El psicólogo y sociólogo español, Josep Marc Laporta, afirma que la disciplina vital, en su justa medida, es uno de los principales antídotos contra el estrés y la vida acelerada de las sociedades contemporáneas. Pero ese problema parece tener fácil solución: una existencia ordenada y metódica puede devolver el bienestar y conducir a una vida prolongada.
Tanto el orden como el desorden, según indica el psicólogo Guillermo Ballenato, son conductas aprendidas, sobre todo por imitación, aunque ningún científico ha dado con un hipotético gen que explique la mayor o menor capacidad organizativa de cada persona. Advierte, en todo caso, que la educación y el aprendizaje son el único modo de alcanzar disciplina y orden.
El cerebro te da señales
Tanto el orden como el desorden, según indica el psicólogo Guillermo Ballenato, se inculcan desde tres frentes: “Firmeza, coherencia y seguridad, y siempre con un adecuado entrenamiento”. Pero siempre será mejor apostar por el orden. De hecho, el cerebro deja pequeñas alarmas en tu vida que te recuerdan la importancia de ordenar cada aspecto de tu vida, no solo tu casa.
Cuando tu entorno está desordenado, la ropa regada encima de la cama, los platos sucios, acumulados en el fregadero; o los juguetes de los niños en cada rincón de la casa, lo más probable es que te sientas irritado y frustrado. El estrés que te produce el desarreglo puede derivar en dolor de cabeza y tensión…
La falta de organización y el desorden constante también pueden provocar sentimientos de impotencia, desesperanza y derrota, sin mencionar los altos niveles de cortisol, la hormona del estrés. Recuerda, además, que el “estrés tóxico” te hace envejecer rápidamente, y afecta a casi todos los tejidos y órganos de tu cuerpo.
Los armarios repletos de ropa sin arreglar, los cajones desorganizados y las facturas sin ordenar no solo son molestos a la vista, también hacen que aumenten tus niveles de ansiedad y angustia. Aunque prefieres huir a la cama para dormir, la postergación de la limpieza no te permite descansar.
El ser desorganizado en varios ámbitos de la vida puede propiciar el incumplimiento de plazos, olvidar citas importantes, retrasar entregas lo que genera un círculo vicioso de postergación. El posponer interminablemente implica un gran desgaste que puede activar emociones negativas como la culpa, la angustia, la frustración e incluso la depresión
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Un primer paso
El entorno físico en el que pasas la mayor parte del tiempo afecta muchas veces la forma en que piensas y sientes. Organizar es la primera tarea que te permitirá después abordar otros cambios en tu vida. En primer lugar porque tu energía necesita de espacios ordenados y renovados para fluir libremente. En segundo lugar, el caos externo suele ser resultado del desorden interior y se produce por acumular sentimientos como el temor o el desánimo.
El cuerpo es inteligente e intuitivamente rechaza todo aquello que lo perturbe. El caos externo suele ser resultado del desorden interior y se produce por acumular sentimientos desagradables, como el temor o el desánimo. Por eso la primera alarma suele ser la necesidad de poner en orden todo lo que te rodea con la intención de que tu mente también lo haga. Es más sencillo realizar primero un cambio externo para después hacerlo a nivel interno.
El orden del entorno que frecuentas: casa, trabajo, promueve en ti una mayor paz interior. De hecho, Marie Kondo, autora del best-seller mundial La magia del orden, afirma que una casa ordenada es el primer paso hacia la felicidad. Un ambiente ordenado e iluminado puede proporcionarte una mayor sensación de bienestar y comodidad que un entorno descuidado.
A medida que comienzas a poner orden en tu casa generas, sin darte cuenta, pensamientos agradables porque comienzas a reflexionar sobre lo que te hace feliz, lo que te preocupa y lo que te molesta. Entonces, comienzas a separar aquello que realmente no es importante y lo separas de lo que sí es verdaderamente esencial. Así te deshaces de objetos que te recuerdan alguna experiencia que no quieres mantener en tu vida, de todo lo que sea negativo.
Mejor es la experiencia
La Universidad Estatal de San Francisco publicó un estudio que demostraba que lo que te hace verdaderamente feliz no es acumular cosas, sino tener experiencias. No es fácil llegar a la conclusión de desechar lo que no usas o no sirve. La japonesa Marie Kondo aconseja: “Creo que deberíamos rodearnos únicamente de aquello que nos trae felicidad”. Si algo no te hace feliz, no dudes en botarlo.
Libre y responsable
La psicóloga española Alicia López Fez señala que en orden o en desorden, el ser humano necesita guardar con celo ese espacio vital exclusivo donde trabaja, y a la vez construye su vida y forja su identidad. Por eso, en su justa medida: “Ser meticuloso (si no se convierte en manía) trasciende a nuestra vida, nuestras prioridades, nuestras ideas y nuestro proyecto personal. Conduce a que la persona sea más libre, responsable y madura”, concluye-
