Vinculan la propagación de hepatitis C con los opioides

Más de 2 millones de estadounidenses sufren de hepatitis C, y la epidemia de opioides es un factor contribuyente importante del problema, según un nuevo estudio del gobierno.

El estudio, de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., sí resalta el progreso que se ha logrado contra la letal enfermedad del hígado. También muestra que queda mucho más trabajo, apuntaron los funcionarios de los CDC.

Vinculan la propagación de hepatitis C con los opioides
| Foto: ISTOCK

Entre 2013 y 2016, estimó la agencia, casi 2.4 millones de estadounidenses tuvieron infecciones de hepatitis C.

Se trata de un pequeño declive respecto a años anteriores. Y los CDC dijeron que esto podría indicar los efectos de nuevas terapias que han cambiado el panorama del tratamiento de la hepatitis C en los últimos años.

Pero también es probable que las muertes entre los estadounidenses mayores con la infección expliquen parte del declive, añadió la agencia.

Y aunque un mejor tratamiento podría estar logrando una reducción en los casos de hepatitis C, las nuevas cifras muestran que la mayoría de los estadounidenses con la infección todavía no se habían beneficiado a finales de 2016.

Hepatitis C señales amenazantes

Investigaciones anteriores de los CDC encontraron que los casos nuevos de hepatitis C se triplicaron entre 2010 y 2016. Se determinó que la mayoría se originaron en el uso de drogas inyectadas entre los jóvenes adultos adictos a la heroína y otros opioides. Los adultos de menos de 40 años de edad tienen la tasa más alta de infecciones nuevas.

"La crisis de los opioides está saboteando nuestros progresos contra la hepatitis C", lamentó el Dr. Jonathan Mermin, de los CDC, que trabajó en el nuevo estudio.

La hepatitis C es una infección viral que provoca inflamación en el hígado. En la mayoría de los casos, la infección se hace crónica. Sin tratamiento, alrededor de un 15% a un 30% de las personas con hepatitis C crónica desarrollan cirrosis (cicatrices) en el hígado, según los CDC. Algunos también desarrollan cáncer de hígado.

Actualmente, la mayoría de personas se infectan al compartir utensilios para inyectarse drogas, comentó la Dra. Judith Feinberg, una experta en enfermedades infecciosas que no participó en el estudio.

Los miembros de la generación de la postguerra (las personas nacidas entre 1945 y 1965) conforman la mayoría de los casos de hepatitis C en Estados Unidos. Pero la crisis de los opioides están poniendo a "toda una nueva generación" de estadounidenses en riesgo, advirtió Feinberg, presidenta electa de la Asociación de Medicina del VIH (HIV Medicine Association).

Durante décadas, el único tratamiento para la hepatitis C implicaba la inyección del fármaco interferón, un régimen que duraba un año y que con frecuencia provocaba efectos secundarios como la fatiga y síntomas parecidos a los de la gripe. Incluso entonces, la tasa de curación era de un 40% a un 50%, según la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU.

Pero en los últimos años, se han aprobado nuevos medicamentos orales para combatir a la hepatitis C, todas con unas tasas de curación que superan el 90% tras dos o tres meses de tratamiento. "Ahora podemos curarla, lo que es maravilloso", dijo Feinberg.

El problema ha sido el acceso al tratamiento, apuntó Mermin. Muchas personas que tienen hepatitis C no lo saben, porque no se han realizado las pruebas.

Los CDC recomiendan evaluar a la generación de la postguerra y a todo el que haya abusado en algún momento de las drogas inyectadas, dijo Mermin.

El tratamiento también tiene un enorme costo. Los primeros de los nuevos medicamentos que llegaron al mercado (que incluyen a Sovaldi y Harvoni) costaban hasta 95,000 dólares por una ronda completa de tratamiento.

Los programas de Medicaid de los estados, que cubren a muchos estadounidenses con hepatitis C, se estremecieron ante el costo y crearon restricciones, señaló Feinberg. En general, solo las personas con un daño hepático más grave podían obtener los medicamentos, cuando ya era demasiado tarde para prevenir las complicaciones de la hepatitis C.

Pero están ocurriendo cambios, dijo Feinberg. El aumento en la competencia está reduciendo los costos; el costo de una cura puede ahora ser de 15,000 a 25,000 dólares, anotó.

"Los programas de Medicaid de varios estados han pasado a no tener ninguna restricción, o a unas restricciones menos estrictas", según Feinberg.

Pero, idealmente, la hepatitis C se debe prevenir. Tanto Mermin como Feinberg apuntaron que "los programas de servicios de jeringuillas" son una estrategia. Los programas comunitarios ofrecen a los usuarios de drogas inyectadas unos suministros limpios para ayudar a prevenir la infección; también pueden vincular a las personas con el tratamiento para el abuso de las drogas, y con pruebas para las infecciones, añadió Mermin.

Pero un estudio de los CDC del año pasado encontró que apenas tres estados de EE. UU. tenían leyes que "respaldan el acceso completo" tanto a los programas de servicios de jeringuillas como al tratamiento de la hepatitis C.

Los nuevos hallazgos aparecen en la edición en línea del 6 de noviembre de la revista Hepatology.

Más información

Los CDC ofrecen más información sobre la hepatitis C.

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