La COVID-19 está afectando duramente a los hispanos

La tasa de diagnóstico de la COVID-19 en las comunidades hispanas es desproporcionadamente alta, según datos por áreas de Estados Unidos, que ahora se conocen.

Queda claro que aquellos con menores recursos sufren de peores formas. 

La COVID-19 está afectando duramente a los hispanos
| Foto: GETTY IMAGES

El efecto desproporcionado de COVID-19 en residentes de bajos ingresos, hispanos y negros, se puede relacionar a las tasas más altas de condiciones subyacentes como diabetes y presión arterial alta no controlada. Esos factores hacen que una infección de coronavirus sea más riesgosa.

Cuando la COVID-19 ataca, comienza a agredir no solo los pulmones sino también el corazón, los riñones y el cerebro, explicó el Dr. Ivor Benjamin, director del Centro Cardiovascular del Colegio Médico de Wisconsin. En alguien cuyo sistema ya está presionado por una enfermedad subyacente, el cuerpo trata de lidiar con todas las enfermedades pero con más esfuerzo.

"Un cuerpo ya está estresado tiene muy pocas reservas", dijo Benjamin", quien también fue presidente de la American Heart Association (AHA). "Si ya enfrenta desafíos de salud también se encuentra en el máximo de tolerancia para lidiar con el estrés presente".

Nuevas evidencias

Uno de los estudios más recientes muestra que en el área de Baltimore-Washington, D.C.  entre casi 38,000 pacientes a los que se hicieron pruebas del SARS-CoV-2 en el Sistema de Salud de Johns Hopkins, el 16 por ciento tuvieron resultados positivos de COVID-19.

Pero la cifra fue mucho mayor (de casi un 43 por ciento) entre los pacientes hispanos.

Los resultados aparecen en medio de un creciente reconocimiento de la carga que la COVID-19 ha implicado para las minorías raciales en Estados Unidos.

Los datos de los estados y de las ciudades han estado revelando diferencias en quiénes contraen el virus y quiénes mueren. Pero este es uno de los primeros estudios publicados que mide el impacto, aseguró el investigador Diego Martínez, profesor asistente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Johns Hopkins, en Baltimore.

Los investigadores encontraron que aunque el área de Baltimore-D.C. no tiene una gran población hispana, esos residentes tuvieron unas tasas mucho más altas de pruebas positivas de la COVID-19.

De los 4,169 pacientes hispanos que se sometieron a la prueba, casi un 43 por ciento tuvieron resultados positivos del virus, en comparación con más o menos un 9 por ciento de los pacientes blancos y un 18 por ciento de los pacientes negros.

"Los datos corroboran lo que hemos estado viendo en las salas de los hospitales", señaló una coinvestigadora, la Dra. Kathleen Page, profesora asociada de medicina de la Johns Hopkins.

En cuando a los motivos subyacentes, el estudio no puede responder a esa pregunta. Pero la experiencia de los médicos en el campo da "una idea de lo que está sucediendo", aseguró Page.

Con frecuencia, los pacientes hispanos carecen de seguro de salud o tienen dificultades para acceder a la atención, lo que significa que tal vez no reciban pruebas de la COVID-19 a menos que enfermen bastante. Y eso aumentaría sus probabilidades de tener unos resultados positivos en las pruebas.

Pero, dijo Page, los hispanos también podrían tener un riesgo más alto porque muchos son trabajadores esenciales que no pueden quedarse en casa. Muchos también viven en viviendas hacinadas, lo que hace que el distanciamiento social sea difícil y fomenta la transmisión en las familias.

La Dra. Laurie Zephyrin es vicepresidenta de reforma del sistema de administración de la atención de la salud de Commonwealth Fund, una organización sin fines de lucro en la ciudad de Nueva York.

Se mostró de acuerdo en que es probable que las desigualdades que la epidemia ha puesto en manifiesto se relacionen tanto con el empleo como con la vivienda.

"Las personas de color con frecuencia no pueden practicar el distanciamiento social y protegerse", lamentó Zephyrin. Y si un trabajo no ofrece licencia paga por enfermedad, añadió, los empleados quizá vayan a trabajar aunque no estén bien.

Los pacientes hispanos que tuvieron resultados positivos del SARS-CoV-2 con frecuencia eran más jóvenes, encontró el estudio. Entre los que tenían de 18 a 44 años, más de un 61 por ciento tuvieron resultados positivos, frente a alrededor de un 28 por ciento de los pacientes tanto blancos como negros en ese grupo de edad.

En parte debido al sesgo de la edad más joven, los pacientes hispanos tenían unas probabilidades un poco más bajas de ser hospitalizados: se hospitalizó a un 29 por ciento, frente a alrededor de un 40 por ciento de los pacientes negros y blancos, encontraron los investigadores.

Pero otras investigaciones han mostrado que las personas de color están sufriendo las consecuencias más graves de la COVID-19 de forma desproporcionada.

En su propio análisis en abril, Zephyrin y sus colaboradores encontraron que las tasas de mortalidad por la COVID-19 eran más altas en los condados de EE. UU. con unas poblaciones negras más grandes que el promedio.

A principios de la pandemia en EE. UU., anotó Zephyrin, se recolectaron pocos datos sobre la raza y la etnia de los pacientes, lo que dificulta que se comprenda el impacto en las comunidades de color. Esto ha mejorado, afirmó, pero todavía se puede mejorar más.

Pero, en medio de la pandemia, las respuestas deben ser rápidas, incluso aunque los datos sean imperfectos. Page comentó que implicar a las organizaciones comunitarias locales ha sido esencial para llegar a los grupos tradicionalmente marginados.

"No solo son fuentes fiables de información, sino que la convierten en realidad", dijo Page. Por ejemplo, los consejos sobre el distanciamiento social podrían ser más convincentes si provienen de alguien que vive en la comunidad.

Según Zephyrin, la licencia por enfermedad paga, las pruebas gratis del SARS-CoV-2, y una mejor financiación para los hospitales de la "red de seguridad" (que ofrecen atención independientemente de la capacidad de pago del paciente) son algunas medidas que podrían ayudar.

De una forma más amplia, la pandemia ha iluminado a las persistentes desigualdades raciales, en la atención de la salud y en otras instituciones, añadió.

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