Philip Seymour Hoffman era un “alma torturada”

A cinco meses del fallecimiento del actor Philip Seymour Hoffman, sus memorias siguen siendo recordadas por varios de sus compañeros, como el cineasta holandés Anton Corbij, quien lo evocó como un ser muy vulnerable.

“Podría describir a Philip como una alma torturada. Había en él algo que hacía pensar que le dolía existir en ese momento”, comentó al periódico Reforma.

Philip Seymour Hoffman era un “alma torturada”
Getty Images | Foto: GETTY IMAGES

El actor estadounidense fue encontrado sin vida en su apartamento de Nueva York el 2 de febrero de 2014. Según reportes de la policía local, el intérprete murió de una sobredosis de heroína, lo cual abrió las sospechas de que estaba pasando por una fuerte depresión.

Cuando las autoridades hallaron a Philip, la fotografía no era nada agradable, el artista de 46 años tenía una aguja colocada en su brazo y junto a él había cincuenta bolsas de heroína y cocaína.

Esta depresión había sido advertida por varios de sus colegas, incluyendo a Corbij, quien además destacó su calidad dentro de los escenarios. “Pero era un actor tremendo. Era bueno más allá de lo imaginable. Estoy muy agradecido de que haya aceptado trabajar conmigo en el 'thriller' A most Wanted Man”, agregó.

Dicha película, que se estrena el 25 de julio en el país permitirá ver una vez más al talentoso actor, quien interpreta a Günter Bachman, un espía que se encarga de investigar en una comunidad islámica varios hechos terroristas. También recuerda un atentado que marcó la vida de muchos estadounidenses, como el de las torres gemelas.

“Esta película no es ágil, pero lidia con el mundo que nos dejó el 9/11, que cambia tan espantosamente rápido y es muy polarizado”, añadió el cineasta.

Ver de nuevo a Hoffman en la pantalla seguramente significará un deleite para varios de sus seguidores, pero también posiblemente les transmita una lección de vida.

Y es que, a lo largo de varios años, el actor luchó contra fuertes adicciones a causa de distintos problemas que poco a poco lo fueron hundiendo hasta caer en una fuerte depresión, un problema que presenta uno de cada diez americanos.

Algunos de los síntomas abarcan un estado de ánimo irritable, pérdida de placer en actividades habituales, dificultad para conciliar el sueño, cansancio y falta de energía, sentimientos de inutilidad, odio a sí mismo y culpa, problemas para concentrarse, inactividad, así como pensamientos repetitivos de muerte y suicidio.

Desafortunadamente, este tipo de problemas puede arrastrar a otro tipo de complicaciones, que si no son tratadas pueden llevar a la muerte. Seguramente, Tallulah, Cooper y Willia, sus hijos, habrían deseado que su padre hubiera puesto más atención en sus problemas emocionales.

La psicoterapia y los antidepresivos pueden ayudar a salir a flote de los momentos de aflicción, estrés o desánimo. También el mantener contacto con otras personas es importante para evitar este problema.

Con información de la Biblioteca Nacional de Medicina.

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