Gabriela Rodríguez Manzo, jefa del departamento de Farmacobiología del Cinvestav, precisó en un comunicado difundido por la institución académica que dicha sustancia es secretada por los mamíferos y, dependiendo de la dosis, puede estimular o inhibir la conducta sexual masculina.
"Vimos que el efecto de estos compuestos (endocannabinoides) es bifásico, es decir, que dosis bajas estimulan la conducta sexual, mientras que dosis altas la inhiben", por lo que jugaría un papel clave en la regulación de la expresión de la conducta sexual masculina, señaló la especialista. 
Aunque estos hallazgos se hicieron con ratas de laboratorio, los resultados hacen pensar que la anandamida, que también puede hallarse en productos como el chocolate, podría considerarse un afrodisiaco en potencia. "Todas aquellas sustancias que faciliten la respuesta sexual del individuo podrían ser clasificadas como un afrodisiaco. Si la anandamida a dosis bajas favorece la conducta sexual, podría considerarse un afrodisiaco en potencia", puntualizó Rodríguez Manzo.
Sin embargo, advirtió que al emplear esta droga con fines terapéuticos se debe tener cuidado con las dosis utilizadas para no pasar de los efectos estimulantes a los inhibitorios, ya que uno de los riesgos podría ser la disfunción sexual.
Falta de deseo sexual
La inhibición sexual, deseo sexual inhibido o apatía es no experimentar deseo o interés en tener un encuentro sexual. El deseo sexual inhibido es un trastorno sexual bastante común y, con frecuencia, ocurre cuando uno de los miembros de la pareja no se siente íntimo o cercano al otro.
Algunas de sus causas pueden ser: problemas de comunicación, falta de afecto o de un entorno adecuado para que la pareja pueda estar a solas, conflictos de poder y falta de tiempo. Es muy común que este trastorno afecte a quienes han tenido una educación sexual muy estricta, a quien tiene una actitud negativa hacia el sexo, o ha tenido experiencias sexuales traumáticas.
Ciertas enfermedades y algunos medicamentos, a veces contribuyen a que se presente esta disfunción, en particular cuando producen fatiga, dolor o sensación de malestar general. También puede obedecer a un problema hormonal, que normalmente afecta la libido. La depresión y el estrés también pueden afectar el interés sexual.
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