¿Podría el Alzheimer originarse en los intestinos?

JUEVES, 15 de junio de 2023 (HealthDay News) -- Las personas con unos marcadores tempranos de la enfermedad Alzheimer en el cerebro también presentan cambios en las bacterias intestinales, encuentra un nuevo estudio, lo que apunta a una forma potencial de identificar a las personas en riesgo de demencia, y quizá incluso de tratarlas.

Los expertos aclararon que faltarían años para cualquier prueba o tratamiento de este tipo.

¿Podría el Alzheimer originarse en los intestinos?

Pero los hallazgos, que se publicaron en la edición en línea del 14 de febrero de la revista Science Translational Medicine, amplían las crecientes evidencias que vinculan al microbioma intestinal con el Alzheimer.

Este término se refiere a los billones de bacterias y otros microbios que viven en los intestinos, y que tienen un rol esencial en la digestión y en muchas otras funciones corporales, desde las defensas inmunitarias hasta producir vitaminas, compuestos antinflamatorios e incluso sustancias que pueden influir en el cerebro.

Una explosión de la investigación en los últimos años ha observado los vínculos entre el microbioma intestinal y varias afecciones de la salud, entre ellas la enfermedad cardiaca, la depresión y enfermedades cerebrales degenerativas, como el Parkinson y el Alzheimer.

La pregunta es si ciertos perfiles de microbioma intestinal, es decir, una abundancia de unas bacterias "malas" en particular o una escasez de otras "buenas", podrían contribuir a estas enfermedades.

Estudios anteriores han encontrado que el microbioma intestinal de los pacientes con Alzheimer tiene un aspecto distinto al de otros adultos mayores.

Ahora, el nuevo estudio muestra que estas diferencias son aparentes en la fase "preclínica" del Alzheimer. Este es el periodo en que dos proteínas, la amiloide y la tau, se están aglomerando de forma anómala en el cerebro, pero la persona todavía no sufre síntomas de demencia.

"Observamos cambios en el microbioma en un momento bastante temprano de la enfermedad", señaló el Dr. Beau Ances, uno de los investigadores principales del estudio.

Esto no prueba que las alteraciones en el microbioma en realidad ayuden a provocar el Alzheimer, apuntó Ances, que es profesor de neurología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, en St. Louis. Es posible que el proceso de la enfermedad en el cerebro provoque los cambios en los intestinos.

Pero si el microbioma intestinal es un factor "causal", aseguró Ances, esto abriría posibilidades para el tratamiento del Alzheimer temprano: ¿Podrían los probióticos o los implantes fecales de donantes sanos usarse para cambiar el perfil pro Alzheimer en el microbioma, y la trayectoria de la enfermedad?

Las respuestas a estas preguntas conllevarán años de investigación, aseguró Robert Vassar, director del Centro Mesulam de Neurología Cognitiva y Enfermedad de Alzheimer de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad del Noroeste, en Chicago.

Pero los nuevos hallazgos "añaden de forma significativa a esta historia", dijo Vassar, que no participó en el estudio.

"Hace cierto tiempo que se sabe que hay cambios en el microbioma intestinal de los pacientes con Alzheimer", señaló. "No sabíamos si esto ocurría antes que los síntomas".

Los investigadores realizaron el descubrimiento al analizar muestras de heces de 164 adultos, de 68 a 94 años, que estaban inscritos en estudios sobre la salud en su universidad. Todos se habían sometido a imágenes del cerebro y a punciones lumbares para obtener muestras del líquido cefalorraquídeo, además de pruebas de la cognición (la memoria y las habilidades de pensamiento).

Aunque todo el mundo en el grupo tenía una cognición normal, alrededor de un tercio mostraron una acumulación anómala de amiloide y tau en el cerebro.

Y los investigadores encontraron que ese grupo en general tenía un microbioma intestinal que era distinto que el de los demás participantes, en términos de las especies de bacterias que portaban y algunas de las funciones que estas bacterias realizaban.

¿Por qué los microbios intestinales tendrían algo que ver con una enfermedad del cerebro?

Todavía no está claro del todo, pero tanto Ances como Vassar apuntaron a la inflamación crónica, que se cree que tiene un rol clave en muchas enfermedades, entre ellas el Alzheimer. Los depósitos anómalos de proteína en el cerebro afectado por el Alzheimer parecen crear un estado inflamatorio crónico, comentó Vassar.

Ciertas bacterias intestinales segregan ácidos y compuestos que pueden adelgazar, y filtrarse a través de, el revestimiento de los intestinos, creando un "intestino permeable", apuntó Ances. Es posible que los compuestos inflamatorios de los intestinos lleguen al cerebro y ayuden a fomentar la inflamación en ese órgano.

La investigación con ratones de laboratorio apunta a que el microbioma intestinal podría ser un buen objetivo para terapias contra el Alzheimer temprano: por ejemplo, manipular las bacterias intestinales de ratones con una enfermedad cerebral parecida al Alzheimer puede reducir los depósitos amiloides.

Pero falta mucho para cualquier terapia con humanos.

"Todavía nos falta mucho trabajo en este campo", aseguró Vassar. Esto incluye averiguar exactamente cuáles bacterias intestinales son nocivas, y cuáles podrían ayudar a proteger al cerebro.

Incluso sin pruebas de que las bacterias intestinales estén provocando problemas, de cualquier forma podrían ser útiles en la búsqueda de un diagnóstico más temprano del Alzheimer, planteó Ances. En algún momento, quizá sea posible utilizar una simple muestra de heces para identificar a las personas con un riesgo más alto de la enfermedad.

Por ahora, dijo Vassar, hay formas de que las personas respalden la salud del cerebro.

Enfatizó que, "en general, lo que es bueno para el corazón es bueno para el cerebro".

Esto incluye una dieta baja en alimentos procesados, carne roja y azúcar, y más cercana al estilo de alimentación mediterránea: mucho pescado, verduras, granos ricos en fibra, y grasas "buenas" de fuentes como el aceite de oliva y los frutos secos.

Un ejercicio regular y un sueño suficiente también son esenciales, enfatizó Vassar. El ejercicio tiene unos beneficios cardiacos y vasculares que todo el mundo conoce, anotó, pero la actividad física (y dormir bien de noche) también podría ayudar a que el cerebro elimine la amiloide con una mayor eficiencia.

Más información

La Asociación del Alzheimer (Alzheimer's Association) ofrece consejos para respaldar la salud del cerebro.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Beau Ances, MD, PhD, professor, neurology, Washington University School of Medicine in St. Louis; Robert Vassar, PhD, director, Mesulam Center for Cognitive Neurology and Alzheimer's Disease, Northwestern University Feinberg School of Medicine, Chicago; Science Translational Medicine, June 14, 2023, online

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