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Estados monitorean el peso en las escuelas

Las tasas de obesidad infantil se han duplicado en los niños y se han triplicado en los adolescentes durante los últimos 30 años, según los Centros para el Control y  Prevención de Enfermedades (CDC, su sigla en inglés). Ahora, más de un tercio de los niños y adolescentes tienen sobrepeso u obesidad.

De ese grupo, alrededor del 5 % tienen obesidad mórbida o extrema, de acuerdo con un relevamiento de septiembre de este año de la Asociación Americana del Corazón. Eso los pone en alto riesgo de padecer enfermedad cardíaca prematura y diabetes tipo 2, señalan los expertos.

Estados monitorean el peso en las escuelas
| Foto: THINKSTOCK

Puntos clave

  • Hay 19 estados que monitorean el peso de los alumnos en la escuela
  • En California, los padres reciben el IMC de sus hijos y folletos sobre obesidad
  • Una organización alerta sobre el peligro de la medida

Con esta realidad preocupante sobre el alcance de la obesidad a edades tempranas, California y otros 19 estados trabajan a nivel escolar en detectar la obesidad, y lo hacen a través de una prueba de índice de masa corporal (IMC), que se realiza al mismo tiempo que el examen de aptitud física.

Estos datos son requeridos por el Departamento de Educación de los estados que participan, pero las escuelas de algunos distritos están haciendo algo más: envían a los padres “fat letters” con los datos de sus hijos, aunque eso no sea obligatorio. En muchos distritos, envían además folletos a los padres sobre cómo combatir la obesidad.

Pero ya hay una ola de padres indignados. “¿Por qué están haciendo esto?" dijo Tracy Watson, a CBS Boston. Su hijo fue enviado a casa con una nota diciendo que era obeso, y él cree que estas cartas dañan más que lo que ayudan a los niños.

  • Los peligros ocultos

La National Eating Disorders Association está alertando sobre los peligros de esa decisión. Temen que los estudiantes que leen estas notas puedan verse inducidos a caer en trastornos alimentarios o comportamientos nocivos como saltarse comidas, vomitar o tomar laxantes.

Esa misma organización encontró en un sondeo que el 42% de los niños de primero a tercer grado quieren ser más delgados, y el 81% de niños de 10 años tienen miedo de ser obesos.

Pero hay quienes piensan que lo mejor es enviar esas notas a los padres. "No debería ser un estigma. No es una forma de categorizar a alguien. Es sólo que demuestra que en este niño se ha incrementado el riesgo de ser obeso en la edad adulta, lo que podría dar lugar a un buen número de enfermedades crónicas", dijo a CBS News Lauren Schmitt, una dietista que trabaja con niños en el Valle de San Fernando, California.

Otros estados como Massachusetts también están adheridos a los programas de detección de la obesidad, pero no envían cartas a las familias porque creen que podrían intimidar a los niños y dañarles la autoestima.

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