Todo iba de maravilla para el astro argentino Lionel Messi. Tras anotar el primer gol del partido ante el Almería el 28 de septiembre, el público español anhelaba un segundo tanto del atacante del Barcelona, lo cual no sucedió debido a una lesión fibrilar en el bíceps femoral de su pierna derecha.
Puntos clave
- Una lesión fibrilar, como la de Messi, se produce por un estiramiento excesivo del músculo.
- Varios jugadores han sufrido varios tipos de lesiones.
- Las zonas más vulnerables son las pantorrillas, tobillos y rodillas.
Cuando un jugador pisa el terreno de juego sabe que cualquier cosa puede pasar: desde ser el héroe del partido y salir en hombros por un gol anotado, atajar un penal o en el peor de los casos, sufrir una lesión que posiblemente te haga alejarte de tu mejor amigo: el balón.
Una lesión fibrilar, como la de Messi, se produce por un estiramiento excesivo del músculo, por ejemplo en paradas bruscas, aceleraciones o deceleraciones rápidas, según explica el Dr. Diego Collado, especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología del Centro Médico Teknon.
Cuando llega el músculo a su límite de elasticidad, se produce una rotura en algunas fibras musculares. Por fortuna del argentino, se trata de una pre-rotura muscular, una lesión habitual en deportistas de élite.
Esta no es la única ocasión que el atacante blaugrana se lesiona. En diciembre de 2012, tuvo una contusión ósea en la cara externa de la rodilla izquierda que lo hizo temer lo peor. Por fortuna, nada pasó a mayores y el astro siguió rompiendo las redes.
Otro caso fue el del galés Gareth Bale, del Real Madrid que sufrió una sobrecarga muscular. A pesar de valer 100 millones de euros, también ha demostrado ser vulnerable a los daños.
Wayne Ronney también es ejemplo vivo de que las lesiones están a la orden del día. A principios de septiembre de 2013 el delantero del Manchester United tuvo una herida profunda a la altura de la frente que se provocó al chocar su cabeza con su compañero de equipo Phil Jones durante un encuentro de los “Red Devils”.
Y si hablamos de mexicanos, no podemos olvidar a Javier “Chicharito” Hernández, quien debido a una molestia en el muslo no disputó un par de partidos en agosto con la camiseta que comparte con Rooney.
Existen muchos factores que predisponen a lesiones más que otras. Por ejemplo, una sobrecarga muscular, como la de Bale, se da por el uso excesivo de un músculo o articulación, esto quiere decir, la realización de movimientos repetitivos, que involucran los mismos grupos musculares y no permiten su correcto descanso y recuperación.
No obstante, existen varias zonas que son el terror de los futbolistas. Los tobillos son unas de las zonas más vulnerables, en donde se pueden presentar esguinces, que ocurren cuando hay un estiramiento exagerado de los ligamentos.
Las rodillas son otras de las áreas más afectadas, las cuales pueden sufrir graves daños en los ligamentos al momento de los impactos o puede causar rupturas en el cartílago.
De la misma manera, el tendón de Aquiles al estirarse demasiado se puede desgarrar por completo manifestándose como un dolor agudo en el tobillo que deja hasta el más valiente en el piso.
Las pantorrillas también son el blanco perfecto, sobretodo, cuando se hace un esfuerzo extremo o se estiran severamente.
La recuperación ante este tipo de situaciones depende generalmente de la gravedad de la lesión. Una lesión leve puede tardar entre una y dos semanas en sanar mientras que una grave puede llevar más de seis meses.
Con información de la Biblioteca Nacional de Medicina.