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Las olas del mar, el canto de las aves: los sonidos de la naturaleza sanan, según un estudio

MIÉRCOLES, 24 de marzo de 2021 (HealthDay News) -- Si se siente revitalizado tras pasar un día al aire libre en la naturaleza, hay un motivo fisiológico.

El canto de las aves y el sonido de las olas combaten a los sentimientos negativos, como la irritación y el estrés, al mismo tiempo que fomentan las emociones positivas y la salud, según una nueva investigación que utilizó los sonidos de los parques nacionales de EE. UU.

Las olas del mar, el canto de las aves: los sonidos de la naturaleza sanan, según un estudio

"Es bueno para lo que llamamos afecto positivo, cosas como los sentimientos de tranquilidad", aseguró la coautora del estudio, Rachel Buxton, asociada de investigación del departamento de biología de la Universidad de Carleton en Ottawa, Canadá.

"Es bueno para aliviar el estrés y para una amplia variedad de beneficios que observamos, desde aliviar el dolor y mejorar el estado de ánimo hasta la capacidad cognitiva", señaló. "Creo que es de verdad sorprendente, no solo que los sonidos naturales confieran estos beneficios para la salud, sino la variedad de los beneficios de salud".

Buxton trabajó con compañeros de la Universidad Estatal de Colorado, la Universidad Estatal de Michigan y el Servicio Nacional de Parques de EE. UU. para estudiar el impacto de los sonidos naturales en la salud.

Los investigadores escucharon grabaciones de los sonidos de 251 lugares en 68 parques nacionales. La cantidad de sonidos naturales de los parques variaba. En algunas áreas, los sonidos naturales abundaban. Otras tenían más visitantes, y por tanto, más ruido humano.

Entonces, los investigadores realizaron una revisión de la literatura y un metaanálisis de 18 publicaciones, para buscar el impacto en la salud. La mayor parte de las evidencias de la investigación provino de unos sonidos reproducidos en ámbitos de laboratorio u hospitalarios.

Encontraron que ciertos sonidos naturales proveían unos beneficios más específicos. El canto de las aves, por ejemplo, era el que más reducía el estrés. Los sonidos de agua eran lo que más mejoraba a las emociones positivas y los resultados de salud.

Buxton señaló que también encontraron que escuchar sonidos naturales y ruido humano seguía proveyendo algunos beneficios de salud, en comparación con solo el ruido humano.

"Pienso que esto es de verdad importante en un contexto urbano, donde es casi imposible ir a algún lado de la ciudad sin escuchar cierto ruido. Si vamos a un parque que también tiene muchos sonidos naturales además del ruido, podría de cualquier forma proveer algunos beneficios de salud", explicó Buxton.

"Se pueden obtener algunos de los beneficios de salud solo si escucha, pero pasar tiempo en la naturaleza y obtener los beneficios de salud implica más que solo los sonidos", aseguró Buxton. "Se trata de la experiencia sensorial completa. También hay muchas evidencias de que mirar a los árboles y a los elementos naturales también es muy bueno para uno. Siempre es mejor salir al aire libre si es posible".

Los motivos del impacto aparente de la naturaleza en la salud podrían remontarse a la antigüedad de la historia humana, dijo Buxton, porque los humanos están programados para estar en sintonía con las señales de peligro y seguridad.

"Un ambiente acústico que tenga muchos sonidos naturales es un indicador bastante bueno de seguridad, de un ambiente seguro", apuntó Buxton.

"Nos permite recuperarnos a nivel mental, porque estamos en un ambiente seguro, mientras que un ambiente acústico sin sonidos naturales, que esté muy tranquilo o que carezca de muchos sonidos naturales, puede tal vez ser un indicador de que pasa algo malo, y esto puede provocar vigilancia", advirtió. "Verificamos el ambiente e intentamos averiguar qué está pasando, y esto no permite la recuperación mental, y en realidad puede conducir al estrés".

Los hallazgos aparecen en la edición del 22 de marzo de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

"Sin duda no me sorprende que encontraran que los sonidos naturales sin duda contribuyen a esa sensación de bienestar y a esa sensación de reducción del estrés y recuperación", comentó una psicoterapeuta, patricia Hasbach, que tiene un consultorio privado llamado Northwest EcoTherapy en Eugene, Oregón, y que utiliza prácticas ecoterapéuticas en su trabajo con clientes. También es directora del programa de ecopsicología de la Escuela de Postgrados en Educación y Consejería Lewis & Clark, en Portland.

"Creo que a veces olvidamos que somos la naturaleza. Somos mamíferos", comentó Hasbach, que no participó en el estudio. "Desde un punto de vista evolutivo, evolucionamos insertados en el mundo natural, y la época en que vivimos en centros urbanos, con frecuencia en ambientes interiores cerrados y controlados, es relativamente reciente".

Hasbach trabaja con sus clientes para crear una receta de naturaleza.

"Puede ser algo tan sencillo como pedirles que salgan al patio o vayan a un parque o a un lugar al que tengan algo de acceso con cierta regularidad", dijo Hasbach. "Quizá les dé una receta de que vayan allí tres veces por semana durante media hora, o quizá que encuentren un lugar especial que visiten a distintas horas del día o en distintas condiciones climáticas, y que simplemente lo noten, que simplemente estén en ese lugar".

Y aunque los DVD de naturaleza no son tan significativos como de verdad estar en la naturaleza, son mejores que nada.

"Incluso el sonido virtual puede tener el impacto de esa estimulación sensorial", añadió Hasbach. "Pero siempre advierto que no puede ser igual de bueno que la naturaleza real".

Más información

La Asociación Americana de Psicología (American Psychological Association) ofrece más información sobre el impacto de la naturaleza en el bienestar.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Rachel Buxton, PhD, research associate, department of biology, Carleton University, Ottawa, Canada; Patricia Hasbach, PhD, psychotherapist, Northwest EcoTherapy, Eugene, Ore., and co-director, Ecopsychology program, School of Education and Counseling, Lewis & Clark College, Portland, Ore.; Proceedings of the National Academy of Sciences, March 22, 2021

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