De acuerdo con los resultados de un estudio publicados en el European Journal of Human Genetics, los hombres que empezaron a fumar regularmente antes de la pubertad tuvieron hijos que, en promedio, tenían entre 11 y 22 libras (5 y 10 kilogramos) más de grasa corporal que sus compañeros de la misma edad cuando alcanzaron la adolescencia. El efecto, aunque también presente, fue mucho menor en las hijas.
Para llegar a dicha conclusión los investigadores del University College London, en Reino Unido analizaron datos de un total de 9,886 padres, de quienes tenían de forma detallada información tanto de su genética como de sus hábitos de vida, así como de la de sus hijos. El análisis mostró que el 54% (5,376) de los participantes había fumado en algún momento, de ellos, el 3% (166) dijó haber comenzado antes de los 11 años.
Puntos clave
- Ser fumador compromete la salud de los futuros hijos.
- Los hábitos de vida afectarían la salud de las generaciones futuras.
- Cada día, casi 4,000 menores de edad prueban su primer cigarrillo.
De generación en generación
Tras la valoración de los datos de los hijos de este subgrupo, vieron que el índice de masa corporal de los hijos de 13, 15 y 17 años era más alto que el de los hijos de quienes habían comenzado a fumar más adelante, o no lo habían hecho nunca, lo que sugiere que el período previo al inicio de la pubertad es particularmente sensible ante exposiciones ambientales como la del humo del cigarrillo.
Este hallazgo se suma a la evidencia de que los hábitos de vida pueden afectar a la salud propia y a la de generaciones futuras. Los hombres que consumen cigarrillos están comprometiendo seriamente la salud de sus hijos incluso antes de ser concebidos, consideraron los autores del estudio.
Más riesgos del consumo de cigarrillos
En este contexto, una investigación realizada en la Universidad de Bradford en Inglaterra demostró que el consumo de cigarrillos en los hombres puede alterar el material genético de sus espermatozoides y si esta variación se produce en un período cercano a la concepción, el daño puede afectar el ADN del feto.
Otro estudio de la Universidad de Harvard, en los Estados Unidos mostró que el hábito de fumar en los padres afecta la función de los pulmones en los niños entre 5 y 9 años. Además, de acuerdo con investigaciones realizadas en la Purdue University en West Lafayette, Indiana los hijos de padres fumadores son más propensos a tener ese mismo hábito que los hijos de los no fumadores.
Según cifras de la Asociación Americana del Cáncer, cada día, casi 4,000 menores de edad de 18 años o menos prueban su primer cigarrillo, y otros 1,000 se convierten en fumadores habituales. De éstos, alrededor de un tercio morirá prematuramente de una enfermedad relacionada con el hábito de fumar.
Refiere que mientras más joven sea una persona cuando comienza a usar tabaco, mayor es la probabilidad de consumir tabaco cuando sea adulta. Además, las personas que comienzan a fumar habitualmente a una edad más temprana suelen afrontar más dificultad para dejar el hábito que las personas que comienzan más tarde.
