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La ciencia revela cómo la carne roja daña al corazón

MIÉRCOLES, 29 de diciembre de 2021 (HealthDay News) -- Los amantes de la carne roja podrían aumentar su riesgo cardiaco a través de una cadena de acontecimientos que se desarrolla en los intestinos, sugiere un estudio reciente.

A lo largo de los años, muchos estudios han vinculado las dietas ricas en carne roja y carnes procesadas con un mayor riesgo de enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular (ACV). Pero este tipo de evidencias no prueba que la carne roja sea el problema, o, si lo es, el motivo.

La ciencia revela cómo la carne roja daña al corazón

Los nuevos hallazgos ofrecen más pistas sobre el motivo.

Los investigadores encontraron que unas bacterias intestinales particulares, que son más abundantes en las personas que comen carne roja, son clave para convertir un nutriente de la dieta llamado carnitina en enemigo: un compuesto conocido como TMAO, que ayuda a promover la coagulación sanguínea y la obstrucción en las arterias.

Para la persona promedio, la información refuerza lo que ya se sabe sobre una dieta saludable para el corazón, señaló el coautor del estudio, el Dr. Stanley Hazen, director del Centro del Microbioma y la Salud Humana de la Clínica Cleveland.

En particular, apuntó a la dieta mediterránea tradicional, que ensayos clínicos han demostrado que reduce los riesgos de ataque cardiaco y ACV.

La dieta es rica en pescado, frutas y verduras, legumbres, aceite de oliva y frutos secos, y baja en carne roja y alimentos procesados.

El nuevo estudio se publicó en la edición del 23 de diciembre de la revista Nature Microbiology. Se encuentra entre los más recientes que exploran la relación entre la dieta, el microbioma intestinal y la salud humana.

El microbioma se refiere al inmenso conjunto de bacterias y otros microbios que habitan de forma natural en el cuerpo humano, sobre todo en los intestinos. En los últimos años, las investigaciones han comenzado a revelar lo vital que son estos microbios intestinales, no solo para la digestión, sino para las defensas del sistema inmunitario, la función del cerebro y la salud del sistema cardiovascular.

Hazen apuntó que está bien establecido que las personas con unas dietas ricas en carne roja en general presentan un riesgo más alto de enfermedad cardiaca y ACV que las que consumen poca carne roja.

El sospechoso tradicional ha sido la grasa saturada, que se encuentra de forma casi exclusiva en los productos de origen animal. La grasa saturada puede fomentar al colesterol LDL "malo", que contribuye a la enfermedad cardiovascular.

Pero, aseguró Hazen, la investigación ha mostrado que cualquier efecto nocivo de la grasa saturada no es suficiente para explicar los riesgos cardiacos adicionales vinculados con un alto consumo de carne roja. Tenía que haber otros mecanismos.

Lauri Wright, catedrática de nutrición y dietética de la Universidad del Norte de Florida, en Jacksonville, afirmó que los hallazgos apuntan a uno de ellos.

Todavía queda mucho por aprender del microbioma intestinal, dijo Wright, que también es vocera de la Academia de Nutrición y Dietética (Academy of Nutrition and Dietetics). Pero en general, observó, las dietas ricas en alimentos como las verduras, las frutas y los granos ricos en fibra, ayudan a "alimentar" a los microbios intestinales beneficiosos.

"Sigue tratándose de la comida", enfatizó Wright.

Hazen dijo que él también es un "gran partidario" de usar la dieta para cambiar el microbioma intestinal, en lugar de añadir ciertos microbios mediante complementos probióticos.

"Cambiar la dieta cambia el terreno" que alimenta a los microbios intestinales, explicó.

Los hallazgos más recientes se añaden a un trabajo anterior de Hazen y sus colaboradores, que se enfocó en la TMAO. El compuesto se genera cuando las bacterias intestinales metabolizan la carnitina, un nutriente que es particularmente abundante en la carne.

Los investigadores ya habían mostrado que la TMAO parece aumentar el riesgo de enfermedad cardiaca y ACV. Y en un estudio de 2019, encontraron que añadir carne roja durante un periodo corto a las dietas de personas sanas aumentaba los niveles de TMAO. Pero estos niveles volvieron a bajar cuando cambiaron la carne roja por carne blanca o proteínas de origen vegetal.

En el estudio más reciente, al observar tanto a humanos como a ratones de laboratorio, los investigadores encontraron que un conjunto de bacterias intestinales, dentro de un grupo llamado Emergencia timonensis, transforman la carnitina en TMAO. Aunque los carnívoros portan bastantes estos microbios, las personas que han sido vegetarianas y veganas durante mucho tiempo tienen muy pocos.

En los experimentos con ratones, los investigadores encontraron que introducir E. timonensis aumentaba los niveles de TMAO y la propensión de la sangre a formar coágulos.

También analizaron muestras de heces de personas que participaron en el estudio sobre la dieta de 2019. Encontraron que cuando los participantes comían mucha carne roja, sus heces presentaban más de los microbios E. timonensis culpables, y que cuando cambiaban a fuentes de proteína no cárnicas, estos niveles microbianos se reducían.

Hay pruebas de sangre disponibles para medir los niveles de TMAO de las personas. Y Hazen dijo que podrían potencialmente permitir a los proveedores de atención de la salud ofrecer a los pacientes unos consejos más personales sobre la dieta. Si los niveles de TMAO de una persona están altos, limitar la carne roja tendría una importancia particular.

Pero lo que se ingiere es igual de importante que lo que se limita, anotó Wright. Añadió que los alimentos fermentados, como el yogurt y el kimchi, que contienen ciertos microbios, pueden ser buenas opciones. Pero enfatizó una vez más que la dieta general es la clave para respaldar a unos intestinos sanos.

Más información

La Asociación Americana del Corazón (American Heart Association) ofrece consejos para una alimentación saludable para el corazón.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com


FUENTES: Stanley Hazen, MD, PhD, director, Center for Microbiome and Human Health, Cleveland Clinic, Ohio; Lauri Wright, PhD, RDN, assistant professor, chair, nutrition and dietetics, University of North Florida, Jacksonville, Fla.; Nature Microbiology, Dec. 23, 2021, online

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