Estar congelado hasta la muerte le salvó la vida

Justin Smith, de McAdoo, en el condado de Schuylkill, Pensilvania, caminaba por un sendero nevado una noche de febrero de 2015, cuando tropezó y cayó.

El joven de 25 años quedó tendido y la nieve comenzó a caer sobre su cuerpo, en pocas horas moriría congelado. Así lo encontró su padre 12 horas después, con el rostro completamente azul y sin pulso; su temperatura corporal era menor de 20 grados Celsius (68 grados Fahrenheit).

Estar congelado hasta la muerte le salvó la vida
Getty Images | Foto: GETTY IMAGES

El padre de Justin llamó a su esposa para informarle lo peor, su hijo estaba muerto, y luego llamó a emergencias.

Mientras tanto, cubrieron el cuerpo sin vida de Justin con una sábana y la policía del estado comenzó a trabajar en la investigación de la muerte.

"Todos los indicios nos llevaban a creer que él había estado muerto por una cantidad considerable de tiempo", dijo el Dr. Gerald Coleman, del Lehigh Valley Hospital- Hazleton, en Pensilvania, pero ordenó a sus colaboradores que comenzaran una reanimación cardiopulmonar urgente (RCP), porque para él “Usted no está muerto hasta que esté caliente y muerto" declaró a Standard-Speaker.

Aunque parecía inútil, pues el joven no tenía pulso ni presión arterial, la RCP se realizó en forma normal. Y milagrosamente, a los pocos minutos de iniciada, Justin volvió a la vida ante la sorpresa de todos. 

Ahora, a casi un año de la tragedia, organizó una conferencia para contar su caso y agradecer públicamente a Coleman por salvarle la vida.

El congelamiento puede salvar vidas

La supervivencia de Smith es parte de una nueva corriente de vanguardia en la medicina de emergencia. Gracias al congelamiento, en algunos hospitales se está salvando a pacientes víctimas de disparos, ataques cardíacos y lesiones graves en la médula, o a bebés prematuros que están muy graves, y los descongelan paulatinamente cuando están en mejores condiciones. Claro que en este caso, el congelamiento no fue provocado por los médicos sino accidental.

En algunos casos, como el de Smith, el congelamiento puede salvar la vida. Cuando el cuerpo se enfría a un ritmo adecuado y durante un lapso de tiempo determinado, las células en estado de letargo no requieren tanto oxígeno, el corazón se desacelera y la respiración se detiene, y esto es peligroso pero aún no es mortal. Estas personas están en un estado de animación suspendida, aparentemente muertas pero no de una forma irreversible, según un artículo de The Washington Post, donde Smith narra su historia.

Si la persona congelada es descubierta antes de que el corazón deje de latir, y el médico comienza inmediatamente una RCP, como lo hizo Coleman, se puede salvar la vida. 

En EE.UU. el congelamiento o hipotermia inducida se utiliza para reanimar a pacientes bajo ciertas condiciones físicas y de tiempo en algunas instituciones hospitalarias, pero el país no cuenta con directrices oficiales sobre la práctica. 

Mientras tanto, las universidades de medicina y hospitales comparten públicamente sus experiencias sobre la técnica.

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