Banderas y la tarea de olvidar a Griffith

A su paso por el Festival de Cine de San Sebastian, el actor español Antonio Banderas fue entrevistado por varios medios de comunicación, quienes luego de preguntarle acerca de la relación de su ex esposa Melanie Griffith, éste estuvo al borde de las lágrimas.

“No he dicho ni pío de Melanie desde que se hizo efectivo nuestro divorcio. Y voy a decir una verdad que no he dicho a nadie. Pero la vida es así”, comentó el artista. “Melanie es y será una gran actriz. Lo he dicho en muchas ocasiones anteriormente y es algo que no hace falta debatirlo: a Melanie la admiré desde muchísimo antes de conocerla”.

Banderas y la tarea de olvidar a Griffith
Getty Images | Foto: GETTY IMAGES

Aunque ya no se encuentra viviendo con Griffith, pues en junio de 2014 anunció su separación, el actor ha tenido que convivir con ella indirectamente, como lo fue en la presentación de la reciente cinta Autómata, en donde ambos comparten créditos.

Y es que, romper un pacto, como cuando una pareja se jura amor eterno puede llegar a ser una misión imposible, en donde la nostalgia y las lágrimas se pueden encontrar a la orden del día.

De acuerdo con Helen Fisher, antropóloga de la Universidad de Rutgers, en Estados Unidos, tras una ruptura la persona puede atravesar por dos fases, una primera de protestas y negación en donde uno de los miembros de la pareja hará lo posible por tratar de recuperar el tiempo, por lo que los mensajes de amor y las cartas no se harán esperar.

Posteriormente, la siguiente etapa es la resignación, en la que se incrementa la tristeza, el llanto incontrolado ante una canción, un lugar en común o una frase que recuerde a la persona amada.

En el caso de Banderas, aunque se le ha visto en los brazos de un nuevo amor, es probable que esté pasando por momentos de tristeza y la imagen de Griffith aún siga fresca en sus pensamientos. Y qué decir de Melanie, quien además de grabar en su corazón el nombre de su amado tuvo una hija con él.

Pese a que ambos ya tomaron una decisión en continuar sus vidas de maneras separadas, el reto estará en hacerle ver al cerebro humano que se ha cerrado un ciclo, pues en una investigación el neurobiólogo Antoine Bechara destacó que, mientras por un lado la relación se termina por el otro, el cerebro sigue disparando imágenes y reacciones corporales.

Para comprender este fenómeno, varios neurobiólogos usaron la resonancia magnética funcional, un procedimiento que les permite determinar qué áreas cerebrales desempeñan ciertas funciones, como el habla, el movimiento y la sensibilidad.

Lo que hace que un recuerdo quede completamente sellado en la mente es que, en el lóbulo temporal hay dos estructuras. Una se llama hipocampo por el que pasa la memoria declarativa (desde acordarse qué día es hoy hasta la cara de la pareja). Al lado hay otra llamada amígdala que contiene la memoria emocional.

“Cuando la amígdala detecta ese contexto emocional envía neurotransmisores al hipocampo. Así se incorpora en la memoria como fenómeno de fijación”, comenta Ignacio Brusco, quien es director del Centro de Neurología de la Conducta y Neuropsiquiatría de la Universidad de Buenos Aires, Argentina.

Debido a esto, seguramente a muchas personas les vienen a la mente varias imágenes y sensaciones aún después de mucho tiempo de separados. Esto es debido a la amígdala que sigue respondiendo mediante descargas emocionales involuntarias, como el dolor en el estómago o las palpitaciones.

Y esto no ocurre de la misma manera cuando hay un amor fugaz a uno verdadero, según Brusco: “Cuanto mayor sea la información que se grabó hacia ese efecto, en cantidad o calidad, más grabado va a estar en la amígdala y más reacciones va a seguir enviando”. De ahí que nos cuestionemos: ¿cuánto tiempo le tardará a Banderas y Griffith, olvidarse de ellos mismos?

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