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Las mujeres tienen una peor supervivencia que los hombres en los años tras un primer ataque cardiaco

LUNES, 30 de noviembre de 2020 (HealthDay News) -- Este es un buen motivo para que las mujeres se tomen un ataque cardiaco más en serio: un nuevo estudio muestra que las mujeres son más propensas a desarrollar una insuficiencia cardiaca o a fallecer en un plazo de cinco años tras sufrir un primer ataque cardiaco grave que los hombres.

Aunque la diferencia sexual fue mucho más estrecha en un tipo de ataque cardiaco que es menos grave, esto no sucedió con un tipo más grave, según unos investigadores canadienses, que descubrieron que las mujeres tienen un riesgo un 20 por ciento más alto de desarrollar insuficiencia cardiaca o fallecer en un plazo de cinco años.

Las mujeres tienen una peor supervivencia que los hombres en los años tras un primer ataque cardiaco

¿Por qué?

El estudio encontró algunas pistas: las mujeres en general tenían una mayor edad en el momento en que sufrieron su ataque cardiaco y más factores de riesgo que podrían haber aumentado su riesgo de insuficiencia cardiaca, pero también acudieron con menos frecuencia a un especialista cardiovascular, era menos probable que les recetaran medicamentos para el corazón, y tenían unas tasas ligeramente más bajas de ciertos procedimientos quirúrgicos.

Las mujeres tendían a tener unos 10 años más que los hombres cuando sufrieron un ataque cardiaco por primera vez, y podría haber algunas barreras que se pueden resolver al mejorar la atención de las personas mayores, aseguró el coautor del estudio, el Dr. Justin Ezekowitz, cardiólogo y codirector del Centro Canadiense VIGOUR de la Universidad de Alberta, en Edmonton.

"Creo que todavía hay una laguna que se debe comprender mejor. Creo que debemos comprender si hay o no factores de riesgo distintos que quizá las mujeres presenten", dijo Ezekowitz. "E intentamos identificar algunos, pero no encontramos ningún factor singular. Creo que se trata de una constelación de factores, lo que lo hace más difícil de comprender".

En el estudio, los investigadores analizaron los datos de más de 45,000 pacientes que fueron hospitalizados por su primer ataque cardiaco entre 2002 y 2016 en Alberta, Canadá. Casi el 31 por ciento de estos pacientes eran mujeres.

Los investigadores se enfocaron en dos tipos de ataque cardiaco: el infarto al miocardio con elevación del segmento ST (IMEST), que es grave y supone una amenaza para la vida; y el IMSEST, que es menos grave y más común. El estudio dio seguimiento a los pacientes durante un promedio de seis años.

Las mujeres fueron más propensas que los hombres a desarrollar insuficiencia cardiaca en el hospital o después del alta con ambos tipos de ataque cardiaco, cuando no se realizaron ajustes por las variables, pero la diferencia fue considerablemente más estrecha respecto a los pacientes con IMSEST tras esos ajustes, según los autores del estudio.

Las mujeres tenían una edad promedio de 72 años, en comparación con 61 años entre los hombres, en el momento de sus primeros ataques cardiacos. También tendían a presentar unos historiales médicos más complejos en el momento de sus ataques cardiacos, que incluían hipertensión, diabetes, fibrilación auricular y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Son factores de riesgo que contribuyen a la insuficiencia cardiaca.

Casi un 73 por ciento de las mujeres fueron atendidas por un especialista cardiovascular, en comparación con un 84 por ciento de los hombres. Las mujeres también tenían menos probabilidades de recibir medicamentos cardiacos, como los bloqueadores beta o las estatinas para reducir el colesterol, y un poco menos de probabilidades de recibir ciertos procedimientos para restaurar el flujo sanguíneo, por ejemplo una angioplastia quirúrgica.

El estudio aparece en la edición en línea del 30 de noviembre de la revista Circulation.

Las soluciones potenciales para eliminar la diferencia incluyen tomar más en cuenta las preferencias de los pacientes al administrar la atención, planteó Ezekowitz.

"Durante muchísimo tiempo hemos ofrecido la rehabilitación cardiaca en unas ubicaciones determinadas. Tal vez sea más difícil para alguien que es mayor asistir a la rehabilitación cardiaca que para alguien que sea más joven, debido a la movilidad o porque no pueden conseguir transporte", explicó Ezekowitz. "Podemos comenzar a ofrecerlo como un modelo mucho más a la medida, es decir, si una persona tiene ciertos tipos de problemas, debemos ofrecerles este tipo de modelo distinto. Creo que esto ayudará a más personas a tener acceso a la atención, y a recibir una atención de alta calidad".

Si una mujer tiene más edad en el momento en que sufre un ataque cardiaco, los proveedores podrían tener algunos sesgos intrínsecos respecto a que ciertas terapias no funcionan igual de bien en las personas mayores, y quizá no ofrezcan parte de esa atención, añadió.

"Debemos reconocer que algunas de las lagunas se pueden cubrir al proveer una atención que sea adecuada para las personas mayores, una atención que sea adecuada para distintas edades, pero también al hacer que las personas sean más conscientes de que muchas de nuestras terapias funcionan igual de bien en las personas jóvenes y en las mayores", enfatizó Ezekowitz. "Debemos tener mucho cuidado de no limitar la terapia basándonos solo en la edad".

Un aspecto de importancia crítica es aumentar las iniciativas para prevenir estos tipos de ataques cardiacos en primer lugar, planteó el Dr. Gregg Fonarow, cardiólogo de la Universidad de California, en Los Ángeles. Esto incluye reducir el colesterol, controlar la presión arterial, aumentar el ejercicio, dejar de fumar y comer una dieta saludable.

Incluso después de que ocurre un ataque cardiaco, hay terapias que pueden reducir el riesgo de desarrollar insuficiencia cardiaca o de mortalidad que son cardioprotectoras, añadió Fonarow. Incluyen a los inhibidores de la ECA y a los bloqueadores beta, además de las estatinas de alta intensidad.

"La tendencia es a subutilizar estas terapias en las mujeres, en relación con los hombres", lamentó Fonarow. "Se debe realizar más trabajo para proveer una atención de mayor calidad y equitativa a las mujeres, de una forma que reduzca su riesgo de complicaciones y eventos recurrentes, insuficiencia cardiaca y muerte cardiovascular prematura después de un evento coronario agudo".

Más información

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. ofrecen más información sobre la insuficiencia cardiaca.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com


FUENTES: Justin Ezekowitz, MD, cardiologist, Mazankowski Alberta Heart Institute, co-director, Canadian VIGOUR Centre, professor, department of medicine, division of cardiology, University of Alberta, Edmonton, Alberta, Canada; Gregg Fonarow, MD, chief, division of cardiology, University of California, Los Angeles; Circulation, Nov. 30, 2020, online

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