Este contenido ha sido archivado y puede no estar actualizado

La comida basura y el alcohol con frecuencia son las estrellas de las películas populares en EE. UU.


LUNES, 23 de noviembre de 2020 (HealthDay News) -- Si hubiera un Oscar a "la comida más malsana en un rol protagónico", muchas de las películas más populares de EE. UU. saldrían nominadas.

La comida basura y el alcohol con frecuencia son las estrellas de las películas populares en EE. UU.

Esa es la conclusión de una nueva revisión del contenido de la comida en 250 de las películas más taquilleras de EE. UU. No pocas veces, las elecciones ficticias de comida eran tan malas que no superarían las recomendaciones dietéticas del mundo real, dijeron los autores del estudio.

"La dieta general representada en las películas no aprobaría las directrices federales de una dieta saludable... no tiene suficiente fibra, tiene demasiada grasa saturada y sodio, y... más azúcar y tres veces más alcohol de lo que el estadounidense promedio consume", advirtió el autor principal del estudio, Bradley Turnwald.

Y tiene grandes implicaciones, aseguró.

"Solidifican una norma de que los alimentos malsanos son comunes y se valoran en nuestra cultura, al ser consumidos por actrices famosas, modelos de rol e incluso superhéroes", lamentó Turnwald, miembro de investigación postdoctoral en psicología de la Universidad de Stanford en Stanford, California.

Anotó que otros estudios han vinculado ver alcohol en las películas con unos atracones de bebida más tempranos entre los adolescentes. Y ver refrigerios malsanos hace que sea tres veces más probable que los niños elijan el mismo refrigerio inmediatamente después de la película, apuntaron los investigadores.

Las directrices de publicidad y comerciales del entretenimiento para el contenido de comida y alcohol son más flojas en Estados Unidos que en otros lugares, debido a las protecciones de la Primera Enmienda, anotó Turnwald.

"Los productores pueden, en esencia, mostrar cualquier comida que deseen, independientemente de la audiencia", apuntó.

Para entender qué están mostrando los productores en realidad, el equipo de Turnwald analizó a las películas más taquilleras de EE. UU. lanzadas entre 1994 y 2018. Los números de los ingresos de taquilla se obtuvieron en Internet Movie Database.

Dos investigadores vieron cada película completa, y anotaron el contenido de comida y bebidas según las categorías descritas por el Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA).

Las bebidas de las películas se clasificaron como alcohol, agua, lácteos, café/té, bebidas endulzadas, jugo 100 por ciento, bebidas de dieta, fórmula infantil y leche humana. Las comidas se dividieron en 11 categorías: lácteos, granos, proteína, frutas, verduras, refrigerios/dulces, platos mixtos, grasas/aceites, condimentos/salsas, azúcares, o polvos de proteína y nutricionales.

La conclusión fue que un 40 por ciento de las bebidas de las películas eran alcohólicas, y que los refrigerios y los dulces conformaron casi una cuarta parte de toda la comida.

Casi un 94 por ciento de las películas mostraron unos niveles de azúcar medianos o altos. Casi la misma cantidad (un 93 por ciento) incluyeron unos niveles medianos o altos de grasa, y un 85 por ciento mostraron unos niveles medianos o altos de grasa saturada. En más o menos la mitad de las películas se encontraron unos niveles medianos o altos de sal (sodio).

El informe se publicó en la edición en línea del 23 de noviembre de la revista JAMA Internal Medicine.

Entonces, las películas no dieron la talla en cuanto a las directrices nacionales de nutrición respecto a la grasa saturada, la sal y la fibra. Y la cantidad de azúcar y sal presentada fue más alta, en general, de lo que los estadounidenses consumen en la vida real, encontraron los investigadores.

"Estos hallazgos presentan una oportunidad para que los productores de las películas tengan más cuidado respecto a los tipos de alimentos y bebidas que representan en las películas", enfatizó Turnwald. "Se trata de saber que lo que se enseña en la pantalla tiene el potencial de influir en docenas de millones de espectadores, sobre todo en los niños, y de hacer un mayor esfuerzo por presentar unas opciones más saludables como el estatus quo".

Samantha Heller, dietista registrada y nutricionista clínica sénior de Langone Health de la NYU, en la ciudad de Nueva York, se hizo eco de esa idea.

Heller dijo que el peligro es que "el público sienta que si alguien tiene éxito, y si copian esa conducta, mágicamente se parecerán al famoso al que admiran. Por supuesto, esto no es verdad, y los famosos no son profesionales de la salud".

Heller reconoció que las elecciones de comida en las películas se ven influidas por la historia, y que son orientadas por un complejo cálculo que se basa en el personaje, la cultura, el lugar y la época. Aun así, "los influentes deben intentar ser modelos de rol de una conducta saludable", enfatizó.

"Como padres, cuidadores y educadores, podemos adoptar unos patrones dietéticos saludables y asegurarnos de que nuestras familias comprendan la importancia de una alimentación saludable", añadió Heller. "De esta forma, cuando las conductas malsanas se representen en las películas, se pueden considerar como parte de la historia, y no una conducta que se deba imitar".

Más información

Aprenda más sobre una alimentación saludable en el USDA.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com


FUENTES: Bradley Turnwald, PhD, postdoctoral research fellow, department of psychology, Stanford University, Stanford, Calif.; Samantha Heller, MS, RD, CDN, senior clinical nutritionist, New York University Langone Health, New York City; JAMA Internal Medicine, Nov. 23, 2020, online

Comparte tu opinión