Florida: caracoles gigantes portan parásitos

Los caracoles gigantes originarios de África oriental se introdujeron en el sur de Florida como una rareza exótica allá por la década del 60, y 10 años más tarde se los consideró erradicados, pero ahora están resurgiendo y se ven por todas partes.

En este último tiempo, podrían haber llegado accidentalmente en cargamentos de plantas, mientras que muchos ingresaron de contrabando con fines culinarios. Los agentes de aduanas confiscaron 67 caracoles terrestres gigantes africanos vivos con destino a Los Ángeles desde Nigeria, en el año 2014.

Florida: caracoles gigantes portan parásitos
Florida Department of Agriculture and Consumer Services

Los científicos consideran que pueden ser uno de los caracoles más dañinos del mundo, ya que se sabe que consumen al menos 500 tipos diferentes de plantas, y además, pueden representar un riesgo para la salud de los seres humanos. Se reproducen muy rápidamente, pueden llegar a poner hasta 400 huevos.

“Estos caracoles podrían ser devastadores para la agricultura y las áreas naturales de Florida debido a que causan grandes daños en ambientes tropicales y subtropicales”, según informa el Florida Department of Agriculture and Consumer Services.

Estas criaturas que se arrastran y se introducen en rejillas, cañerías, trepan paredes y causan una gran impresión, podrían ser más peligrosas de lo que se pensaba. Un estudio publicado en Journal of Wildlife Diseases halló que portan el  Lungworm Rat, un gusano parásito que al tomar contacto con las personas, puede causar un tipo de meningitis.

Preocupaciones reales para la salud

Los caracoles gigantes africanos o Gals son portadores potenciales de parásito Lungworm Rat (Angiostrongylus cantonensis) un gusano parásito de las ratas. 

La forma adulta del parásito se encuentra sólo en los roedores. Las ratas infectadas depositan las larvas en sus heces, y los caracoles y babosas se infectan por la ingestión de éstas. Las larvas maduran en los caracoles y babosas, pero no se convierten en gusanos adultos. El ciclo de vida se completa cuando las ratas comen caracoles infectados o babosas y las larvas más maduras se convierten en gusanos adultos.

¿Las personas pueden infectarse con este parásito? Sí, aunque en circunstancias inusuales. Sin embargo, la mayoría se recuperará completamente sin tratamiento.

Transmisión, síntomas y tratamiento

El modo en que alguien puede infectarse es al comer caracoles o babosas que están infectadas con este parásito.

En algunas culturas, los caracoles gigantes forman parte de platillos codiciados. Y hubo casos de niños que los han comido por una apuesta. También se podría contraer una infección accidental por comer productos crudos (como la lechuga) que contiene un caracol o babosa con el parásito.

En EE.UU. se han reportado algunos casos de infección con Angiostrongylus cantonensis en Hawai (y otras islas del Pacífico) y pocos casos a nivel continental.

Con respecto a los síntomas, algunas personas no los presentan, pero en otros casos puede provocar dolor de cabeza, rigidez en el cuello, hormigueo o sensaciones dolorosas en la piel, fiebre de pocos grados, náuseas y vómitos. A veces, la infección causa un tipo raro de meningitis (meningitis eosinofílica).

Como tratamiento de la infección, por lo general, no se receta nada. El parásito muere con el tiempo y aún las personas que desarrollan meningitis eosinofílica, no necesitan antibióticos. 

Pero los molestos síntomas de la infección pueden durar varias semanas o meses, mientras que el sistema inmunológico del cuerpo neutraliza a los parásitos.

Lo que sí se recetan son fármacos para aliviar los síntomas de la infección, tales como analgésicos para el dolor de cabeza o para reducir la reacción del cuerpo al parásito.

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