¿El coronavirus se parece a la gripe? Mira esta comparación

El Presidente Donald Trump hizo una comparación directa entre la gripe estacional y el nuevo coronavirus en su primera conferencia de prensa sobre el COVID-19, diciendo que quizá los estadounidenses deban tener más miedo de la gripe que del virus, que acapara los titulares.

Pero una comparación más cercana de los dos virus crea un panorama más preocupante de lo que podría suceder si el COVID-19 se extiende más, señalan los expertos en enfermedades infecciosas.

¿El coronavirus se parece a la gripe? Mira esta comparación
El COVID-19 parece afectar a una población más vulnerable, con síntomas más graves | Foto: GETTY IMAGES

El nuevo coronavirus es más infeccioso que la gripe, y parece atacar a ciertos grupos vulnerables de una forma mucho más grave.

Al mismo tiempo, no hay tratamientos a mano para el COVID-19, como los hay para la gripe estacional, añadieron los expertos.

Al principio, los estimados sobre la tasa de mortalidad en China se ubicaron en alrededor de un 2 por ciento, pero un informe publicado la semana pasada en la revista New England Journal of Medicine determinó que la tasa de mortalidad era de un 1.4 por ciento. Y destacados expertos en salud escribieron en un editorial publicado junto con el estudio que se han pasado por alto muchos casos leves, lo que reduce la tasa de mortalidad a alrededor de un 1 por ciento.

La tasa de mortalidad asociada con una temporada de gripe típica es de alrededor de un 0.1 por ciento, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.

La tasa de mortalidad aparente del nuevo coronavirus concuerda más con las cepas pandémicas de la gripe, en que una nueva mutación de la gripe se hace más contagiosa y peligrosa, explicaron los expertos.

Por ejemplo, la pandemia de gripe española de 1918, provocada por la primera aparición de la cepa de gripe H1N1, tuvo una tasa de mortalidad superior a un 2.5 por ciento, según los CDC.

"La influenza no tiene ahora mismo la misma tasa de mortalidad que el COVID-19", comentó el Dr. Aaron Glatt, experto de la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas (Infectious Diseases Society of America). "Ambos pueden resultar letales. La gripe es mucho más común, pero gracias a Dios no es tan peligrosa como el COVID-19".

Las víctimas no son las mismas

Hay una diferencia importante: el COVID-19 parece ser más nocivo para las personas mayores o las que tienen problemas de salud subyacentes que hacen que sean más susceptibles a la infección o a la neumonía, añadió Glatt.

"Ningún niño ha muerto del COVID-19", dijo Glatt. "Ha habido cientos de casos, y ningún niño menor de 10 años ha fallecido del COVID-19".

Al contrario, 125 niños han muerto de gripe esta temporada en Estados Unidos, según los CDC.

Otra diferencia importante es que el nuevo coronavirus parece ser más infeccioso que la gripe estacional, advirtieron los expertos.

Las personas que portan el nuevo coronavirus parecen propagar la infección, en promedio, a 2.2 personas adicionales, comentaron las autoridades de salud federales en una carta reciente en la revista New England Journal of Medicine.

De nuevo, esto se parece a la pandemia de gripe española de 1918, en que cada persona infectada transmitió el virus, en promedio, a entre dos y tres personas más, comentó el Dr. David Waleed, director de prevención y control de infecciones de Mount Sinai Downtown, en la ciudad de Nueva York.

La cifra en la gripe estacional regular es de más o menos 1.3 personas adicionales infectadas por cada persona con gripe, según un artículo que apareció en 2014 en la revista BMC Infectious Diseases.

Las pandemias de influenza de 1957 (1.6), 1968 (1.8) y 2009 (1.5) también tuvieron unas tasas de infección más bajas que el coronavirus, según los datos del artículo.

Las personas no deben dar por sentado que el coronavirus se desvanecerá a medida que el invierno dé paso a la primavera y la primavera al verano, como sucede con la gripe estacional, advirtió Marc Lipsitch, profesor de epidemiología de la Facultad de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard.

"Dado que el virus es nuevo para los humanos, [el coronavirus] se enfrentará a una inmunidad más baja, y por tanto se transmitirá con una mayor facilidad fuera de la temporada invernal", añadió Lipsitch. "El cambio de estación y las vacaciones escolares podrían ayudar, pero es poco probable que paren la transmisión".

"Como la gripe pandémica, podría transmitirse mucho fuera de la temporada", anotó Lipsitch.

Tanto el nuevo coronavirus como la gripe se transmiten de la misma forma, sobre todo mediante la transmisión en gotitas, apuntó Javaid.

"Si estornudo o toso, unas partículas respiratorias pequeñas vuelan por el aire unos 3 a 6 pies (alrededor de 1 a 2 metros) y caen al suelo", dijo Javaid. "Las personas que están en esos 3 a 6 pies pueden resultar expuestas".

Cuando esas gotitas caen en una superficie, la mano de una persona que toque la superficie puede recogerlas. Si la persona se toca los ojos, la nariz o la boca, el virus se puede transmitir a través de las membranas mucosas, explicó Javaid.

"Todos nos tocamos la cara más de 20 veces por hora. Tocamos nuestras caras cada cuatro o cinco minutos. Mientras hablaba con usted, ya me toqué la cara dos veces", señaló Javaid.

Los portadores asintomáticos

Hay otra similitud: las personas que portan cualquiera de los dos virus pueden ir por ahí sin mostrar ningún síntoma activo.

Hasta 3 de cada 4 personas que portan la gripe estacional no tienen síntomas, según un estudio británico de 2014 publicado en la revista The Lancet.

Las personas infectadas con uno de los dos virus pueden ser contagiosas antes del desarrollo de los síntomas, haciendo que controlar su propagación resulte difícil, apuntó Javaid.

Cuando ocurren síntomas, el COVID-19 parece ser más similar al resfriado común que a la gripe. Los síntomas del coronavirus incluyen fiebre, tos y falta de aliento, y todos pueden aparecer entre dos y 14 días tras la exposición, según los CDC.

La gripe también tiene esos síntomas, además de dolor de garganta, dolores musculares, dolor de cabeza y fatiga, observan los CDC.

Las personas con gripe tienen una ventaja más importante: hay antivirales disponibles, como el Tamiflu, para reducir la duración y la gravedad de la enfermedad, anotó Glatt.

Todavía no hay un antiviral similar para tratar al COVID-19. Pero una coalición de investigadores europeos encontraron que hay hasta 31 antivirales aprobados que podrían ser potencialmente efectivos contra el COVID-19.

Dar un nuevo propósito a esos fármacos como terapia contra el COVID-19 significaría "una probabilidad de llegar con éxito al mercado mucho más alta que desarrollar nuevos medicamentos y vacunas para el virus en específico, y una reducción significativa en el costo y el tiempo hasta que esté disponible en la clínica", escribieron los investigadores en la revista International Journal of Infectious Disease.

Glatt dijo que no se siente optimista respecto a que se encuentre pronto un antiviral que sea efectivo contra el coronavirus.

"Aunque se están haciendo muchos esfuerzos, dudo que consigamos un antiviral de inmediato para el tratamiento del COVID-19", indicó Glatt. "Quién sabe, pero no contaría con ello".

Del mismo modo, hay una vacuna contra la gripe, pero no habrá una vacuna disponible contra el coronavirus hasta dentro de un año, como pronto, según el Dr. Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE. UU.

Dado esto, la mejor prevención contra el coronavirus parece ser la misma que para el resfriado común, plantearon los expertos: lavarse las manos con frecuencia, evitar el contacto con las personas enfermas, cubrir la tos y los estornudos con el brazo para prevenir la contaminación de las manos, y quedarse en casa si enferma.

Las personas que tienen enfermedades crónicas deben asegurarse de que su enfermedad esté bajo control, para prevenir su riesgo de infección, añadió Javaid. Por ejemplo, las personas diabéticas deben asegurarse de que su diabetes esté bajo control.

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