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En las carreteras de EE. UU., el exceso de velocidad acaba con las vidas de miles de adolescentes

LUNES, 8 de febrero de 2021 (HealthDay News) -- Casi la mitad (un 43 por ciento) de todos los accidentes de coche letales que implican a adolescentes y a sus pasajeros son el resultado del exceso de velocidad, revela un nuevo informe sobre la seguridad de los automóviles.

Los hallazgos provienen de un profundo análisis de todos los accidentes letales de vehículos motores de Estados Unidos entre 2015 y 2019. En ese periodo de cinco años, 4,930 conductores adolescentes y pasajeros fallecieron en accidentes en que hubo exceso de velocidad.

En las carreteras de EE. UU., el exceso de velocidad acaba con las vidas de miles de adolescentes

Y aunque el informe reconoce que el exceso de velocidad letal es un problema a cualquier edad, advierte que las consecuencias del exceso de velocidad plantean un peligro particularmente grave para los conductores jóvenes de 16 a 19 años.

"Tenemos una cultura de exceso de velocidad", apuntó Pam Fischer, directora sénior de implicación externa de la Asociación de Seguridad Vial de los Gobernadores (Governors Highway Safety Association, GHSA), con sede en Washington, D.C., que representa a las oficinas de seguridad de las carreteras en todos los estados y territorios de EE. UU.

Aunque el periodo estudiado no incluyó a la pandemia, el director ejecutivo de la GHSA, Jonathan Adkins, dijo en una declaración que Estados Unidos "tiene un problema de exceso de velocidad que solo ha empeorado durante la pandemia de COVID-19".

Según Adkins, "miles de personas fallecen sin necesidad en nuestras carreteras porque algunos conductores piensan por error que menos tráfico significa que pueden acelerar y que no pasará nada. Los datos nos dicen que los conductores adolescentes son los más propensos a verse tentados a acelerar, de forma que la necesidad de resolver este tema es más crítica que nunca, dadas las tendencias en las muertes de tráfico durante la pandemia".

Fischer anotó que la amplia aceptación del exceso de velocidad significa que, en la práctica, muchos conductores consideran a los límites de velocidad como mínimos, más bien que como máximos. Como resultado, el exceso de velocidad se ha convertido en una "pandemia nacional", apuntó.

Fischer lo resume en una simple ecuación: la inexperiencia más la inmadurez más el exceso de velocidad equivale a accidentes letales.

Y el informe de la GHSA en sí anotó que "los conductores adolescentes no tienen la experiencia necesaria para reconocer y reaccionar con rapidez de forma adecuada a las situaciones peligrosas, lo que hace que el exceso de velocidad sea incluso más riesgoso para ellos".

Fischer presentó los hallazgos el jueves durante una reunión en línea con un panel de expertos en seguridad, que incluyó a: Violet Marrero, directora de seguridad del consumidor de NJM Insurance Group, una importante compañía de seguros de coche; Rick Birt, presidente y director ejecutivo de Students Against Destructive Decisions (SADD), con sede en Washington, D.C.; y Linda Fech, coordinadora de los programas de seguridad de la conducción en adolescentes de la Oficina de Planificación de la Seguridad en las Carreteras de Michigan, en Lansing, Michigan.

El estudio encontró que los conductores adolescentes que murieron en un accidente de exceso de velocidad eran más propensos a ser varones (un 37 frente a un 28 por ciento), y era más probable que no usaran un cinturón de seguridad. Las muertes de adolescentes tendían a implicar salirse de la carretera y/o que se volcaran los coches.

Se encontró que los adolescentes más jóvenes (de 16 a 17 años) tenían el mayor riesgo de un accidente letal por exceso de velocidad. Pero los adolescentes de 18 y 19 años eran más propensos a tener un accidente entre medianoche y las 5 a.m. Los adolescentes mayores también son más propensos a tener accidentes mientras estaban en una carretera o autopista.

Y cuando se trata de las muertes por el exceso de velocidad cuando había pasajeros en el coche, sin duda más fue peor: mientras mayor era el número de adolescentes en el coche junto con un conductor adolescente, mayor era el riesgo de un accidente letal por exceso de velocidad.

Aun así, todos los miembros del panel, y el informe en sí, enfatizaron los pasos prácticos que se pueden tomar para controlar el riesgo de exceso de velocidad en la adolescencia. El primer paso es aumentar la implicación de los padres.

Por ejemplo, al hablar sobre la necesidad de modelar una buena conducta de conducción, Marrero dijo que "es importante que los padres tomen consciencia de su rol y comprendan lo mucho que influyen, todo el poder que tienen".

Las escuelas de conducción son una "base" buena y necesaria que puede ayudar a garantizar que los adolescentes adquieran unas excelentes habilidades de conducción. "Pero las escuelas de conducción no son suficiente", aseguró. "Los padres tienen responsabilidades".

Esas responsabilidades incluyen que los padres mismos no conduzcan de forma agresiva, que nunca tengan exceso de velocidad, que siempre cumplan las normas y las leyes del tráfico, que nunca conduzcan bajo el efecto de sustancias, y que nunca utilicen teléfonos celulares mientras conducen, explicó Marrero. Las encuestas sugieren que muchos "padres no se dan cuenta de que han estado demostrando todas estas terribles conductas", anotó.

Fischer se mostró de acuerdo, y añadió que "es imposible exagerar el rol de los padres".

Al mismo tiempo, varios miembros del panel advirtieron que los padres deben ser honestos con ellos mismos en cuanto a los límites de sus propias capacidades de conducción, además de las de sus hijos adolescentes. Que un padre sea un excelente conductor no implica que sea un excelente maestro de conducción, advirtió, y no todos los adolescentes están igual de preparados para comenzar a conducir de forma segura a una edad temprana.

Respecto a este punto, Fischer y el informe enfatizaron los potenciales beneficios de seguridad de adoptar las "licencias de conducción graduales", que son restricciones en las licencias impuestas por los estados, que establecen cuándo y dónde los nuevos conductores jóvenes pueden conducir sin supervisión. Esas restricciones se levantan con el tiempo.

Otras opciones para tomar en cuenta incluyen: emplear una tecnología que permita a los padres opciones para monitorizar a sus conductores adolescentes en tiempo real; unas llaves de arranque inteligentes diseñadas para limitar las velocidades máximas permitidas; y "cinturones cuidadores", que desactivan los altavoces del coche hasta que los conductores adolescentes y sus pasajeros se pongan los cinturones de seguridad. También resaltaron a los acuerdos entre padres e hijos adolescentes y los programas de educación paritarios como formas de reducir el riesgo.

Más información

Aprenda más sobre los peligros del exceso de velocidad en la GHSA.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Feb. 4, 2021, media briefing with: Pam Fischer, senior director, external engagement, Governors Highway Safety Association, Washington, D.C., and Violet Marrero, consumer safety director, NJM Insurance Group, West Trenton, N.J.; Governors Highway Safety Association, statement, Jan. 26, 2021; GHSA Report, "Teens and Speeding," January 2021

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