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Vinculan a ciertos antibióticos con un mayor riesgo de aneurismas aórticos letales

JUEVES, 7 de enero de 2021 (HealthDay News) -- Una clase de antibióticos de uso común se ha vinculado con un aumento en el riesgo de una afección de los vasos sanguíneos potencialmente letal, incluso en personas jóvenes y sanas.

En un estudio de millones de recetas de antibióticos emitidas en Estados Unidos, los investigadores encontraron que una clase se asociaba con un pequeño aumento en el riesgo de aneurisma aórtico.

Vinculan a ciertos antibióticos con un mayor riesgo de aneurismas aórticos letales

Los fármacos, llamados fluoroquinolonas, han sido un pilar de la terapia con antibióticos durante décadas. Incluyen a medicamentos como Cipro (ciprofloxacina), Levaquin (levofloxacina) y Factive (gemifloxacina).

Varios estudios anteriores han vinculado a las fluoroquinolonas con un mayor riesgo de aneurisma aórtico, que es un área debilitada en la pared de la arteria más grande del cuerpo. Si ese tejido debilitado revienta, puede provocar una hemorragia letal.

Basándose en esos hallazgos más tempranos, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. publicó una advertencia en 2018, en que decía que las personas con un riesgo alto de un aneurisma aórtico deben evitar las fluoroquinolonas.

Entre las personas con un "riesgo alto" se encuentran las personas mayores con hipertensión o antecedentes de bloqueos o aneurismas en cualquier arteria.

El nuevo estudio, que se publicó en la edición del 6 de enero de la revista JAMA Surgery, sugiere que una proporción mucho más alta de la población quizá deba tener cuidado.

Encontró un vínculo entre las fluoroquinolonas y el aneurisma aórtico en todos los adultos de a partir de 35 años, incluso las que no tenían hipertensión, diabetes ni un colesterol elevado.

"Personalmente, me gustaría ver que la FDA ampliara su advertencia", comentó la investigadora sénior, la Dra. Melina Kibbe, cirujana vascular y profesora de la Universidad de Carolina del Norte, en Chapel Hill.

"En mi consultorio, me he vuelto muy cauta respecto a cuáles antibióticos receto", aseguró Kibbe.

Dicho esto, el aumento en el riesgo para cualquier usuario de fluoroquinolonas en particular es pequeño: en este estudio, la incidencia fue de 7.5 casos de aneurisma aórtico por cada 10,000 recetas surtidas, frente a 4.6 casos por cada 10,000 recetas de otros antibióticos.

"El riesgo absoluto es bastante bajo. En realidad es un evento raro", comentó el Dr. Chandra Gopalakrishnan, un investigador del Hospital Brigham and Women's de Boston que no participó en el estudio.

Además, los hallazgos no pueden probar que las fluoroquinolonas en sí provocaran los aneurismas.

Y ciertas investigaciones recientes han planteado dudas sobre la naturaleza del vínculo. Gopalakrishnan fue el autor principal de uno de esos estudios.

Dijo que la nueva investigación estuvo bien realizada, pero que como todos los estudios observacionales, tiene limitaciones.

Los estudios observacionales solo pueden mostrar una asociación entre dos cosas, y no probar causalidad. Según Gopalakrishnan, una pregunta es si el "sesgo de observación" puede ayudar a explicar la asociación entre las fluoroquinolonas y el aneurisma aórtico.

Es decir, los pacientes que toman fluoroquinolonas quizá sean más propensos a tener afecciones en que se realicen pruebas de imágenes, y se detecte un aneurisma de forma incidental.

En su estudio, Gopalakrishnan y sus colaboradores encontraron evidencias de que podría ser así. Cuando restringieron su análisis a los pacientes que se habían sometido a pruebas de imágenes, el riesgo adicional por las fluoroquinolonas se desvaneció.

En el estudio actual, el equipo de Kibbe intentó tomar en cuenta otras explicaciones, lo que incluyó las afecciones para las cuales se recetaron antibióticos a los pacientes. Pero los expedientes no contenían indicaciones para alrededor de la mitad de todas las recetas.

Esto dificulta descartar la posibilidad de que las indicaciones para las recetas sean un factor, según Gopalakrishnan.

"Es una pregunta realmente difícil de resolver con estudios observacionales", dijo.

Kibbe apuntó que, sin embargo, hay una plausibilidad biológica en el vínculo entre las fluoroquinolonas y los aneurismas. Anotó que los fármacos también se han vinculado a rupturas de tendones.

"Todavía necesitamos mucha investigación más sobre los mecanismos", enfatizó Kibbe. Pero dijo que una hipótesis es que los fármacos podrían afectar a la integridad el colágeno, una proteína estructural en los tejidos conectivos del cuerpo.

En su estudio, Kibbe y su equipo utilizaron una base de datos de seguro de salud, y usaron la información de casi 47.6 millones de recetas de antibióticos de todo el país. Entre los más de 9 millones de recetas de fluoroquinolonas, hubo 6,752 casos de aneurisma aórtico en los 90 días posteriores, de los cuales 103 requirieron una reparación quirúrgica.

Después de que los investigadores sopesaran otros factores (como la edad y las afecciones de salud crónicas del paciente), los usuarios de fluoroquinolonas tenían un 20 por ciento más de probabilidades de sufrir un aneurisma aórtico que las personas a quienes se recetaron otros antibióticos.

Es una diferencia pequeña, apuntó Gopalakrishnan, y lo hace tener "cierta precaución" al interpretar el resultado.

Pero Kibbe añadió que los médicos deberían tener más cuidado con las recetas de fluoroquinolonas, incluso en los pacientes que no tengan un riesgo alto de un aneurisma.

Si les recetan una fluoroquinolona, su consejo para los pacientes es que pregunten si otro tipo de antibiótico sería comparable.

Más información

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. ofrece más información sobre las fluoroquinolonas y el aneurisma aórtico.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Melina Kibbe, MD, professor and chair, surgery, School of Medicine, University of North Carolina at Chapel Hill; Chandra Gopalakrishnan, MD, MPH, senior research specialist, Division of Pharmacoepidemiology and Pharmacoeconomics, Brigham and Women's Hospital, Harvard Medical School, Boston; JAMA Surgery, Jan. 6, 2021

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