Para algunas personas la consulta con un profesional de salud mental no siempre es fácil de aceptar.
Aspectos como el conocimiento que se tiene sobre la existencia de los trastornos mentales y cuáles son, forman parte de la dificultad.
Cuando acudir con un psiquiatra
Algunos creen que ir a un psiquiatra está reservado para las personas que sufren de locura y que problemas como la depresión, la ansiedad o las adicciones lo que reflejan son una falta de voluntad o una debilidad del carácter.
Hay dificultad en comprender que existen enfermedades del cerebro que afectan la manera de pensar, sentir, percibir y actuar.
Entender que al igual que en otras enfermedades, se puede recibir un fármaco o hacer un procedimiento médico mediante,una terapia para corregir alteraciones del funcionamiento de la mente, no es fácil.
Psicoterapia y su finalidad
La psicoterapia es otro recurso que puede ser subestimado o no comprendido. Es frecuente escuchar: “que me va a decir ese médico o ese psicólogo que no pueda decirme un amigo”, “las cosas no van a cambiar por lo que un psiquiatra me diga”.
Resulta que todos tenemos una manera de pensar, sentir, y actuar. Percibimos y le damos significado a lo que pasa a nuestro alrededor y dentro de nosotros. Le damos sentido a nuestros recuerdos, y tenemos fantasías y creencias en relación a cómo será el futuro.
Estas maneras pueden ser adecuadas, por lo que facilitan una buena adaptación, permiten desarrollar nuestro potencial, y facilitan nuestra capacidad para generar el mayor grado de bienestar, para nosotros y la sociedad. Pero también puede ser lo contrario y generar sufrimiento y discapacidad.
La psicoterapia, es un conjunto de técnicas desarrolladas por años de trabajos y estudios científicos. Permite al terapeuta enseñar a la persona a identificar los problemas y sus posibles causas.
Facilita herramientas para que en la persona se produzcan los cambios necesarios, al modificar los hábitos, ideas, creencias, maneras de sentir, relacionarse y actuar que son disfuncionales.
Su finalidad es recuperar y preservar la salud mental, la calidad de vida, y aliviar el sufrimiento psicológico.
Si sufrimos por nuestra manera de ser, si nuestras emociones están descontroladas, nuestros pensamientos son confusos, si la percepción está alterada y nos aleja de la realidad, si nuestra conducta es un problema para nosotros o los demás, o no podemos manejar las dificultades y el estrés, es hora de pedir ayuda ya sea de un psicólogo o psiquiatra.