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Mononucleosis y síndrome de fatiga crónica, ¿cuál es el vínculo?

 Aunque la mayoría de las personas conocen a la mononucleosis, la temida enfermedad del "beso" que ataca a los adolescentes y a los adultos jóvenes, muchos no saben que hay un vínculo entre la "mono" y el síndrome de fatiga crónica.

Una investigación que dio seguimiento a estudiantes universitarios que aún no tenían mono (aunque algunos la contrajeron tras el inicio del estudio) ilumina a los factores de riesgo que podrían desencadenar el síndrome de fatiga crónica en algunas personas.

Mononucleosis y  síndrome de fatiga crónica, ¿cuál es el vínculo?
| Foto: GETTY IMAGES

"Un problema es que como hay tantas causas distintas por las que una persona acaba con esta enfermedad tan debilitante, es un poco difícil comprender cuáles son algunos de los factores que podrían predisponer a, o incluso precipitar, a la enfermedad", señaló el autor del estudio, Leonard Jason, director del Centro de Investigación Comunitaria de la Universidad de DePaul, en Chicago.

La mononucleosis casi siempre es provocada por el virus de Epstein-Barr, y la mayoría de los estudiantes universitarios se recuperan en entre una y seis semanas, apuntaron los investigadores. Pero la mono no es la única causa de lo que también se conoce como encefalomielitis miálgica/síndrome de fatiga crónica (EM/SFC).

En este estudio, los investigadores de la Universidad de DePaul y de la Universidad del Noroeste se enfocaron en un desencadenante particular (la mono) y en una población que parece contraer ese desencadenante con frecuencia (los estudiantes universitarios).

Cada estudiante completó varias encuestas conductuales y de psicología. También proveyeron muestras de suero, plasma y glóbulos blancos.

De los 4,500 estudiantes, 238 (poco más de un 5 por ciento) contrajeron mono. Alrededor de 55 (un 23 por ciento de los estudiantes con mono) cumplían con los criterios de EM/SFC seis meses después, apuntaron los autores del estudio. Veinte de ellos (un 8 por ciento) tenían EM/SFC grave.

Los investigadores descubrieron que las personas que desarrollaron EM/SFC tenían más síntomas físicos e irregularidades inmunitarias al inicio. Los participantes no iniciaron con más síntomas psicológicos, como estrés, depresión, ansiedad o mecanismos de afrontamiento anómalos.

"Al final nuestros resultados sugieren que esas variables más psicológicas no eran factores de predicción de quién contraía mono y seguía estando enfermo y quién contraía mono y no seguía estando enfermo", apuntó Jason.

Según la Dra. Lily Chu, vicepresidenta de la Asociación Internacional del Síndrome de Fatiga Crónica/Encefalomielitis Miálgica (International Association for Chronic Fatigue Syndrome/Myalgic Encephalomyelitis), el malentendido de que EM/SFC se debe a motivos psicológicos ha persistido durante décadas. Este estudio amplía las evidencias de que EM/SFC no es una afección psiquiátrica o psicológica, enfatizó.

"Lamentablemente, es un problema recurrente en la medicina: si no comprendemos la causa de una enfermedad, sobre todo si afecta a las mujeres, hay una presuposición de que la enfermedad se relaciona con la personalidad del individuo o con alguna causa psiquiátrica o psicológica", dijo Chu.

A pesar de las evidencias sobre lo contrario, no fue hasta el 2017 cuando los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. eliminaron la terapia cognitiva conductual como el tratamiento de primera línea para la enfermedad, anotó Chu, que no participó en el nuevo estudio.

Ese énfasis en la terapia cognitivo conductual, que persistió durante décadas, significó que unas áreas de investigación promisorias recibían pocos fondos, lamentó Chu, entre ellas investigaciones inmunológicas, neurológicas, relacionadas con las infecciones y metabólicas. Todavía no hay pruebas diagnósticas ni tratamientos efectivos para EM/SFC, añadió.

"Creo que este estudio ofrece un magnífico modelo para estudiar EM/SFC", dijo Chu. "Me gustaría que se realizaran estudios prospectivos sobre afecciones aparte de solo el virus de Epstein-Barr".

La investigación aparece en una edición reciente de la revista Clinical Infectious Diseases.

Los CDC afirman que entre 836,000 y 2.5 millones de personas tienen EM/SFC, pero que un 90 por ciento no han recibido un diagnóstico. Los síntomas de EM/SFC incluyen una fatiga intensa, dormir mal y deterioro cognitivo.

El equipo de la investigación sigue evaluando a los pacientes, seis años después de que el grupo inicial se uniera al estudio. Unas deficiencias en ciertas proteínas, conocidas como citoquinas, podrían sugerir "unas irregularidades de predisposición en la respuesta inmunitaria", reportaron los investigadores. Planifican analizar estas redes de citoquinas en la sangre de los participantes.

Este estudio también podría ayudar a los investigadores que estudian a la COVID-19, añadió Jason. Pueden usar la misma base de datos de 4,500 estudiantes para buscar los factores de riesgo que indican quiénes podrían convertirse en lo que se conoce como pacientes "prolongados", que son personas cuyos síntomas persisten.

"Y se puede ver que está sucediendo con la COVID-19", dijo Jason, porque más de 25 millones de personas en Estados Unidos han tenido un resultado positivo. "Y resulta que un 10 por ciento básicamente son pacientes prolongados de algunas formas, estamos hablando de cientos de miles de personas que estarán enfermas. Y si nuestro modelo de EM/SFC se parece a lo que está ocurriendo, será un problema importante" para Estados Unidos, añadió.

Más información

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. ofrece más información sobre EM/SFC.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Leonard Jason, PhD, professor of psychology and director, Center for Community Research, DePaul University, Chicago; Lily Chu, MD, vice president, International Association for Chronic Fatigue Syndrome/Myalgic Encephalomyelitis; Clinical Infectious Diseases, Dec. 25, 2020

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