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Lo acusan de dar falsas esperanzas

El nombre de Stanislaw Burzynski no es nuevo para las autoridades de la Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés). Desde 1995, su clínica de Houston, Texas, es objeto de investigaciones por parte de las autoridades de salud, ya que el médico de origen polaco utiliza un tratamiento para tratar el cáncer que jamás ha sido aprobado.

Burzynski trata a sus pacientes con una quimioterapia basada en el uso de antineoplastones, una sustancia química sintética, que ya ha sido probada en más de 60 ensayos clínicos sin resultados positivos.

Lo acusan de dar falsas esperanzas
| Foto: THINKSTOCK

Puntos clave

  • Burzynski ya ha tratado a unos 8,000 pacientes.
  • Pero no hay pruebas de la eficacia de la quimioterapia con neplastones.
  • Ahora, enfrenta el juicio por la muerte de un niño con cáncer.

Sin embargo, Burzynski tiene sus seguidores. ¿Por qué? Porque según una investigación del diario Usa Today, en la que se entrevistó a decenas de pacientes y familiares de víctimas, su principal crimen es jugar con el desesperado deseo de vivir de las personas con cáncer y con la búsqueda de tratamientos que funcionen por parte de sus seres queridos.

Y este crimen no sólo ha derivado en corazones destrozados, sino en muerte.

Tras décadas de convocarlo a los tribunales, la FDA ha presentado nuevos cargos contra Burzynski, a partir de la muerte en 2012 de un niño de 6 años con un cáncer de cerebro inoperable.

El médico le aseguró a los padres que había un 50% de probabilidades de que el niño se curara si era tratado con antineoplastones, aunque en cualquier clínica especializada los doctores ofrecen un 5% de posibilidades de lograr cinco años supervivencia con este tipo de tumor. 

Los padres autorizaron el tratamiento, previo pago de una fortuna. Y a los dos meses el pequeño murió. La autopsia comprobó un nivel letal de sodio en la sangre del niño, uno de los efectos secundarios más severos del uso de la quimioterapia con antineoplastones.

Burzynski ahora enfrenta cargos criminales por la muerte del niño, por falsificar datos de ensayos clínicos, destruir historias clínicas y, por dar falsas esperanzas. Aunque su clínica de Houston sigue abierta, tiene prohibido realizar la terapia con antineoplastones, que defiende a capa y espada como un método que cura el cáncer desde que migró a Estados Unidos y fundó la clínica en 1976.

En 1998, la FDA ya había limitado el uso que Burzynski podía hacer de esta terapia a pacientes que fueran parte de ensayos clínicos. Pero aún en el marco de estas investigaciones, nunca se halló que los neoplastones realmente fueran beneficiosos para detener el proceso del cáncer, indican entidades como la Asociación Americana del Cáncer y el Instituto Nacional del Cáncer.

¿Por qué Burzynski no está preso y su clínica clausurada? Al parecer el médico ha logrado burlar a la ley por décadas, aunque muchos aseguran que el caso judicial a causa de la muerte niño será su fin.

Pero la supervivencia de esta terapia alternativa, también se basa en números, aunque no de laboratorio. El médico, que ha tratado con distinta suerte a unos 8,000 pacientes, tiene sus seguidores: una mujer que asegura que se curó de un linfoma gracias a Burzynski, ha testificado a su favor cinco veces.

¿Quién no querría escuchar que va a vivir cuando ha tenido un diagnóstico que es una sentencia de muerte? Ese es un deseo que puede abrir la puerta a los timadores de la salud.

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