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La obesidad en la adolescencia aumenta el riesgo de diabetes en la adultez, incluso tras la pérdida de peso

LUNES, 21 de junio de 2021 (HealthDay News) -- Un nuevo estudio muestra que los adolescentes que tienen sobrepeso o son obesos podrían tener más probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 o sufrir un ataque cardiaco en la treintena o la cuarentena, un hallazgo que confirma lo que muchos sospechan.

Esos adolescentes también tienen más probabilidades de presentar otros problemas de salud en un futuro, independientemente de si perdieron cualquier exceso de peso durante la adultez.

La obesidad en la adolescencia aumenta el riesgo de diabetes en la adultez, incluso tras la pérdida de peso

"La adolescencia es un periodo importante para prevenir la diabetes y los ataques cardiacos futuros", aseguró el autor del estudio, el Dr. Jason Nagata, profesor asistente de pediatría de la división de medicina de adolescentes y adultos jóvenes de la Universidad de California, en San Francisco.

La forma exacta en que el peso en la adolescencia afecta a la salud futura todavía no se comprende del todo, pero los factores de riesgo que comienzan a acumularse a unas edades tempranas (como el endurecimiento de las arterias o la resistencia a la insulina) podrían ser difíciles de revertir del todo.

En el nuevo estudio, los investigadores analizaron los datos de 12,300 adolescentes, a quienes se dio seguimiento durante 24 años como parte del Estudio nacional longitudinal de salud de los adolescentes y los adultos de EE. UU. Los investigadores rastrearon el índice de masa corporal (IMC) y las puntuaciones z. El IMC es una medida de la grasa corporal basada en la estatura y el peso, y la puntuación z lo pone en perspectiva según la edad y el sexo del niño.

Cuando se compararon con los adolescentes que tenían una puntuación de IMC-z más baja, los adolescentes con unas puntuaciones más altas presentaban un aumento de casi un 9 por ciento en el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, un aumento del 0.8 por ciento en el riesgo de tener un ataque cardiaco en la treintena y la cuarentena, y un aumento del 2.6 por ciento en el riesgo de tener una peor salud general, y todo esto se sostuvo sin importar su IMC en la adultez. Los investigadores también controlaron otros factores que se sabe que afectan a los resultados de salud, como la raza/etnia, el tabaco y el consumo de alcohol.

"Los padres deben animar a los adolescentes a desarrollar unas conductas saludables, por ejemplo la actividad física regular y unas comidas equilibradas", planteó Nagata. Los médicos también deben tomar en cuenta el historial del IMC en sus evaluaciones, añadió.

Los hallazgos se publicaron en la edición en línea del 21 de junio de la revista Journal of the American College of Cardiology.

El mensaje está claro: "Debemos actuar antes", comentó el Dr. Andrew Freeman, director de prevención y bienestar cardiovasculares de National Jewish Health, en Denver. Freeman también es copresidente del Grupo de Trabajo de Nutrición y Estilo de Vida del Colegio Americano de Cardiología (American College of Cardiology).

"Lo que uno come a principios de la vida tiene un impacto en lo que le sucede en el futuro", aseguró Freeman, que no participó en la nueva investigación. "En lugar de gestos vacíos, debemos decir esto es lo que hay que hacer, y cómo hacerlo".

Realizar cambios saludables en el estilo de vida podría ayudar a frenar en seco a algunos de esos riesgos. "Coma una dieta baja en grasa, de alimentos enteros y de origen vegetal, ya que todos los estudios jamás realizados muestran que esta forma de comer reduce la enfermedad y ayuda a mantener o a perder el peso", indicó Freeman. El ejercicio diario también es una parte importante de un estilo de vida saludable.

Los padres deben fomentar unos hábitos saludables, como caminatas familiares y cocinar y comprar alimentos saludables juntos, añadió el Dr. Scott Kahan, director del Centro Nacional de Peso y Bienestar, en Washington, D.C.

"Cuando los niños aumenten de peso, tome medidas inteligentes y que los respalden para ayudar a minimizar el aumento de peso y fomentar un estilo de vida más saludable", aconsejó Kahan, que no participó en el nuevo estudio.

Uno no está desvalido, señaló. Perder peso, aunque sea un poco, mejora la salud. "Se puede revertir parte del daño que ha ocurrido, pero quizá no se pueda revertir del todo", dijo Kahan.

Más información

CardioSmart, la rama de educación del paciente del Colegio Americano de Cardiología, ofrece más consejos sobre cómo prevenir la obesidad en los niños.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Jason Nagata, MD, MSc, assistant professor, pediatrics, division of adolescent and young adult medicine, University of California, San Francisco; Andrew Freeman, MD, director, cardiovascular prevention and wellness, National Jewish Health, Denver, and co-chair, American College of Cardiology's Nutrition & Lifestyle Workgroup; Scott Kahan, MD, director, National Center for Weight and Wellness, Washington, D.C.; Journal of the American College of Cardiology, June 21, 2021, online

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