Dime cuánto duermes y te diré cómo eres

Muchas personas aman levantarse temprano y aprovechar bien el día, son las que se van a dormir temprano, las “alondras” les llaman ahora los científicos. Otras, en cambio, adoran la vida nocturna y prefieren quedarse levantados hasta altas horas de la noche, son los “búhos”.

Ahora, un grupo de científicos de la Universidad de Barcelona, en España, decidió estudiar en profundidad las características de esos dos grandes grupos, y encontraron datos muy interesantes, por ejemplo, que los noctámbulos pueden tener más complicaciones cuando se trata de su bienestar general y de su rendimiento.

Dime cuánto duermes y te diré cómo eres
| Foto: THINKSTOCK

Una de las diferencias que hallaron es que las personas diurnas tienden a ser más persistentes. También son más resistentes a la fatiga, a la frustración y más fuertes frente a las dificultades, lo que a menudo se traduce en menores niveles de ansiedad y depresión, una mayor satisfacción con la vida y menos probabilidad de abuso de sustancias.

En cambio, la gente nocturna tiende a ser más extravagante, temperamental, impulsiva y propensa a la búsqueda de la novedad, con una mayor tendencia a explorar lo desconocido. Estas personas son más propensas a sufrir de insomnio y Trastorno de Déficit de Atención (TDAH). También parecen ser más proclives a desarrollar conductas adictivas, trastornos mentales y tendencias antisociales, e incluso intentan suicidarse con más frecuencia que los del otro grupo.

Pero no todo es malo para los noctámbulos: "las personas más creativas suelen ser las amantes de la noche" dijo Argelinda Baroni, de la NYU Langone Medical Center a CBS News.

Para llegar a esas conclusiones, los investigadores analizaron los estilos de vida y los rasgos de personalidad de 700 estudiantes universitarios (hombres y mujeres) entre 18 a 32 años.

El reloj circadiano

Las diferencias entre los noctámbulos y madrugadores podrían obedecer a dos posibles explicaciones, según los investigadores. Una de ellas es que los genes de las personas juegan un papel en la determinación de su ritmo circadiano, el reloj interno que regula el sueño y otros procesos fisiológicos.

La otra explicación posible se relaciona con el llamado "jet lag social", un término utilizado para describir la falta de sincronización que puede ocurrir entre el reloj biológico de una persona y la sociedad que los rodea, dijeron los investigadores.

"Las personas nocturnas son víctimas del “jet lag social”, es decir, tienen que desarrollar un patrón de conducta con el fin de adaptarse a la programación social, que tiende a orientarse hacia matutinidad", dijo Ana Adan, de la Universidad de Barcelona. “Y estas personas que luchan por adaptarse, pueden desarrollar síntomas de depresión y ansiedad” agregó.

Los científicos creen que los nuevos hallazgos podrían ser de utilidad para que los profesionales de la salud desarrollen nuevas y más precisas terapias para el tratamiento de trastornos en las personas con diferentes patrones de ritmo circadiano.

Pero…¿Se puede saber científicamente qué clase de ave eres? Sí. Científicos de la Universidad de Surrey, en Reino Unido, descubrieron en un estudio de 2013 que hay un gen llamado Período-3 que influye en la inclinación de tener vida nocturna o no. Y que hay dos versiones de este gen: una versión larga y una corta: los que tienen la versión larga son las alondras (diurnos) y los que poseen la versión corta son búhos (nocturnos).

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