su gravedad, lo que ocasiona que se realicen menos exámenes de detección y que comiencen el tratamiento más tarde; eso por no mencionar las complicaciones que algunos de sus miembros tienen para acceder a los servicios de salud”.

Debido a esto y a que que los casos de este mal entre los hispanos se han elevado en un 70 por ciento desde el año 2000, la Dra. Ferris subraya la importancia de llamar la atención de la comunidad latina sobre la enfermedad renal crónica.

"Los hispanos no sólo son más propensos [a la enfermedad renal], sino que conforman una de las comunidades que más rápido ha crecido en los últimos años, por lo que es importante brindarles la atención adecuada”, puntualiza.

Con este objetivo, las autoridades sanitarias han empezado a implementar acciones para acercarse a los latinos; de hecho, el propio Programa de Educación Nacional sobre la Enfermedad de los Riñones, impulsado por los Institutos Nacionales de Salud, ha lanzado un sitio en español para difundir información y materiales pensados para los latinos.

Los pasos siguientes en esta estrategia incluyen entrenar a los médicos y educadores de salud que trabajan en las comunidades hispanas para que puedan informar a sus pacientes sobre la enfermedad renal crónica; asimismo, se pretende hallar canales culturalmente adecuados para llevar información sobre este mal a los latinos del país.

Empieza por ayudarte

Para evitar o reducir el riesgo de enfermedad renal crónica, la Dra. Ferris recomienda llevar una dieta saludable, baja en sodio y rica en vegetales y frutas; además, destaca la importancia de mantener un colesterol controlado, realizar ejercicio y perder peso, de ser necesario.

Aun los pacientes con diabetes o hipertensión pueden prevenir este problema: “Seguir el tratamiento adecuadamente y hacerse exámenes con frecuencia ayudaría a los pacientes de diabetes e hipertensión a reducir su riesgo e incluso prevenir la enfermedad renal crónica”, destaca la Dra. Ferris.

La enfermedad renal no presenta signos ni síntomas al inicio, sino hasta que ha empezado a hacerse grave, esto provoca que los exámenes tempranos sean de especial importancia.

Para conocer el estado de salud de los riñones se realizan dos pruebas: una de sangre, conocida como filtración glomerular, que identifica qué tan bien están filtrando los riñones la sangre, y una de orina, en la que se busca la presencia de albumina, una proteína que indica problemas en el funcionamiento renal.

Estos exámenes serían recomendables para los adultos mayores de 20 años, especialmente si padecen alguno de los factores de riesgo: diabetes, hipertensión, obesidad o antecedentes de problemas renales.

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