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La pandemia redujo la contaminación del aire, y hubo un declive en los ataques cardiacos

LUNES, 8 de noviembre de 2021 (HealthDay News) -- El aire urbano se limpió durante los cierres por la pandemia de COVID-19, mientras menos personas hacían desplazamientos a diario, y esto podría haber resultado en un beneficio inesperado para la salud del corazón de los estadounidenses, sugiere un estudio reciente.

Estas reducciones en la contaminación atmosférica parecen estar vinculadas con una reducción en los ataques cardiacos durante los cierres, según una investigación que será presentada el sábado en la reunión anual en línea de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association, AHA).

La pandemia redujo la contaminación del aire, y hubo un declive en los ataques cardiacos

El número de ataques cardiacos se redujo en un 6 por ciento por cada declive de 10 microgramos por metro cúbico en la contaminación con partículas finas, encontraron los investigadores.

"El mensaje principal de nuestra investigación es que los esfuerzos por reducir la contaminación ambiental pueden prevenir la forma más grave de los ataques cardiacos", señaló el investigador principal, Sidney Aung, estudiante de medicina de cuarto año de la Universidad de California, en San Francisco. "Esperamos que esto provea un mayor ímpetu al aumento en los esfuerzos de salud pública que buscan reducir la contaminación atmosférica".

Las investigaciones anteriores habían encontrado una reducción en la contaminación con partículas finas cuando las personas se quedaron en casa durante los cierres, apuntó Aung.

Hubo una reducción de alrededor de un 4.5 por ciento en la contaminación con partículas finas durante las dos últimas semanas de marzo de 2020, en comparación con el mismo periodo en los años anteriores, apuntó Aung. Este tipo de contaminación se redujo en más de un 11 por ciento cuando se observaron los condados en estados que implantaron unos cierres tempranos de los negocios no esenciales.

Para ver cómo un aire más limpio podría mejorar la salud, el equipo de Aung utilizó datos federales para comparar la frecuencia de ataques cardiacos con la calidad del aire en distintas regiones de Estados Unidos.

Resulta que había una correlación directa. Entre enero y abril de 2020 ocurrieron casi 61,000 ataques cardiacos, y entonces el número de ataques cardiacos se redujo a medida que el aire se limpió en partes específicas del país.

Las pequeñísimas partículas que conforman la contaminación con partículas finas son de verdad minúsculas, según la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. Las partículas individuales miden 2.5 micrómetros o menos. En comparación, un solo cabello de la cabeza tiene 70 micrómetros de diámetro, es decir, es 30 veces más grande que la partícula fina de mayor tamaño.

Los estudios han vinculado la inhalación con estas pequeñísimas partículas con un aumento en la inflamación, los ritmos cardiacos irregulares y una sangre más espesa, apuntó Aung.

"Todas estas representan formas en que un aire malo podrían conducir a más ataques cardiacos, y por esto pensamos que las mejoras en la calidad del aire podrían conducir a que haya menos ataques cardiacos", planteó Aung.

Pero una reducción de 10 microgramos por metro cúbico no es poca cosa. Aung anotó que el nivel de contaminación promedio de Los Ángeles en 2018 era de 12.7 microgramos por metro cúbico.

"Pero deseamos reiterar que una reducción incluso más pequeña en la concentración de materia particulada, y cualquier reducción subsiguiente en los ataques cardiacos, podría ser tremendamente beneficioso para la salud pública", dijo Aung.

Los hallazgos proveen otro potente motivo para la búsqueda de tecnologías de energía limpia, planteó el Dr. Joel Kaufman, presidente de la declaración de política sobre la contaminación atmosférica de 2020 de la Asociación Americana del Corazón.

"Si estos resultados se sostienen, refuerzan los beneficios de la reducción de la contaminación atmosférica como una forma rentable de mejorar la salud", aseguró Kaufman, profesor de ciencias de la salud ambiental y ocupacional, epidemiología y medicina de la Universidad de Washington, en Seattle. "También significa que reducir la quema de combustibles fósiles (algo que debemos hacer de cualquier forma para luchar contra el cambio climático) podría significar unos tremendos beneficios para la salud ahora, aunque los beneficios para el clima tarden años en acumularse".

Aung se mostró de acuerdo, y añadió que es probable que la calidad del aire se deteriore a medida que más personas comiencen a realizar desplazamientos de nuevo.

"Creemos que es muy posible que la calidad del aire vuelva a unos niveles usuales más altos a medida que la gente regrese a sus actividades normales previas a la pandemia", señaló Aung. "Esperamos que nuestra investigación tenga implicaciones para un mayor respaldo de las tecnologías de energía limpia para reducir los niveles de contaminación atmosférica".

Como análisis observacional, el estudio no prueba causalidad, solo que hay un vínculo entre la calidad del aire y el ataque cardiaco.

Los hallazgos presentados en reuniones médicas también se consideran preliminares hasta que se publican en una revista revisada por profesionales.

Más información

La Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. ofrece más información sobre la contaminación con partículas.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com


FUENTES: Sidney Aung, BA, fourth-year medical student, University of California-San Francisco; Joel Kaufman, MD, MPH, professor, environmental and occupational health sciences, epidemiology and medicine, University of Washington, Seattle; presentation, American Heart Association online meeting, Nov. 13, 2021

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