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Estudio apoya el impuesto a la obesidad

Un estudio que se publicó recientemente en el Journal de Medicina Británica volvió a poner el dedo en la llaga al afirmar que un impuesto a las comidas y bebidas poco saludables podría ayudar a disminuir las tasas de obesidad. 

Estudios previos han demostrado que en 2009 se impuso un severo impuesto a los cigarrillos, que derivó en un notorio descenso de la cantidad de fumadores en los Estados Unidos. 

Estudio apoya el impuesto a la obesidad

Puntos clave

Se espera el mismo resultado al aplicar una tasa a los productos que inciden en el aumento de peso. Con un impuesto del 20 por ciento a las bebidas azucaradas, se podrían reducir las tasas de obesidad en un 3,5 por ciento y prevenir 2,700 muertes anuales por afecciones cardíacas.

Según informan los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EU, casi un 34 por ciento de estadounidenses son obesos, y esta enfermedad también produce aumento del colesterol y de enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión y el cáncer. 

El impuesto podría frenar las ventas de comidas poco saludables y desalentar un consumo exagerado; algunos países europeos como Francia y Dinamarca ya lo están aplicando. 

Además de "castigar" a quienes compran las comidas o bebidas poco saludables, se está evaluando la posibilidad de subsidiar el costo de alimentos saludables y vegetales. Así serían más accesibles para más gente. 

El impuesto, sin embargo, no debería ser aplicado en forma generalizada; los expertos en alimentación  deberían hacer antes una clasificación. Según explica el doctor Walt Willet, del departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, hay alimentos ricos en grasas que son saludables, como los frutos secos, el salmón y la palta. Estas grasas consumidas con moderación pueden ayudar a bajar la presión sanguínea y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. 

"Es mejor enfocarse en el azúcar y el almidón refinado, pero se puede empezar por las bebidas azucaradas”, dice el doctor Willett. A su vez la doctora Jana Klauer, especialista en nutrición, explica que las gaseosas son un puente hacia la obesidad, ya que no son más que calorías líquidas que estimulan el apetito. 

Sin embargo, miembros de la Asociación Americana de Bebidas argumentaron: "elegir algunos productos es una manera simplista y desperdicia esfuerzos para combatir el problema”. Y cita un estudio de la Universidad George Mason que demuestra que sólo hubo una pequeña disminución de la masa corporal tras aplicar un por ciento de aumento en las bebida azucaradas. 

Algunos grupos de la industria de la alimentación sugieren que impuestos más altos pueden dañar la industria y llevar a la pérdida de empleos. Pero los analistas sostienen que el costo en los empleos no es tan alto como el que representan los de la obesidad, que asciende a 70 mil millones de dólares al año.

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