Este contenido ha sido archivado y puede no estar actualizado
11 cambios que te protegen de un ataque cerebral
Por HolaDoctor
-
La enfermedad que habría matado a la madre de Thalia
A unas semanas de ser madre por segunda vez, Thalía recibió una de las peores noticias que puede recibir una hija: su madre, Yolanda Miranda Mange, falleció subitamente en su casa de México por un derrame cerebral, según reveló Mitzy, diseñador y amigo personal de la familia.
Cada 40 segundos, alguien en el país sufre un ataque cerebral, también llamado accidente cerebrovascular. Se trata de la tercera causa de muerte, según la Asociación Americana del Corazón. Nuevas directrices de expertos indican qué hacer para prevenir esta emergencia que puede ser fatal o discapacitante.
Un ataque cerebrovascular ocurre cuando se bloquea el flujo de sangre en las arterias que nutren el cerebro (el 80% de los casos), o cuando ocurre una hemorragia en el cerebro mismo o en las membranas que lo rodean (el 20%), indica la National Stroke Association. La mayoría de los factores de riesgo de estos ataques son prevenibles.
La hipertensión daña los vasos sanguíneos que se pueden obstruir o reventar, aumentando el riesgo de un accidente cerebrovascular. Asegúrate de chequear tu presión al menos una vez cada dos años, y con más frecuencia si eres mayor de 50 o tienes antecedentes familiares de hipertensión, aconseja la Asociación Americana de Accidentes Cerebrovasculares.
En el país, se comienza a tomar la presión como rutina en el chequeo médico que se le hace a los niños a los 4 años. En ellos la presión normal roza los 90 de máxima y 50 de mínima. Sí, provoca una sonrisa ver cifras tan bajas... que pueden volverse letales en la adultez si superan los 140/90.
Disminuir el consumo de sal es el primer paso hacia una presión arterial saludable. Un peso adecuado también la mantiene a raya. Algunas personas necesitan tomar diuréticos para equilibrarla. Otros, medicación diaria. Tu médico sabrá indicarte el mejor tratamiento, que varía persona a persona.
El colesterol malo (o LDL) es una sustancia grasosa que se acumula en las arterias y las obstruye, lo que eleva el riesgo de un ataque, explica la Biblioteca Nacional de Medicina. Las personas mayores de 35 años deben realizarse exámenes periódicos para medir sus niveles de colesterol, y tal vez antes si hay antecedentes en la familia.
Una dieta libre de grasas saturadas es esencial para bajar el colesterol. También hay que evitar las llamadas grasas trans -los ácidos grasos no saturados- que se encuentran en snacks, aperitivos salados, galletas y otros alimentos hechos con aceites hidrogenados. Basta de comida chatarra.
Un estudio realizado en 2004 en 90,000 personas con enfermedad cardíaca y otros factores de riesgo de accidentes cerebrovasculares comprobó que el consumo de estatinas, nombre que se le da a un grupo de medicamentos que baja el colesterol, reducía el riesgo de ataques cerebrales en un 21%.
Según explica la National Stroke Association, cuando la sangre tiene alto contenido de glucosa, los vasos sanguíneos se van dañando al punto que puede ocurrir un ataque cerebral. Los adultos, y los jóvenes con antecedentes familiares, deben hacerse un examen para determinar si se está en riesgo de diabetes al menos cada dos años.
La aspirina es un anticoagulante que puede prevenir estos ataques, pero no es recomendable para todos porque también puede causar sangrado gastrointestinal. Consulta con tu médico ya que, en bajas dosis, actúa como un medicamento protector.
La fribilación atrial, una afección cardíaca que se puede detectar a través de las pulsaciones, también puede generar coágulos que migren al cerebro y provoquen un ataque. La Asociación Americana del Corazón recomienda que el médico tome la presión del paciente en cada consulta. Hay medicamentos que controlan esta condición y reducen el riesgo de ataques en más del 60%.
Si una de las dos arterias carótidas que están situadas a cada lado del cuello resultan bloqueadas, puede reducirse el flujo de oxígeno al cerebro y ocurrir un ataque. Las personas que sufren un estrechamiento severo de estas arterias pueden considerar una cirugía de stent, por la cual se inserta un globo en la arteria, para mantenerla abierta.
Los Institutos Nacionales de Corazón, Sangre y Pulmón sugieren tener una dieta DASH (Dietary Approach to Stop Hypertension), que indica que no debes consumir más de 1,500 mg de sodio al día. Difícil, pero posible.
Un estudio clínico que evaluó el consumo de frutas y verduras comprobó que con cada ración adicional diaria se puede llegar a reducir el riesgo de ataque cerebral en un 6%. Otra investigación que analizó a 88,000 mujeres por dos décadas observó que aquéllas que siguieron una dieta sana bajaron su riesgo de ataque en un 18%.
Los adultos físicamente activos tienen un riesgo entre 25 y 30% más bajo de padecer un accidente cerebrovascular. Házte espacio en tu agenda diaria para al menos caminar o andar en bicicleta unos 30 minutos. Todo ejercicio aeróbico es bienvenido.
La Asociación Americana de Accidentes Cerebrovasculares explica que el exceso de grasa, especialmente alrededor del abdomen, sube la presión arterial, los niveles de colesterol malo y de diabetes tipo 2, todos factores de riesgo de un ataque cerebral. Un estudio entre 900,000 adultos mostró que cuatro puntos por encima de la masa corporal normal implica un aumento del riesgo de 40%.
Beber en exceso aumenta el riesgo de ataque cerebral hasta en un 64%. Este peligro aumenta muchísimo inmediatamente después de una borrachera. Sin embargo, beber con moderación puede reducir el riesgo de un accidente cerebrovascular.
Ya se sabe lo malo que es el cigarrillo. Pero no está de más recordar que eleva la presión arterial, promueve el sedentarismo, la formación de placas arteriales y los coágulos, indica la National Stroke Association. Es decir, abre la puerta a un ataque cerebral. Pero tú puedes cerrarla.