Este contenido ha sido archivado y puede no estar actualizado

Habrá grandes cambios en la atención de la salud en EE. UU. cuando expiren las emergencias por la pandemia

MIÉRCOLES, 8 de febrero de 2023 (HealthDay News) -- Los estadounidenses recibieron un acceso sin precedentes a la atención de la salud durante la pandemia, lo que incluyó un seguro público de fácil acceso y pruebas, tratamientos y vacunas gratis contra la COVID-19.

Ahora, deben prepararse para que la mayor parte de esto se acabe, advierten los expertos.

Habrá grandes cambios en la atención de la salud en EE. UU. cuando expiren las emergencias por la pandemia

"En esencia, el Congreso y la administración pasaron a un modelo de cobertura de salud universal para las vacunas, los tratamientos y las pruebas para la COVID" durante la pandemia, comentó Jennifer Kates, vicepresidenta sénior de la Kaiser Family Foundation (KFF).

Pero las declaraciones de emergencia de salud pública relacionadas con la pandemia de Estados Unidos finalizarán el 11 de mayo, según órdenes de la administración de Biden.

Y a finales del año pasado, el Congreso votó para permitir que los estados finalizaran los beneficios expandidos de Medicaid provistos durante la pandemia.

"No es cierto que todo vaya a acabar, pero algunas cosas acabarán y algunas cosas cambiarán", apuntó Kates.

El cambio que la mayoría de los estadounidenses notarán es el final de la atención gratuita para la COVID, comenzando por las pruebas, señalaron los expertos.

"Las personas se acostumbraron a recibir ocho pruebas de COVID al mes del gobierno gratuitamente", comentó el Dr. Carlos del Rio, presidente de la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas (Infectious Diseases Society of America). "Sin duda esto se acabará".

Dependiendo de su estatus de seguro, las personas tendrán que pagar algo o parte del costo tanto de las pruebas a domicilio como de las pruebas más integrales y precisas para la COVID que se realizan en los consultorios médicos y hospitales.

"Las pruebas se convertirán en algo que será más parecido a las pruebas de otras enfermedades", observó del Rio.

Al final, las personas también tendrán que pagar por las vacunas contra la COVID y tratamientos como Paxlovid.

Pero no de inmediato. El gobierno federal todavía tiene un suministro de Paxlovid y vacunas contra la COVID a mano, como resultado de su respuesta a la pandemia, apuntó Kates.

"No nos pueden cobrar estos productos que fueron comprados por el gobierno federal. Ya están pagados", explicó Kates. "Pero cuando estos suministros se acaben, entonces todo pasará al mercado comercial".

Esto podría afectar en particular a las personas pobres y sin seguro, advirtió el Dr. William Schaffner, director médico de la National Foundation for Infectious Diseases.

Un tratamiento de cinco días de Paxlovid cuesta 530 dólares, y las personas sin seguro tendrán que pagar la cantidad completa o prescindir del tratamiento.

Las personas sin seguro también tendrán que pagar las vacunas contra la COVID, a menos que se instauren programas similares a las clínicas gratuitas contra la gripe.

"Es probable que sean representativas de partes de la población que se ven afectadas de manera desproporcionada por la COVID, porque son más pobres y tienen muchas más dificultades para acceder a la atención médica", dijo Schaffner. "Nos preocupa que las disparidades en la vacunación según la raza y los ingresos, quizá según la ubicación urbana y rural, comiencen a ser evidentes".

Millones perderán Medicaid

Un cambio menos evidente, pero más dramático, relacionado con el final de la pandemia será la pérdida de la cobertura de Medicaid para millones de estadounidenses.

Como parte de la respuesta federal a la pandemia, los estados estaban obligados a proveer una cobertura continua de Medicaid a cualquiera que calificara. No se les permitía sacar a nadie de las listas de Medicaid.

"Normalmente, la forma en que Medicaid funciona es que los programas de Medicaid evalúan la elegibilidad de las personas de forma regular", observó Kates. "Durante la pandemia, ese proceso se frenó".

Como resultado, la inscripción en Medicaid se disparó en unos 20 millones de personas durante la pandemia, cuando individuos que de otra forma habrían perdido la elegibilidad siguieron inscritas, estimó la KFF. Ahora, hay casi 84 millones de personas con cobertura de Medicaid.

Pero a partir del 1 de abril, los estados pueden comenzar a sacar de sus listas de Medicaid a las personas que ya no califiquen, según el proyecto de ley de gastos aprobado en diciembre por el Congreso.

El Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU. ha estimado que unos 15 millones de personas están en riesgo de perder su cobertura de Medicaid.

Alrededor de 8 millones de personas ya no califican para Medicaid, pero la KFF estima que casi 7 millones perderán su cobertura de forma injusta debido a errores burocráticos o procedimentales.

Los expertos recomiendan que las personas con Medicaid se comuniquen con el programa o el mercado de seguro de salud de su estado para determinar su elegibilidad.

"Si alguien sigue teniendo unos ingresos bajos, pero no llega a ser elegible del todo, habrá un periodo especial de inscripción en el mercado de atención de la salud donde puede comprar un plan individual subsidiado en el mercado", señaló Kates. "Esta podría ser una opción".

Si una persona sigue siendo elegible, debe asegurarse de que toda su información de contacto esté al día en su oficina estatal de Medicaid, y estar lista para suplir la información necesaria para permanecer en el programa.

La telemedicina podría verse afectada

La atención de la salud estadounidense se volverá menos flexible y cómoda más allá del seguro, advierten los expertos.

Por ejemplo, las personas quizá no puedan obtener el mismo tipo de atención de la telemedicina que podían recibir durante la pandemia.

Durante la emergencia de salud pública, se les permitía a los médicos emitir recetas de sustancias controladas a través de la telemedicina, pero a partir del 11 de mayo se requerirán visitas presenciales, según la KFF.

Algunos quizá tampoco puedan recibir atención de telemedicina del médico que usan ahora, sobre todo si el médico está ubicado fuera del estado, apuntó Kates.

"Durante la pandemia, en esencia todos los estados hicieron exenciones de algunos aspectos de los requisitos de emisión de licencias de su estado, de forma que un proveedor con una licencia equivalente en un estado pudiera ejercer de forma remota en otro", aclaró Kates. "Algunos estados vincularon estas políticas con el final de la emergencia de salud pública federal. A menos que cambien su política a nivel estatal, quizá una persona ya no pueda recibir esa atención".

Pero es probable que la telemedicina en sí siga siendo un importante medio para que las personas accedan a la atención de la salud.

El Congreso ha ampliado el beneficio de telemedicina de Medicare más allá de la emergencia de salud pública, y muchas aseguradoras privadas han hecho lo mismo, dijo Kates.

Por último, a los expertos les preocupa que la vigilancia de salud pública para la COVID decaiga como resultado del final de la emergencia de salud pública.

Para recibir los fondos federales para la pandemia, los estados tuvieron que firmar acuerdos que garantizaran que sus datos serían entregados a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.

"Hay una preocupación, porque estas declaraciones de emergencia han permitido unos reportes muchísimo más rápidos de los datos, y en algunos casos requerir la entrega de datos", apuntó Kates. "Y algunos de estos requisitos van a desaparecer".

Los reportes sobre la COVID también podrían variar entre los estados, lo que afecta a los esfuerzos de monitorizar las tendencias, comentó Schaffner.

"En algunos estados, la transmisión de los datos se podría retrasar, por ejemplo si no cuentan con el personal que pueda dedicarse al tema", dijo Schaffner. "Las capacidades de salud pública de nuestros estados varían considerablemente".

Kates añadió que también le preocupa cómo el público general percibirá la declaración del final de la emergencia de salud pública.

"Sin duda enviaremos el mensaje a algunas personas de que la COVID se acabó, y esto no es cierto", enfatizó Kates. "No es cierto que vayamos a tener COVID el 10 de mayo, y el 11 de mayo no. Es algo mucho más complejo.

Todavía mueren por COVID unas 500 personas al día", continuó Kates. "Pienso que hay cierto riesgo de que las personas se descuiden".

Más información

La Kaiser Family Foundation ofrece más información sobre los cambios debidos a la declaración del final de la emergencia de salud pública por la COVID y la reanudación de las revisiones de elegibilidad para Medicaid.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Jennifer Kates, PhD, senior vice president, Kaiser Family Foundation; Carlos del Rio, MD, president of the Infectious Diseases Society of America; William Schaffner, MD, medical director of the National Foundation for Infectious Diseases

Comparte tu opinión