La Organización Panamericana de la Salud (OPS) anunció el martes 21 de septiembre la selección de dos centros para el desarrollo y producción de vacunas ARNm en América Latina.
Los seleccionados para este proceso, que busca hacer frente a la COVID-19 y a futuros desafíos relacionados a las enfermedades infecciosas en Latinoamérica, son el Instituto de Tecnología en Inmunobiológicos de la Fundación Oswaldo Cruz (Bio- Manguinhos / FIOCRUZ), en Brasil, y la empresa biofarmacéutica del sector privado Sinergium Biotech, en Argentina, que se asociará con la compañía biotecnológica mAbxience, perteneciente al mismo grupo (Insud).
La decisión de elegir a ambos centros se dio a conocer durante el encuentro "Transferencia de tecnología para la producción de vacunas de ARNm en las Américas". La convocatoria fue anunciada en abril y atrajo a una treintena de empresas e instituciones científicas latinoamericanas.
Tanto Bio-Manguinhos como mAbxience cuentan con una amplia experiencia en la producción de distintas vacunas, incluida la fórmula contra la COVID-19 de Oxford/AstraZeneca.
Según los evaluadores, esto permitirá, junto al aporte técnico de la OPS/OMS y de la comunidad de expertos que apoyan el proyecto, la transferencia exitosa de la tecnología ARNm para el desarrollo de vacunas.
"Solo mediante la acción colectiva, trabajando hombro a hombro, podemos reducir la vulnerabilidad frente a la pandemia", señaló Carissa Etienne, directora de la OPS.
Los retrasos en la producción de vacunas han hecho que muchos países de Latinoamérica sigan esperando las dosis que compraron hace meses. Esto, sumando a la distribución desigual de las vacunas, dificulta que muchos de estos países alcancen el objetivo de vacunación de 40% de la población, establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El continente americano ha sido el más afectado a nivel global por la pandemia, registrando hasta la fecha 87.6 millones de casos de COVID-19 y más de 2.16 millones de muertes, según informa la OPS.
Actualmente, no se conocen precisiones sobre la escala de producción o los tiempos que demandará la fabricación de las vacunas ARNm por ambos centros.
¿Qué es una vacuna ARNm?
La vacuna de ARN mensajero (vacuna ARNm) consiste en aplicar un cojunto de "instrucciones" (ARNm) para que las células del cuerpo aprendan a producir una porción de una proteína del virus, llamada proteína S.
Tras la vacunación, se comienzan a producir las partes de la proteína S, que finalmente se presentan en la superficie celular. El sistema inmunitario reconoce que esa proteína no debería estar en nuestro cuerpo y produce anticuerpos y linfocitos T para combatirla.
Esto permite que, ante una infección en el futuro, los anticuerpos y linfocitos T sean capaces de reconocer a las proteínas S del virus (SARS-CoV-2) y destruirlo.
Después de entregar las instrucciones, el ARNm que se provee con la vacuna se degrada inmediatamente. Nunca ingresa al núcleo de las células, donde se almacena nuestro ADN. Pfizer-BioNTech y Moderna utilizan este tipo de tecnología.
¿Cómo se desarrolla una vacuna?
Las distintas fases de desarrollo de las vacunas, según informa la OPS, son las siguientes:
- Fase preclínica: se usan sistemas de cultivos de tejidos o de células, y pruebas en animales, para obtener resultados sobre la tolerancia a la vacuna y su capacidad para provocar respuestas inmunitarias. Estos hallazgos determinarán su futura implementación en investigaciones en humanos.
- Fase I: se testea una vacuna nueva en un pequeño número de personas, (alrededor de 100) para evaluar inicialmente su seguridad y efectos biológicos, incluida la inmunogenicidad.
- Fase II: Aquí se busca estudiar la seguridad de la vacuna, capacidad inmunógena, dosis y método de administración. Se testea con un grupo más grande de personas que en la fase anterior (entre 200 y 500).
- Fase III: suele ser el paso anterior a la aprobación de la vacuna. Aquí se evalúa la seguridad y eficacia involucrando a cientos o miles de personas de uno o varios países. Las pruebas son aleatorias y doble ciego, e involucran la vacuna experimental que se prueba contra un placebo.
- Fase IV: son estudios que ocurren tras la aprobación de una vacuna en uno o varios países, y su objetivo es reconocer como esta funciona a gran escala. Se evalúa efectividad y monitorean efectos adversos.
¿Por qué es necesario vacunarse?
La vacunación masiva genera lo que se llama una inmunidad colectiva, es decir, a mayor cantidad de personas vacunadas, mayor es la protección contra el virus.
La vacunación protege al vacunado, protege a otros, y logra que la circulación del virus se debilite, porque deja de encontrar organismos a los que infectar.
Las vacunas disponibles contra la COVID-19 protegen hasta un 95% y más de contraer el coronavirus y desarrollar la enfermedad.
La información existente hasta el momento, producto de las investigaciones científicas, muestra que, si la persona se vacuna y de todas formas se infecta, tendrá un menor riesgo de desarrollar una forma grave de la enfermedad.
Esto se debe a que la vacuna contiene sustancias que actúan neutralizando la acción de una proteína que ayuda al coronavirus a infectar el cuerpo humano. Además, al inmunizarse, el cuerpo se queda con un suministro de linfocitos T y linfocitos B que recordarán cómo combatir a este virus en el futuro.
Si bien las vacunas pueden causar efectos secundarios, como dolor en el brazo y algo de fiebre, esto significa que han empezado a actuar en el organismo, y es una señal de que el cuerpo está desarrollando inmunidad.
Fuentes consultadas: Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Organización Mundial de la Salud (OMS), Organización Panamericana de la Salud (OPS), Portal oficial del Estado argentino.