Unos investigadores exploran nuevos medios no adictivos de luchar contra el dolor

JUEVES, 3 de agosto de 2023 (HealthDay News) -- Una nueva investigación muestra que un medicamento experimental, sintonizado con una vía específica del dolor, puede aliviar el dolor postquirúrgico, un hallazgo que podría en algún momento ofrecer una alternativa a los opioides, que son altamente adictivos.

La pastilla, conocida por ahora como VX-548, se dirige a un canal de sodio en particular que solo se activa en los nervios periféricos sensoriales del cuerpo, donde ayuda a transmitir las señales de dolor al cerebro. La idea es que inhibir el canal podría aliviar el dolor sin unos efectos secundarios sistémicos graves, lo que incluye al riesgo de adicción y abuso asociado con los opioides.

Unos investigadores exploran nuevos medios no adictivos de luchar contra el dolor

En un ensayo temprano, los investigadores encontraron ciertas evidencias promisorias de que el fármaco puede aliviar el dolor postquirúrgico.

Entre 577 pacientes que se sometieron a una cirugía de juanetes o a una cirugía plástica de abdomen, los que recibieron la dosis más alta de VX-548 experimentaron un mayor alivio del dolor en las 48 horas posteriores, en comparación con los que recibieron pastillas de placebo. Y los efectos secundarios, sobre todo dolor de cabeza y estreñimiento, fueron más bien leves.

Los hallazgos, que se publicaron en la edición del 2 de agosto de la revista New England Journal of Medicine, no son la última palabra sobre el fármaco. Un ensayo en fase 3 en curso está comparando la efectividad del VX-548 con la de un analgésico opioide estándar.

"Pero estos hallazgos son un importante paso adelante para mostrar la prueba de principio", aseguró el Dr. Stephen Waxman, profesor de neurología y neurociencia de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale.

Waxman, que no participó en el ensayo, escribió un comentario que se publicó con los hallazgos, y ofrece un resumen de la ciencia que respalda al fármaco experimental.

"Los canales de sodio son las baterías moleculares que permiten a las neuronas [células nerviosas] comunicarse", explicó Waxman.

El concepto de bloquear los canales de sodio para interrumpir la señalización del dolor no es nuevo ni exótico. La novocaína común funciona de esta forma, aclaró Waxman.

Pero la novocaína, y medicamentos similares como la lidocaína, son "no selectivos" en el bloqueo de los canales de sodio. Si se administraran en forma de pastilla, afectarían a los canales de sodio de forma indiscriminada, incluso a los que se encuentran en el corazón y el cerebro. Entonces, los medicamentos se administran mediante inyección, en el área donde se necesita alivio del dolor.

No hace tanto, nadie sabía que había canales de sodio que solo actuaban en los nervios periféricos sensoriales. Pero, dijo Waxman, el descubrimiento de múltiples genes de los canales de sodio planteó la posibilidad de que hubiera canales de este tipo. En este momento, los científicos han identificado a tres: 1.7, 1.8 y 1.9.

El nuevo medicamento, que está siendo desarrollado por Vertex Pharmaceuticals, con sede en Boston, se dirige al canal 1.8.

Para ver si esto se traduce en alivio del dolor agudo, el Dr. James Jones y sus colegas de Vertex y varios centros médicos de EE. UU. realizaron dos ensayos: uno incluyó a 303 pacientes que se sometieron a una abdominoplastia (una cirugía estética del abdomen). Tras la cirugía, se les asignó al azar para que recibieran el VX-548 (a una dosis alta o moderada), un opioide estándar (hidrocodona más acetaminofén) o pastillas de placebo durante 48 horas.

En el otro ensayo participaron 274 pacientes que se sometieron a cirugías para juanetes. También fueron asignados al azar a tomar VX-548 (en una de tres dosis), hidrocodona/acetaminofén o un placebo durante 48 horas.

En general, solo la dosis más alta del fármaco resultó mejor que las pastillas de placebo, al reducir las puntuaciones de intensidad del dolor de los pacientes en un mayor grado a lo largo de los dos días.

El ensayo no se diseñó para evaluar al VX-548 en comparación con hidrocodona/acetaminofén, pero hubo ciertas señales positivas, aseguró el Dr. Mark Wallace, un especialista en medicina del dolor de la Universidad de California, en San Diego.

Una es que el fármaco experimental pareció provocar menos efectos secundarios, escribe Wallace en un segundo editorial que se publicó con el estudio. Y menos pacientes que tomaron VX-548 lo descontinuaron porque no funcionaba, en comparación con los pacientes que tomaron opioides.

Pero Wallace advierte que se pueden sacar unas "conclusiones limitadas" sobre los efectos analgésicos del fármaco, en comparación con los opioides. Describió al estudio como una "exploración temprana de una nueva y emocionante clase de fármacos en un campo difícil".

Ante la crisis actual de opioides, un analgésico efectivo con un potencial bajo de adicción sería bienvenido. Basándose en el mecanismo de acción, apuntó Waxman, no se prevería que el VX-548 fuera adictivo.

Sin embargo, también enfatizó que falta mucha investigación. Esto incluye a unas preguntas más amplias, por ejemplo si dirigirse a más de un canal de sodio periférico podría ser más efectivo para aliviar el dolor.

Y aunque el estudio más reciente se enfocó en el dolor postquirúrgico, hay otras formas de dolor difíciles de tratar.

Un vocero de Vertex dijo que la compañía inició un ensayo temprano del VX-548 para el dolor neuropático. Este es el dolor provocado por el daño nervioso, por ejemplo la neuropatía diabética.

Waxman apuntó que la necesidad de nuevas terapias para el dolor neuropático es "grande", y que se debe estudiar a los canales de sodio periféricos como objetivos para el tratamiento. Pero cualquier terapia de este tipo sería para el futuro.

"Siento confianza en que tendremos una nueva clase de analgésicos no adictivos", añadió Waxman. "Pero conllevará cierto tiempo".

Más información

La Clínica Cleveland ofrece más información sobre la gestión del dolor tras una cirugía.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Stephen Waxman, MD, PhD, professor, neurology and neuroscience, Yale School of Medicine, New Haven, Conn.; New England Journal of Medicine, Aug. 3, 2023

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