Cuando uno se imagina a un hombre de 95 años piensa en una persona encorvada, frágil, tal vez de cabellos blancos o bastón. Pero no hay nada más lejos de eso si se trata de Kazim Gürbüz.
En una entrevista de agosto de 2015 que concedió al diario turco Daily Hurriyet, Gürbüz explica que su secreto para mantenerse joven es hacer ejercicios para mantener la flexibilidad y seguir una dieta basada en lo que él llama “súper alimentos”. También aconseja levantarse de la mesa con hambre. 
Come preferentemente aceitunas, abundante miel de castaño, que asegura que es muy rica en vitamina C, minerales y polifenoles . También consume frijoles pintos, té de hierbas, pimientos rojos y sopa, y hace décadas que no come carne porque considera que “envenena el cuerpo y te va matando”.
Gürbüz nació en 1920 la provincia de Adana (al sur de Turquía), en una familia de agricultores de 11 hermanos. A los 41 años se rompió la espalda en un accidente automovilístico y los médicos le dijeron que no iba a volver a caminar. Su cuerpo quedó sin reacción de la cintura para abajo e incluso su masculinidad “se murió”, como el mismo revela.
Pero en lugar de aceptar el diagnóstico, le pidió a sus amigos que le caminaran por la espalda y le golpearan la columna vertebral para “volver a poner las cosas en su sitio”. El procedimiento combinado con elongación, meditación y ejercicios de yoga, si bien fue poco ortodoxo, parece haber surtido efecto ya que a los 9 meses logró volver a caminar.
Hacer yoga tuvo un impacto importantísimo en su vida ya que se convirtió en instructor, lo practica todos los días e incluso publicó un libro. También presume de su vida sexual, ya que asegura que puede tener 5 orgasmos al día.
Lejos de creer en milagros, puede ocurrir que los médicos hubieran errado con el diagnóstico, y que la lesión no fuera tan seria. Pero Kazim prefiere decir que su “método” y el poder de su cerebro fueron los responsables de su milagrosa recuperación. Para él, una mente bien dirigida puede llegar a regenerar músculos, reconstituir el sistema nervioso ¡e incluso vivir 100 años!
Kazím se queja de la forma en que se vive hoy, en edificios sin ventanas, con aire acondicionado, sin aire fresco ni sol. Y también lamenta que se pase tanto tiempo frente a las computadoras. Por su parte trata de estar siempre en movimiento, esquía en invierno y aprovecha el agua de mar en verano, también hace caminatas y trata de estar mucho al sol, al que considera su fuente de energía.
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