De acuerdo a palabras del fiscal interviniente en la causa, Jack Whelan, el enfermo, Richard Plotts, de 49 años, estaba molesto por el hecho de que el hospital prohibía la portación de armas y ese podría haber sido el motivo que desató el tiroteo que terminó con la vida de una trabajadora social de 53 años.
Sea cual fuere la historia, la víctima fatal, Theresa Hunt había acompañado al paciente a una cita con el Dr. Silverman en un centro de atención en crisis al sudoeste de Filadelfia.
“Cuando la trabajadora fue abatida, (Silverman) se agachó detrás del escritorio para evitar ser baleado”, expresó Whelan. “Pudo llegar a su arma, y dándose cuenta de que era una situación de vida o muerte, pudo entablar un intercambio de fuego con el acusado”.
Las autoridades coinciden en que el médico actuó en defensa propia e intentan explicar los detalles del caso, pero más allá de eso surge la pregunta sobre el tema de la seguridad en los centros de atención de pacientes psiquiátricos.
¿Profesionales en riesgo?
Una encuesta del Departamento de Justicia estadounidense asegura que entre los años 2005 y 2009 se produjeron casi 56 mil crímenes violentos contra los psiquiatras, y reveló que los profesionales de la salud mental tienen cuatro veces más probabilidades de ser víctimas de violencia que el resto de los trabajadores.
La decisión de ir armado a trabajar del Dr. Silverman es algo que las autoridades se preguntan porque si bien ese hecho ha salvado la vida del doctor, las autoridades hospitalarias aseguran que el tema de la seguridad en los centros de salud mental debe evaluarse.
Tanto enfermeras, trabajadoras sociales y en general todos los profesionales de la salud mental están en un riesgo mayor que el resto de los trabajadores, pero en el tema hospitalario existen muchos cuestionamientos sobre las medidas de seguridad, sobre la falta de camas de internación, sobre la seguridad en general y un tema muy delicado, como es la prevención y el tratamiento de enfermos mentales.
"Los hospitales no quieren tener una reputación de ser un campo de batalla al estilo lejano oeste, por lo que los episodios de inseguridad son muchas veces minimizados y mantenidos en silencio", explica el doctor William Dubin, jefe del departamento de psiquiatría de la Escuela de Medicina de la Universidad Temple, quien ha investigado y escrito varias publicaciones sobre el tema.
La prevención
Sin embargo, tampoco se trata de ir a trabajar armado, opinan algunos expertos. "No podemos pensar en ir armados a trabajar...La violencia es una de las características de las enfermedades mentales, para eso esta el trabajo de diagnóstico del psiquiatra para prever el riesgo e indicar las medidas de contención adecuada para que esto no suceda. Una de las estrategias es aumentar las dosis de medicación en caso de sospecha de conducta violenta, internarlo e incluso rehusar a atenderlo si el paciente no colabora con las medidas, se impone un límite", explica el Doctor Daniel Navarro, psiquiatra argentino que trabaja hace más de 20 años en un centro de salud mental con pacientes graves.
Por otra parte, los profesionales de la salud mental en general, están entrenados o deberían estarlo para reconocer si un paciente puede convertirse en violento, pero hay patologías como la paranoia que son complicadas para detectar porque el paciente maneja muy bien su rutina y esconden sus síntomas, advierten los especialistas.
"Hay pacientes que más que un tratamiento ambulatorio quizás necesitan una internación...Hay que evaluar los antecedentes del paciente, estudiar el caso, porque suele ocurrir con pacientes paranoicos, que se sienten perseguidos, suelen ocultar bien sus síntomas, y reaccionan con violencia, suelen engañar a quien lo evalúa", agrega.
Sin embargo, son pocos los casos en que los ataques son fatales. Según estadísticas del Departamento de Trabajo, entre el 2005 y el 2009 20 trabajadores de salud, entre los que se incluían psiquiatras, fueron asesinados en sus lugares de trabajo.
Las autoridades agregan que otro de los problemas es que en los hospitales existen detectores de metales ni cámaras de seguridad en las oficinas de los médicos.
Por su parte, la Oficina de Administración de Salud y Seguridad Ocupacional ha recomendado una serie de medidas de seguridad sobre el tema que incluyen los detectores de metales, el tener escritorios de enfermería cerrados y protegidos, el tener varias vías de salida, espejos curvos de visión amplia en los pasillos, muebles adheridos al suelo en las salas de tratamiento en crisis entre otras cosas.
