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La anatomía cardiaca podría poner a los negros en un mayor riesgo de ACV

MIÉRCOLES, 25 de noviembre de 2020 (HealthDay News) -- Los afroamericanos se enfrentan a un mayor riesgo de accidente cerebrovascular (ACV), y un nuevo estudio sugiere que unas anomalías en las cámaras superiores del corazón tienen un rol.

Los expertos dijeron que los hallazgos, que se publicaron el 25 de noviembre en la revista Neurology, apuntan a un factor poco reconocido en el riesgo de ACV de los afroamericanos.

La anatomía cardiaca podría poner a los negros en un mayor riesgo de ACV

Hace mucho que se sabe que, en Estados Unidos, los adultos negros se ven particularmente afectados por los ACV isquémicos, es decir, cuando un coágulo sanguíneo impide el flujo de la sangre al cerebro. Su tasa es del doble respecto a los estadounidenses blancos.

Parte de la disparidad se relaciona con las afecciones de salud que pueden conducir a un ACV: alrededor de la mitad de los afroamericanos tienen hipertensión, y con frecuencia la desarrollan a una edad relativamente temprana, según la Asociación Americana del Accidente Cerebrovascular (American Stroke Association).

Algunos factores más del ACV, como la diabetes y la anemia drepanocítica, también son más comunes entre los adultos negros.

Pero esos factores de riesgo "clásicos" no explican todo el panorama, comentó en un comunicado de prensa de la revista el investigador principal del nuevo estudio, el Dr. Hooman Kamel.

La disparidad racial en el riesgo de ACV es mayor cuando se trata de los ACV "criptogénicos", en que los médicos no pueden determinar el origen del coágulo sanguíneo.

"Comprender mejor las causas subyacentes de esos ACV es importante para abordar estas disparidades raciales", afirmó Kamel, neurólogo de Weill Cornell Medicine, en la ciudad de Nueva York.

Entonces, su equipo observó si los pacientes negros de accidente cerebrovascular y los blancos diferían entre sí en cuanto al funcionamiento de las aurículas, las cámaras superiores del corazón.

Es bien sabido que la fibrilación auricular (FA), una arritmia cardiaca común, puede provocar ACV. Si las aurículas no se contraen de forma normal, la sangre puede acumularse en el corazón y formar coágulos. Si un coágulo se desprende y se desplaza al cerebro, el resultado es un accidente cerebrovascular.

Pero las aurículas también pueden tener otras disfunciones. Y, en los últimos años, la llamada "auriculopatía" se ha reconocido como el origen potencial de un ACV, según la Dra. Natalia Rost.

Rost, neuróloga del Hospital General de Massachusetts, en Boston, y miembro de la Academia Americana de Neurología (American Academy of Neurology), no participó en el estudio.

"El concepto de la auriculopatía es bastante reciente", dijo Rost. En esencia, explicó, describe a unas aurículas que no están del todo sanas, y que tienen una "hemodinámica" (o flujo sanguíneo) anómala que podría aumentar el riesgo de coágulos.

El equipo de Kamel encontró que los pacientes negros con ACV mostraban señales de esa disfunción auricular con una mayor frecuencia que los pacientes blancos.

En el estudio participaron casi 2,400 pacientes con un ACV isquémico que no tenían fibrilación auricular.

Unas imágenes del corazón mostraron que los pacientes negros en general tenían más señales de tejido cicatrizado en la aurícula izquierda, en comparación con los pacientes blancos. Y, en los electrocardiogramas, mostraron más evidencias de una actividad eléctrica alterada entre las dos aurículas.

Según el equipo de Kamel, estudios anteriores han descubierto diferencias similares en personas que nunca han sufrido un ACV. En promedio, los adultos negros en la población general muestran más marcadores de una actividad eléctrica anómala en las aurículas que los blancos.

El motivo no está claro.

Pero, planteó Rost, el origen del riesgo de ACV de los afroamericanos es más profundo que las afecciones de salud, como la hipertensión y la diabetes. Las disparidades sociales y económicas, el estrés crónico y unas "adversidades" que se remontan a la niñez pueden afectar a la salud física, advirtió.

"Entonces, incluso cuando decimos que la hipertensión o la diabetes pueden explicar en parte el riesgo de ACV, es algo más complejo", dijo Rost.

Kamel expresó un punto similar, al decir que los hallazgos no significan que los pacientes blancos y los negros tengan "diferencias biológicas innatas" en el corazón.

Más bien, dijo, los médicos deben actualizar su definición de lo que constituye una "enfermedad" de las aurículas.

Para Rost, los hallazgos resaltan una verdad más amplia sobre la enfermedad cardiovascular: gran parte de lo que los médicos saben se basa en estudios con personas blancas, en particular hombres blancos. Históricamente, lamentó Rost, ha habido "una tremenda falta de representación" de personas de color y de mujeres.

Ahora mismo, no está claro cómo detectar estos tipos de disfunción auricular antes de que ocurra un ACV, si las anomalías pueden provocar síntomas que las personas puedan reconocer, o si algún tipo de prueba sencilla puede detectarlas.

Rost dijo que, con algo de suerte, esto cambiará con más investigación.

Cada año, en Estados Unidos más de 795,000 personas sufren un ACV, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.

Entre las señales de advertencia del ACV se incluyen una debilidad repentina en un brazo, la "caída" de un lado de la cara, y una dificultad súbita para hablar, ver o caminar. Los CDC enfatizan que cualquiera de esos problemas debe hacer que se llame al 911 rápidamente.

Más información

La Asociación Americana del Accidente Cerebrovascular ofrece más información sobre el ACV y los afroamericanos.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Natalia Rost, MD, chief, Stroke Division, Massachusetts General Hospital, and professor, neurology, Harvard Medical School, Boston, and fellow, American Academy of Neurology, Washington, D.C.; Neurology, online, and news release, Nov. 25, 2020

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