El seguro de vida para organizar tu retiro: cinco claves

A medida que se acerca la edad de la jubilación, todos queremos tener la mayor calidad de vida y disfrutar de los años de retiro sin pasar apuros económicos. Los diferentes modelos de pensión de jubilación sirven para eso: para que no tengas que sufrir por el dinero en esos últimos años de vida.

Y en esos planes cada vez juega un papel más importante el seguro de vida. Utilizar las pólizas de vida para organizar una hoja de ruta que permita diseñar un retiro lo más cómodo posible es una estrategia muy utilizada hoy en día. En este artículo te explicamos los cinco puntos clave para emplear tu seguro de vida como soporte de tu jubilación.

El seguro de vida para organizar tu retiro: cinco claves
| Foto: GETTY IMAGES

Cinco claves para organizar el retiro con tu seguro de vida

Comprar un seguro a término

Hay muchas formas de utilizar el seguro de vida para mejorar la situación económica durante la jubilación. Una de las más sencillas es contratar un seguro permanente y emplear el valor en efectivo que genera para disponer de una renta extra o de una solución para un problema de liquidez puntual.

Sin embargo, esta solución no parece la más inteligente para muchos expertos. En realidad, para una persona que ya está planteándose la jubilación o ya está jubilada, lo más interesante sería comprar un seguro a término. Con un seguro a término o temporal, se puede disponer de una cobertura para la pareja o la familia y, de paso, ahorrar una gran cantidad de dinero, porque estos seguros son mucho más baratos que los permanentes.

Y ese dinero que no se gasta en el seguros permanente se puede emplear para fortalecer la posición económica. Para ello, se pueden tomar varias medidas. Por ejemplo, crear un fondo de emergencia con dinero suficiente para pagar los gastos de la familia durante un periodo de tres o cuatro meses.

También se puede utilizar ese dinero ahorrado en contratar un seguro de incapacidad que sirva como protección en caso de enfermedad grave. Y, por último, se puede invertir ese remanente de dinero en productos financieros que generen ganancias.

Convertir tu seguro en una renta vitalicia

Si el seguro de vida está en vigor desde antes de llegar a la jubilación, se puede, convertir el seguro en una renta vitalicia y disfrutar de la cobertura en forma de útiles pagos mensuales.

La mayoría de las pólizas de seguro cuentan con un mecanismo de conversión que se denomina sección 1035. Utilizando ese recurso, puedes transformar tu seguro de vida en una pensión que irás cobrando periódicamente. Es perfecto para personas que ya no tienen a nadie dependiendo de ellas y pueden prescindir de la cobertura del seguro de vida y utilizar ese dinero de otra forma. Una ventaja importante es que la compañía dosifica la cobertura y la va entregando en el modo en que más te convenga.

Y si quieres recuperar todo tu dinero de golpe y utilizarlo de otra forma, puedes rescatar la póliza. Dejarás de tener cobertura, pero contarás con un dinero en efectivo para utilizarlo como consideres.

Cuidados de larga duración: contrátalos con tu seguro de vida

Los seguros de vida tienen a menudo beneficios que se disfrutan en vida, sin esperar a que el fallecimiento de la persona asegurada libere la indemnización o cobertura. Esos beneficios pueden ser de varios tipos, como ayudas en caso de desempleo, enfermedad o incapacidad.

Alguna de estas prestaciones está especialmente diseñada para ayudar a las personas de más edad en etapas como la jubilación. Se trata del beneficio de cuidados médicos de larga duración y permite utilizar una parte del dinero de la cobertura para costear atención a domicilio durante esos años de la vida. Si llega un momento en que requieres servicios y cuidados especializados, puedes solicitar al seguro de vida una cantidad para pagarlos.

De esta forma, la cobertura de tu seguro de vida se verá reducida, pero no tendrás que utilizar tus ahorros o recurrir a la deuda para costearte esos cuidados.

Para optar a este tipo de beneficio, tienes dos vías posibles. Una es contratar un seguro de vida híbrido. Se trata de una póliza de vida que, además, incluye ya esta posibilidad de recurrir al dinero de la indemnización para costear posibles cuidados de larga duración.

Otra vía, posiblemente un poco más cara, es añadir a un seguro de vida convencional una cláusula que estipule este beneficio en caso de que sea necesario. De cualquiera de las dos formas, el seguro de vida te ayuda a pagar esa atención, que suele ser muy cara, y te permite ahorrar tu dinero.

Maximizar la pensión con el seguro de vida

Una idea muy interesante para organizar la jubilación a partir del seguro de vida es lo que se conoce como maximizar la pensión. Cuando te retiras, tu empleador te ofrece generalmente dos modelos de pensión: pago único (‘single payout’) o pago conjunto (‘joint payout pension’) . En el primer modelo cobras un ingreso mensual hasta que fallezcas. Con el segundo, tu cheque mensual será más bajo, pero cuando mueras, tu pareja seguirá cobrando la pensión.

La maximización es una estrategia consistente en elegir una pensión de pago único. Con el dinero extra que se obtiene con ese formato, se paga un seguro de vida y se nombra beneficiaria al cónyuge. De esa forma, tendrás todo el dinero de la pensión disponible y, si mueres, tu pareja quedará cubierta con la indemnización.

Para orquestar esta maniobra, se suele utilizar un seguro de vida Garantizado Universal, que es un tipo de seguro temporal sin duración determinada: la póliza está en activo hasta que la persona asegurada cumpla una edad determinada, que puede ser, por ejemplo, 100 ó 121 años.

Con esta estrategia, el dinero de la pensión se optimiza y se dispone de más efectivo para mantener el nivel de vida.

Organiza tu herencia con el seguro de vida

Otro uso que se le suele dar al seguro de vida es utilizarlo para consolidar un plan de herencia, algo que generalmente se diseña y pone en marcha durante ese periodo de la jubilación.

Pero, cuidado, no se trata de dejar la cobertura como una herencia a repartir entre tus herederos. Eso puede ser un error grave, porque hasta que la herencia no está legalizada, ninguno de los herederos puede acceder al dinero y eso podría demorar mucho tiempo.

La mejor forma de utilizar el seguro de vida en una herencia es apelar a una cualidad importante de la indemnización que reciben los beneficiarios: es dinero libre de impuestos, a diferencia del dinero y las propiedades que conforman una herencia, que pagan impuestos de sucesiones.

Gracias a esa cualidad de los seguros, muchas personas los utilizan para pagar con ellos los impuestos del resto de la herencia. Es decir: dejas a tus herederos unos bienes o un dinero y, además, los nombras beneficiarios del seguro de vida. Con la indemnización, pagan los impuestos del resto de la herencia y así la reciben íntegra.

Como ves, hay varias formas de utilizar el seguro de forma inteligente durante la jubilación y convertirlo en una pieza clave para consolidar tu nivel de vida durante tu retiro.

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