Estrategias efectivas para proteger tu salud cardíaca

Al parecer, los hábitos de alimentación que una persona tendrá a lo largo de su vida tienen sus raíces en la etapa fetal. Evidencia científica muestra que lo que la madre come, de alguna manera deja huella en el bebé, y a lo largo de los años de desarrollo como niño, joven y adulto, lo que consuma y beba irá moldeando hábitos que ayudarán, o perjudicarán, su salud cardíaca.

La salud del corazón está vinculada a los alimentos. Hay alimentos buenos y malos para el corazón, algunos que hay que eliminar por completo de la dieta y otros que hay que consumir con cuidado. Los productos “amigos” pueden comerse al límite de la saciedad.

| Foto: GETTY IMAGES

La enfermedad cardiovascular (ECV) representa una de las cuatro principales causas de muerte junto con la diabetes, el cáncer, y las enfermedades respiratorias crónicas. Todas afecciones no transmisibles, y muchas veces prevenibles.

El costo de una mala salud cardiovascular no solo afecta nuestra calidad de vida. El gasto en atención médica puede arruinar el presupuesto familiar si no se tiene cobertura médica. La atención individual, los controles de rutina y la prevención son esenciales, como sucede con muchos otros aspectos de la salud. Asegúrese de mantener su cobertura médica al día para que su corazón pueda estar sano durante mucho.

Por qué la nutrición importa

Los alimentos impactan en el organismo humano de distintas maneras. Sin duda son la base biológica para que esa maquinaria de relojería que es el cuerpo humano funcione bien, porque aportan nutrientes (proteínas, carbohidratos, lípidos, vitaminas, minerales y agua) que permiten desde el funcionamiento celular hasta la capacidad motora.

Pero comer en exceso algunos de ellos hace que esa maquinaria comience a fallar. Por ejemplo, los alimentos altos en grasas saturadas y grasas trans alteran la salud arterial, generan una ingesta elevada de sodio y azúcar, y provocan aumento de peso, cuatro de los principales factores de riesgo de las ECV.

La buena nutrición previene justamente ese desbalance.

QUÉ COMER

  • Frutas y vegetales. Las frutas y verduras (con excepción de la papa blanca) están asociados con una reducción del riesgo de ECV. Los de colores intensos en particular tienden a tener una mayor densidad nutricional.
  • Alimentos de granos enteros (panes integrales, arroz y pastas integral, avena, quinoa) Consumir de dos a tres porciones diarios de estos productos se vincula con una disminución del riesgo cardiovascular.
  • Fuentes saludables de proteínas con base en plantas (nueces y legumbres), pescado y frutos de mar. Los patrones dietéticos que contienen estos alimentos se asocian consistentemente con un menor riesgo de ECV. Estudios han concluido que de 2 a 3 porciones de pescado por semana se asocian con una menor incidencia de mortalidad por ECV. El componente central que logra esta reducción es el ácido graso omega-3 y la sustitución de otras fuentes de proteína animal, como la carne roja no magra y la carne procesada. La soja (incluyendo edamame y tofu), frijoles, lentejas, garbanzos y guisantes son tipos comunes de legumbres.
  • Aceites vegetales que provengan de plantas como de soja, oliva, girasol o canola. En este caso la evidencia científica ha observado que reemplazar los aceites altos en grasas saturadas por estas versiones naturales afecta de manera favorable los lípidos y las lipoproteínas), reduciendod el riesgo de enfermedad cardíaca .

QUÉ EVITAR o MINIMIZAR

  • Bebidas y alimentos que contengan azúcar agregado. Este azúcar extra que está en una enorme cantidad de productos, aún en los menos pensados, puede aumentar drásticamente el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas.
  • Alimentos ultraprocesados. Estos alimentos son lo opuesto a los productos que están en su estado natural, y también se diferencian de los que están mínimamente procesados, como una lata de atún en agua. Los alimentos ultraprocesados en general se producen con sustancias extraídas de otros alimentos como grasa, grasas oxigenadas o almidón. Algunos ejemplos de estos productos son las sodas, los hot dogs, la comida rápida, los fiambres y las galletas.
  • Alimentos con alto contenido de sal. A más consumo de sal, más riesgo cardíaco. Se necesita un nivel de sodio en el organismo, pero muchos productos procesados ya contienen sal.
  • Aceites llamados tropicales como el de coco o palma, o los producidos con grasa animal, ya que contienen más grasas saturadas, que elevan el riesgo de enfermedad cardiovascular.

Encontrar un buen médico de atención primaria puede ser una de las mejores inversiones para reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas. Llámenos si necesita una cobertura médica a bajo costo y le responderemos sus consultas en el idioma que prefiera: (844) 303-2233. O envíenos un mensaje a Healthinsurance@holadoctor.net

Más sobre Seguros de Salud aquí

Fuentes consultadas:

Asociación Estadounidense del Corazón (AHA).

Centro Nacional para la Información Biotecnológica (NCBI).

Departamento de Sanidad y Tercera Edad del Gobierno de Australia.

The Post Graduate Medical Journal.