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Las dietas con mucha comida 'ultraprocesada' podrían dañar al cerebro

JUEVES, 28 de julio de 2022 (HealthDay News) -- Comer mucha comida ultraprocesada podría aumentar de forma dramática el riesgo de demencia, según un nuevo estudio de investigadores de China.

La comida ultraprocesada es rica en azúcar, grasa y sal, pero baja en proteína y fibra. Los refrescos, los refrigerios y postres salados y azucarados, el helado, las salchichas, el pollo frito, el yogurt con sabores, el kétchup, la mayonesa, el pan de bolsa y los cereales con sabores son ejemplos.

Las dietas con mucha comida 'ultraprocesada' podrían dañar al cerebro

Reemplazar estos alimentos con alternativas más saludables podría reducir las probabilidades de demencia en un 19 por ciento, encontró el estudio.

"Estos resultados significan que es importante informar a los consumidores sobre estas asociaciones, implementar medidas que se dirijan a reformular los productos, y hacer difusión para que se limite la proporción de alimentos ultraprocesados en la dieta y [en su lugar] fomentar el consumo de alimentos sin procesar o con un procesamiento mínimo, como las verduras y las frutas frescas", planteó el investigador principal, Huiping Li, de la Facultad de Salud Pública de la Universidad Médica de Tianjin.

Este estudio no prueba que comer comida ultraprocesada aumente el riesgo de demencia, solo que parece haber un vínculo.

El Dr. Sam Gandy, director del Centro de Salud Cognitiva Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York, revisó los hallazgos.

"Esto es coherente con las crecientes evidencias que indican que una dieta y un estilo de vida saludables para el corazón son la mejor forma de que todo el mundo module su riesgo de demencia", señaló Gandy. "La principal novedad de esto es el enfoque en los riesgos de los alimentos ultraprocesados, en lugar de los beneficios de alimentos saludables para el corazón".

En el estudio, el equipo de Li recolectó los datos de más de 72,000 personas incluidas en el UK Biobank, una gran base de datos de información de salud de personas de Reino Unido. Al principio, los participantes tenían a partir de 55 años, y ninguno sufría demencia. A lo largo de un promedio de 10 años, 518 personas desarrollaron demencia.

Los investigadores compararon a 18,000 personas cuyas dietas incluían pocos alimentos procesados con un número parecido de personas que consumían muchos.

Entre los participantes que consumían la cantidad más baja de comida procesada (alrededor de 8 onzas [227 gramos] al día), 100 desarrollaron demencia, en comparación con los que comían la mayor cantidad (alrededor de 28 a 29 onzas [de 794 a 822 gramos] al día). El estudio consideró que una porción de pizza o de palitos de pescado tenía poco más de 5 onzas (142 gramos).

Las bebidas, los productos azucarados y los lácteos ultraprocesados fueron los principales contribuyentes a la ingesta de comida ultraprocesada.

El grupo de Li estimó que sustituir un 10 por ciento de los alimentos ultraprocesados por alimentos sin procesar o con un procesamiento mínimo, como frutas frescas, verduras, legumbres, leche y carne, podría reducir el riesgo de demencia (pero no de Alzheimer) en un 19 por ciento.

Li apuntó que unos cambios fáciles en la elección de alimentos pueden hacer una gran diferencia.

"Unos cambios pequeños y manejables en la dieta, por ejemplo aumentar la cantidad de alimentos sin procesar o con un procesamiento mínimo en apenas 2 onzas (57 gramos) al día, equivalente a alrededor de media manzana, una porción de maíz o un tazón de cereal de salvado, y al mismo tiempo reducir el consumo de alimentos ultraprocesados en 2 onzas al día, equivalente a más o menos una barra de chocolate o una porción de tocineta, se podría asociar con una reducción de un 3 por ciento en el riesgo de demencia", aseguró Li.

Samantha Heller, nutricionista clínica sénior de Langone Health de la NYU en la ciudad de Nueva York, apuntó que hace mucho que se sabe que los alimentos ultraprocesados aumentan las probabilidades de desarrollar varias afecciones crónicas. Entre ellas se encuentran la enfermedad cardiaca, ciertos tipos de cáncer, la diabetes tipo 2 y la obesidad.

"Aunque se desconoce la causa exacta, no resulta sorprendente que este tipo de patrón dietético se asocie con un aumento en el riesgo de demencia", afirmó. "Los alimentos ultraprocesados están diseñados bioquímicamente, y se publicitan, para aumentar los deseos intensos de estos alimentos, y en muchos hogares desplazan a unas opciones más saludables, como las frutas, las verduras, las legumbres y los granos integrales".

La mala calidad nutricional de los alimentos ultraprocesados (que son ricos en sal, azúcar y grasa saturada, y bajos en fibra) es una receta para una mala salud, tanto física como mental, advirtió Heller.

"Evitar la demencia es otra magnífica razón para comenzar a incorporar más alimentos de origen vegetal, y menos alimentos ultraprocesados y de origen animal, en nuestras dietas", planteó.

Heller dijo que los cambios pueden ser tan sencillos como reemplazar el cereal azucarado con un cereal de grano integral, como el trigo triturado o la avena, o hacer la pizza con ensalada u hongos y espinaca, en lugar de pepperoni y salchicha.

O, sugirió, pruebe el falafel en un pan de pita de trigo integral con tomates y pepinos picados en lugar de un sándwich de jamón, o una sopa de lentejas con ensalada en lugar de una hamburguesa con queso.

"Cada comida es una oportunidad de elegir una opción saludable", aseguró Heller.

Mantener la cocina llena de alimentos saludables, por ejemplo frijoles en lata o secos, granos integrales como la quínoa y el arroz integral, mantequilla de cacahuate o almendra, frutos secos surtidos y verduras congeladas, facilita preparar unas comidas que sean ricas en fibra y nutrientes, observó.

"Aprender nuevas formas de preparar los alimentos e ideas para las comidas quizá parezca difícil al principio, pero hay muchas recetas y recursos gratis en línea que pueden orientarlo", señaló Heller. "Anecdóticamente, he encontrado que en mis pacientes, una vez comienzan a comer menos alimentos ultraprocesados y más alimentos frescos, el deseo intenso y el sabor de los alimentos ultraprocesados se reducen, a veces hasta el punto en que un sándwich de tocineta, huevo y queso para el desayuno ya ni les sabe bien".

Los hallazgos se publicaron en la edición en línea del 27 de julio de la revista Neurology.

En un editorial que se publicó junto con el estudio, Maura Walker y Nicole Spartano, investigadoras de la Universidad de Boston, cuestionaron la forma en que el estudio definió a los alimentos ultraprocesados. Apuntaron que los métodos de preparación pueden afectar al valor nutricional de los alimentos, y dijo que sería beneficioso realizar más estudios que no dependan de los hábitos de alimentación reportados por los propios participantes.

"Mientras intentamos comprender mejor las complejidades de la ingesta dietética [el procesamiento, el momento, las comidas mezcladas], también debemos considerar que quizá se requieran inversiones en una evaluación dietética de más alta calidad", escribieron.

Más información

Aprenda más sobre la dieta y la demencia en el Instituto Nacional Sobre el Envejecimiento de EE. UU.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Huiping Li, PhD, School of Public Health, Tianjin Medical University, Tianjin, China; Sam Gandy, MD, PhD, director, Mount Sinai Center for Cognitive Health, New York City; Samantha Heller, MS, RD, CDN, senior clinical nutritionist, NYU Langone Health, New York City; Neurology, July 27, 2022, online

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