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¿Podría una terapia genética curar la anemia de células falciformes? Dos nuevos estudios ofrecen esperanzas

SÁBADO, 5 de diciembre de 2020 (HealthDay News) -- Dos nuevas terapias genéticas prometen una potencial cura duradera para la anemia de células falciformes, al alterar de manera sutil la información genética en las células de la médula ósea de los pacientes, informan los investigadores.

Ambas terapias funcionan al activar un gen que promueve la producción de la hemoglobina fetal, señaló el Dr. Lewis Hsu, director médico de la Asociación Americana de la Anemia de Células Falciformes (Sickle Cell Disease Association of America).

¿Podría una terapia genética curar la anemia de células falciformes? Dos nuevos estudios ofrecen esperanzas

La anemia de células falciformes es provocada por un defecto genético que hace que los glóbulos rojos, que en general son flexibles, se vuelvan duros y pegajosos, adquiriendo una forma de C muy parecida a la de una hoz. Esos glóbulos sanguíneos anómalos mueren pronto, provocando anemia, y también tienden a coagularse con facilidad en los vasos sanguíneos pequeños, lo que desencadena una amplia variedad de complicaciones dolorosas y potencialmente letales.

Investigaciones que datan desde los años 80 han mostrado que la anemia de células falciformes es más leve en las personas cuyos glóbulos rojos portan una forma fetal de la hemoglobina, apuntó Hsu, que no participó en el estudio. En esencia, la presencia de las hemoglobina fetal sana compensa a la hemoglobina que hace que los glóbulos rojos se endurezcan y adquieran la forma de hoz.

En ambas terapias nuevas, se extraen muestras de la médula ósea de una persona, y entonces se edita genéticamente para desactivar al BCL11A, un gen que normalmente suprime a la producción de la hemoglobina fetal.

Las células madre de médula ósea recién editadas se vuelven entonces a transfundir al paciente después de que se ha sometido a quimioterapia para "reducir" la cantidad de células de médula ósea defectuosas en su sistema.

"Es similar a un trasplante de médulas óseas. Solo que se usan las células de la médula ósea propia, y esas células madre se corrigen. Uno vuelve a recibir sus propias células", señaló la Dra. Banu Aygun, especialista en hematología y oncología pediátricas del Centro Médico Pediátrico Cohen en New Hyde Park, Nueva York.

La única cura para la anemia de células falciformes es recibir un trasplante de médula ósea de un donante sano, pero esa no es una opción para la mayoría de los pacientes, apuntó Aygun, que no participó en el estudio.

"La mejor persona para la compatibilidad sería un hermano de padre y madre, e incluso cuando se tiene un hermano de padre y madre no hay garantía de que esa persona será compatible con el tipo", lamentó Aygun.

La primera de las nuevas terapias, desarrollada en la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard por un equipo dirigido por el Dr. David Williams, utiliza un virus para introducir ARN en la médula ósea extraída que desactiva al BCL11A.

El otro estudio, de unos investigadores alemanes dirigidos por el Dr. Selim Corbacioglu, de la Universidad de Ratisbona, utiliza la edición genética CRISPR-Cas9 para desactivar al BCL11A.

El método de modificación de genes CRISPR ganó el Premio Nobel de Química en 2020, y utiliza compuestos químicos para abrir y editar directamente a las secuencias de ADN, señaló Hsu.

"Es elegantísimo, casi como un procesador de palabras", dijo Hsu sobre el CRISPR.

Ambos estudios sobre las terapias genéticas se publicaron en la edición en línea del 5 de diciembre de la revista New England Journal of Medicine. El estudio alemán también se presentará el sábado en la reunión anual virtual de la Sociedad Americana de Hematología (American Society of Hematology).

Los hallazgos muestran que la anemia de células falciformes se redujo o desapareció del todo en los seis pacientes tratados con el método de la Harvard, y en dos pacientes tratados con el método CRISPR.

Estos nuevos métodos son más sutiles que la terapia genética experimental más avanzada para la anemia de células falciforme, un tratamiento desarrollado por la firma de EE. UU. Bluebird Bio, que ya se ha administrado a docenas de pacientes, comentó el Dr. Jeffrey Glassberg, director del Programa Integral de Anemia de Células Falciformes de Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York.

El método de Bluebird "utiliza un virus para introducir un gen completo que codifica a una nueva hemoglobina. Implica la introducción de una carga genética relativamente grande, pero funciona muy bien", dijo Glassberg. Este proceso está más adelantado en el camino para recibir la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU.

Todavía no está claro si la producción de la hemoglobina fetal funcionará mejor que reemplazar de forma directa al gen defectuoso de la hemoglobina, apuntó Glassberg, que no participó en el estudio.

"Ya tenemos ciertos pacientes que toman medicamentos que aumentan a la hemoglobina fetal. Sin duda su salud mejora cuando les administramos esos medicamentos, pero no se curan", lamentó Glassberg.

Estas terapias genéticas pueden fracasar de muchas formas, explicó Hsu. Tal vez no produzcan suficientes copias del gen editado como para hacer una diferencia, la edición genética podría revertirse a sí misma de alguna forma, o la edición podría salir mal y, en la peor situación hipotética, activar genes causantes de cáncer ubicados cerca del objetivo real.

Debido a esto, los pacientes necesitarán un seguimiento de al menos dos años para ver si la terapia dura, y de hasta 15 años para ver si surge algún efecto secundario peligroso, apuntó Hsu.

"En realidad, ahora mismo no está del todo claro cuándo declarar la victoria", dijo Hsu.

Una vez se comprueben una o más terapias genéticas para la anemia de células falciformes, el próximo paso será mejorar el proceso para limitar la cantidad de quimioterapia a la que un paciente debe someterse antes de que las células editadas se puedan reintroducir en su cuerpo, planteó Glassberg.

"Todas las terapias existentes tienen el mismo problema, que hay que envenenar al paciente y matar a una gran cantidad de la médula ósea que queda en el cuerpo", advirtió Glassberg. "Estas células no volverán al cuerpo, no se activarán ni comenzarán a producir sangre si no matamos a la mayoría de las existentes. Es un proceso muy tóxico. Los pacientes se ponen muy enfermos. Sus vidas están en riesgo".

Reducir la toxicidad de la quimioterapia sería un primer paso, pero una cura genética que pueda ocurrir dentro del cuerpo en lugar de tratar las células de médula ósea extraídas sería incluso mejor, añadió Glassberg.

Más información

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. ofrecen más información sobre la anemia de células falciformes.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com


FUENTES: Lewis Hsu, MD, PhD, chief medical officer, Sickle Cell Disease Association of America; Banu Aygun, MD, pediatric hematology-oncology specialist, Cohen Children's Medical Center, New Hyde Park, N.Y.; Jeffrey Glassberg, MD, director, Mount Sinai Comprehensive Sickle Cell Program, New York City; New England Journal of Medicine, Dec. 5, 2020, online

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