Una aspirina de dosis baja al día sube las probabilidades de sangrado cerebral, sin bajar el riesgo de ACV

 Durante años, los adultos mayores tomaban una aspirina de dosis baja al día para evitar un primer ataque cardiaco o accidente cerebrovascular (ACV). Ahora, otro estudio muestra que, para la mayoría, el riesgo no vale la pena.

En específico, los investigadores encontraron que el riesgo de un sangrado cerebral mientras se usa una aspirina de dosis baja supera a cualquier beneficio potencial contra el ACV en los adultos mayores relativamente sanos, es decir, los que no tienen antecedentes de enfermedad cardiaca o ACV.

Una aspirina de dosis baja al día sube las probabilidades de sangrado cerebral, sin bajar el riesgo de ACV
| Foto: HEALTHDAY

De hecho, entre más de 19,000 adultos mayores del estudio, los que tomaban una aspirina de dosis baja durante varios años no mostraron ninguna reducción en el riesgo de ACV isquémico (el tipo que es provocado por un coágulo sanguíneo).

Pero sí tenían un riesgo un 38 por ciento más alto de sangrado en el cerebro, frente a los pacientes del estudio que recibieron pastillas de placebo con fines de comparación.

Los expertos dijeron que los hallazgos concuerdan con las más recientes recomendaciones sobre la aspirina de dosis baja: la mayoría de las personas sin un historial de enfermedad cardiovascular, lo que incluye a la enfermedad cardiaca o al ACV, deberían prescindir de ella.

"Lo que está cada vez más claro es que la aspirina no está indicada para la mayoría de las personas con fines de prevención primaria", señaló la Dra. Anum Saeed, una cardióloga que no participó en el estudio.

La "prevención primaria" se refiere a la prevención de un primer ACV o ataque cardiaco.

Los nuevos hallazgos no aplican a las personas a quienes les han recetado aspirina porque ya tienen un historial de estas afecciones, enfatizó Saeed, profesora asistente del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh y miembro del Consejo de Prevención del Colegio Americano de Cardiología (American College of Cardiology, ACC).

El Dr. Mitchell Elkind, director clínico de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association, AHA), afirmó que aunque el estudio se enfocó en los adultos mayores, los hallazgos también respaldan lo que se recomienda a las personas más jóvenes.

"Son coherentes con las recomendaciones actuales de las sociedades de profesionales, entre ellas la AHA, de que la mayoría de los individuos no deben tomar aspirina para la prevención primaria", enfatizó Elkind, que no participó en el estudio.

Durante años, con frecuencia se aconsejaba a los adultos de mediana edad y mayores que tomaran una aspirina de dosis baja al día, para reducir el riesgo de formación de coágulos sanguíneos con el potencial de provocar un ataque cardiaco o ACV. Siempre se ha sabido que la aspirina conllevaba un riesgo de sangrado interno, en el estómago o, lo que es más preocupante, en el cerebro. Pero se creía que los beneficios superaban al riesgo en la mayoría de las personas.

Sin embargo, en los últimos años, grupos médicos como el ACC y la AHA han cambiado sus recomendaciones. Las medidas se basaron en nuevas evidencias que mostraban que, en las personas sin una enfermedad cardiaca preexistente, el equilibrio del riesgo versus los beneficios ha cambiado.

Hoy en día, las personas fuman menos y tienen la presión arterial y la diabetes bajo un mejor control, en comparación con hace unas décadas. Muchas también toman estatinas, que reducen el riesgo de ataque cardiaco y accidente cerebrovascular. Entonces, la necesidad de la aspirina se ha reducido.

Esto también significa que el riesgo de sangrado es ahora una mayor amenaza.

Los nuevos hallazgos, que se publicaron en la edición del 26 de julio de la revista JAMA Network Open, provienen de un análisis de un ensayo clínico que se había reportado antes. Incluyó a más de 19,000 adultos de a partir de 65 años. A más o menos la mitad los asignaron al azar a tomar una aspirina de dosis baja (de 100 miligramos al día), mientras que los demás recibieron un placebo.

A lo largo de los cuatro a cinco años siguientes, los usuarios de aspirina tuvieron más probabilidades de sufrir un sangrado en el cerebro: poco más de un 1 por ciento lo sufrieron, frente a un 0.8 por ciento de los usuarios del placebo. Y no hubo ningún beneficio a cambio. Las tasas de ACV isquémico fueron similares entre ambos grupos: de un 1.5 por ciento entre los usuarios de aspirina, y de un 1.7 por ciento en el grupo del placebo.

Elkind apuntó que el consejo de "evitar la aspirina" podría tener ciertas excepciones: si una persona tiene de 40 a 70 años, y se considera que tiene un riesgo alto de ataque cardiaco o ACV, y un riesgo bajo de sangrado, quizá se pueda tomar la aspirina en cuenta.

Las personas podrían tener un riesgo alto debido a, por ejemplo, unos antecedentes familiares fuertes, o a una puntuación alta en una prueba de calcio coronario, que indica una acumulación de placas en las arterias.

"La palabra clave es rutina", observó Elkind. "La aspirina no se debe considerar de rutina ni de bajo riesgo, y todo paciente se debe evaluar de forma individual según su constelación específica de factores de riesgo y tendencia de sangrado".

Saeed enfatizó que, para las personas que ya toman una aspirina de dosis baja, es importante que no la dejen por su cuenta. Hable con el médico sobre por qué se la recetaron, y si debe continuar, planteó.

Geoffrey Cloud, profesor de neurociencia de la Universidad de Monash en Melbourne, Australia, y el Dr. Jeff Williamson, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Wake Forest en Winston-Salem, Carolina del Norte, dirigieron el estudio.

Más información

La Asociación Americana del Corazón ofrece más información sobre la aspirina.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Anum Saeed, MD, assistant professor, medicine, University of Pittsburgh Medical Center, and member, Prevention Council, American College of Cardiology, Washington, D.C.; Mitchell Elkind, MD, MS, chief clinical science officer, American Heart Association, Dallas, and professor, neurology and epidemiology, Columbia University Irving Medical Center, New York City; JAMA Network Open, July 26, 2023, online

Comparte tu opinión