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'Transmisión por la correa': amos ansiosos, perros ansiosos

LUNES, 28 de junio de 2021 (HealthDay News) -- Cindy Leung, entrenadora de obediencia canina, tiene una clienta muy ansiosa a quien le encanta una raza muy ansiosa, el perro ovejero de Shetland.

"Mi estudiante [humana] se asusta con los ruidos fuertes", comentó Leung. "Es simplemente parte de su personalidad. Los ruidos fuertes y repentinos la asustan. Algo raro que esté sucediendo en el ambiente la asusta. Tiene un reflejo de sobresalto muy fuerte, y sus perros tienen un reflejo de sobresalto muy fuerte, y ninguno de ellos tiene una gran recuperación".

'Transmisión por la correa': amos ansiosos, perros ansiosos

El trabajo de Leung es resolver esto para que su clienta pueda ganar concursos de obediencia, pero la situación plantea un verdadero dilema del huevo o la gallina.

"El perro se asusta cuando mi estudiante se asusta, porque todo el mundo se asusta cuando ella se asusta, todos nos preguntamos qué pasó. Luego vemos que era una hoja que cayó de un árbol. Bien", dijo Leung. "¿El perro está ansioso porque ella está ansiosa? ¿O ella se asusta porque en el pasado sus perros se han asustado y han intentado huir? De verdad no podría decirlo, y ella tampoco, porque le he preguntado".

Unos investigadores de animales creen que ya tienen la respuesta a esa pregunta.

Un nuevo estudio, que se publicó en una edición reciente de la revista Journal of Veterinary Behavior, concluyó que los caninos detectan y absorben el nerviosismo de sus amos, y que esto es lo que fomenta los problemas de conducta relacionados con la ansiedad en los perros.

El coinvestigador James Serpell es director del Centro de Interacción entre los Animales y la Sociedad de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Pensilvania, en Filadelfia. Dijo que "los entrenadores caninos afirman que se puede transmitir el miedo por la correa, por así decirlo. Si usted tiene un perro, puede enviarle un mensaje de ansiedad por la correa, y el perro puede detectarlo".

Algo importante es que el estudio descarta dos otras explicaciones potenciales fuertes de los problemas de ansiedad caninos.

La estudiante de Leung no está poniendo a sus perros nerviosos porque es sobreprotectora y responde rápido a cualquier amenaza percibida, señalaron los investigadores. No se encontró evidencia de que la crianza "helicóptero" de los perros provocara que los animales se volvieran reactivos y neuróticos.

Los investigadores tampoco encontraron evidencias de que los perros se volvieran ansiosos porque sus amos usaran unos métodos de entrenamiento excesivamente coercitivos y provocaran un miedo nervioso en los perros.

Detectan la ansiedad

"Eliminaron tanto la ruta del entrenamiento como la ruta de la crianza helicóptero", aseguro Serpell. "Sus resultados apuntan a un efecto directo de la personalidad del dueño en la conducta del perro".

En el estudio, el equipo de la investigación analizó los datos de más de 1,100 dueños de perros que participaron en una encuesta en línea.

El cuestionario reunió información sobre la ansiedad de los humanos, los métodos de entrenamiento y la conducta protectora hacia los perros. También se evaluaron los niveles de miedo y ansiedad de los perros, y su nivel de reactividad emocional a sus humanos, mediante preguntas a los dueños.

El miedo y la ansiedad entre los perros no difirieron mucho debido a los métodos de entrenamiento que sus humanos usan ni al nivel de instintos protectores de los humanos.

Pero los problemas de conducta canina relacionados con la ansiedad se vincularon de forma significativa con los niveles de ansiedad autorreportados por sus amos, encontraron los investigadores.

"Los perros han coevolucionado con los humanos, y son agudamente sensibles a la forma en que sus humanos se comportan. Los perros monitorizan a sus dueños de forma constante, e intentan anticiparse a su conducta. A veces, al dueño del perro le parece sorprendente lo bien que el perro parece anticipar cómo se siente y qué va a hacer", aclaró Serpell.

"En algunos casos, es magnífico. Podemos pensar en muchos contextos en que tener un animal que pueda anticipar nuestros pensamientos es maravilloso, en términos del entrenamiento o de realizar tareas para las personas", continuó. "Pero en el contexto de un dueño que experimenta mucha ansiedad, es fácil ver la desventaja. El perro detecta la ansiedad, y esto hace que como resultado el perro esté más ansioso. El perro se pregunta qué tipo de amenaza hay cerca a la que su dueño está respondiendo".

Además, los perros con unas puntuaciones más altas de empatía eran más afectados por la ansiedad de sus amos, anotaron los autores del estudio.

Para Leung, esto tiene sentido, dado que las distintas razas afrontan el estrés de formas muy diferentes.

"Algunas razas son más susceptibles a esto que otras", señaló Leung, copropietaria de Trainers to the Rescue en Cornelius, Oregón. "Los labradores son notoriamente inconscientes. Loe perros más deportivos (los perdigueros, los setter irlandeses) no se dan cuenta en lo absoluto del estado emocional del humano".

Los perros de rescate y de criaderos son más vulnerables

Tras leer el estudio, Leung dijo que puede aceptar la idea de que las personas ansiosas pueden crear perros ansiosos.

"Tengo estudiantes neuróticos que crean perros neuróticos", comentó Leung.

Pero es probable que la situación tenga más matices que los que plantea este estudio, añadió Leung.

Por ejemplo, es probable que los perros adoptados de refugios o criados en criaderos de perros tengan una composición emocional distinta, y potencialmente más frágil, que otros perros, planteó Leung.

Mary Burch, conductista animal aplicada y directora de American Kennel Club Family Dog, agregó que el problema de la codependencia puede ir más allá que los simples sentimientos. El estado emocional del dueño puede impactar a su perro de formas concretas, socavando el sentido de seguridad del animal.

"Es poco probable que preocuparse y pensar sobre algo tenga un efecto en un perro", dijo Burch. "Cuando esa preocupación se traduce en estar tan preocupado que la persona no sale, afecta al perro. Quizá no haya sesiones de juego al aire libre, ni ejercicio, algo que es esencial para la salud mental del perro".

Entonces, los altibajos de un dueño de perro que sufre de trastornos del estado de ánimo podrían alterar gravemente la rutina diaria de una mascota y fomentar la ansiedad, advirtió Burch.

"Podría significar que ni siquiera alimenta al perro a tiempo y de forma adecuada, o si la persona no sale a la comunidad porque está tan ansiosa", apuntó Burch. "Quizá implique que no haga la compra, y que no haya comida para el perro. Una vez trabajé con una mujer que estaba precisamente en esta situación, y había recurrido a alimentar a su perro con cereal para el desayuno".

Serpell ve una idea potencialmente útil en este vínculo entre los humanos y los caninos.

Los perros que son particularmente empáticos que sirven como barómetros de los estados de ánimo de sus humanos quizá puedan ayudar a las personas con problemas a identificar y resolver cuando sienten ansiedad, dijo Serpell. Una persona, preparada con las herramientas de afrontamiento adecuadas, podría usar las pistas que le da su perro para gestionar mejor su propio estado de ánimo, y mejorar así la vida del perro.

"Es casi como un mecanismo de biorretroalimentación", explicó Serpell. "Quizá pueda ayudar a los dueños a reconocer cuándo se sienten ansiosos y a pensar en por qué se sienten ansiosos, y tal vez ayudarlos a calmarse y a sentirse menos ansiosos. Veo que podría ser valioso".

Más información

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. ofrecen más información sobre los beneficios que tener una mascota ofrece a la salud.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: James Serpell, PhD, director, Center for the Interaction of Animals and Society, University of Pennsylvania School of Veterinary Medicine, Philadelphia; Mary Burch, PhD, applied animal behaviorist and director, American Kennel Club Family Dog; Cindy Leung, co-owner, Trainers to the Rescue, Cornelius, Ore.; Journal of Veterinary Behavior, April 24, 2021

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