Un equipo internacional de investigadores liderado por la Escuela de Medicina de la Universidad Duke en Durham, Carolina del Norte, Estados Unidos y de la Universidad Nacional de Singapur realizó pruebas en cultivos celulares y en ratones para comprobar cómo reaccionaban en presencia de la cafeína las grasas almacenadas en las células hepáticas de estos roedores que habían sido alimentados con una dieta rica en grasa.
Los resultados divulgados en la edición de septiembre de la revista Hepatology, publicación de la Asociación Americana para el Estudio de Enfermedades Hepáticas (AASLD por sus siglas en inglés) revelaron que la cafeína estimula la metabolización de lípidos almacenados en las células del hígado y disminuye la condición de hígado graso en ratones alimentados con una dieta rica en grasa.
Puntos clave
- Cuatro tazas de café o té pueden ayudar a prevenir el hígado graso.
- La cafeína estimula la metabolizacfión de lípidos almacenados en las células del hígado.
- La acumulación de grasa en el hígado puede provocar inflamación, cicatrices y lesiones hepáticas.
"Este es el primer estudio detallado del mecanismo de acción de la cafeína sobre los lípidos en el hígado y los resultados son muy interesantes", dijo el Dr. Paul Yen, profesor asociado e investigador quien fue el líder del estudio en un comunicado.
"El café y el té son tan comúnmente consumidos y la idea de que pueden ser terapéuticas, sobre todo porque tienen la reputación de ser malo para la salud, es especialmente instructivo”, añadió.
Más sobre el hígado graso
De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, el hígado es el órgano más grande dentro del cuerpo y uno de los más importantes. Tiene muchas funciones, incluyendo la transformación de los alimentos en energía y la eliminación del alcohol y las toxinas de la sangre. El hígado también produce bilis, un líquido amarillo verdoso que ayuda a la digestión.
La enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD, por sus siglas en inglés) es una acumulación de grasa en el hígado. La acumulación de grasa en el hígado puede provocar inflamación, cicatrices y lesiones hepáticas permanentes.
Existe una amplia gama de factores que pueden aumentar el riesgo de tener NAFLD, incluidos determinados medicamentos y trastornos genéticos. Los factores de riesgo más comunes de la NAFLD son la obesidad, la diabetes y los niveles altos de colesterol.
Cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelan que en todo el mundo hay al menos 400 millones de adultos obesos, de los cuales el 80% padecen de NAFLD.
El Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos afirma que este problema es la primera causa de daño hepático en esa nación y la tercera causa de enfermedad hepática en el ámbito mundial.
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