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¿Cuándo dejarán los diabéticos estadounidenses de sufrir por los altos precios de la insulina?

LUNES, 14 de marzo de 2022 (HealthDay News) -- Katherine Stewart, que tiene 16 años, debe recibir de seis a 10 inyecciones de insulina al día para gestionar su diabetes tipo 1 de forma adecuada.

Su familia de Highland, Utah, paga 500 dólares al mes en gastos de desembolso por su insulina. Antes de llegar al deducible de su seguro, pagan el precio en efectivo de casi 2,000 dólares al mes.

¿Cuándo dejarán los diabéticos estadounidenses de sufrir por los altos precios de la insulina?

Ahora, Stewart se está preparando para volar del nido, y no sabe cómo podrá costearlo.

"La insulina es tan cara que es algo de lo que ya he comenzado a preocuparme", comentó el martes en una conferencia de prensa. "Si ya estoy intentando pagar la universidad y conseguir trabajo, ¿cómo se supone que consiga el dinero para también comprar insulina?".

Stewart añadió que "a mi edad, tener que preocuparme por esto parece como crecer demasiado pronto. No debería tener que preocuparme por esto".

Los legisladores, los diseñadores de políticas y los expertos en la atención de la salud de EE. UU. están de acuerdo. En los últimos meses, se han propuesto varias estrategias para controlar el costo desenfrenado de la insulina, pero todavía ninguno ha dado resultados.

La propuesta de más alto perfil es la promesa del Presidente Joe Biden, en su discurso del Estado de la Unión, de que luchará por una legislación que limite los copagos de la insulina a 35 dólares por mes.

Pero también se están explorando otros medios de reducir los precios de la insulina, lo que incluye un plan de una organización sin fines de lucro inconformista, Civica Rx, de comenzar a fabricar su propia insulina y venderla por 30 dólares por frasco o 55 dólares por cinco autoinyectores de insulina.

"El precio de la manufactura de la insulina no ha aumentado, y sin duda alguna no ha aumentado un 11 por ciento al año a lo largo de 20 años", señaló en la misma conferencia de prensa donde Stewart hizo sus declaraciones el presidente de la junta de Civica, Dan Liljenquist, quien también es director de estrategia de Intermountain Healthcare, con sede en Salt Lake City.

"Cuando fabriquemos la insulina, la vamos a llevar al mercado al precio de venta mayorista, que solo refleje lo cantidad que necesitamos para continuar fabricando. Eso es todo", añadió Liljenquist.

Este año se cumple un siglo de la salida de la insulina al mercado, tras ser descubierta por el cirujano canadiense Frederick Banting y su asistente y estudiante médico Charles Best, anotó Liljenquist.

"Banting y Best donaron su descubrimiento por 1 dólar a la Universidad de Toronto, con la expectativa de que la insulina fuera fácilmente asequible para todo el que sufriera de diabetes", enfatizó Liljenquist. "Literalmente fue un medicamento milagroso, y 100 años más tarde, dado el exorbitante precio de la insulina, pienso que tanto Banting como Best estarían decepcionados con el mercado de hoy en día".

Hay múltiples factores implicados

Los precios de la insulina han subido hasta los niveles actuales a través de una combinación de un mercado cautivo de pacientes de diabetes, un pequeño número de fabricantes en competencia, y una estructura de seguro en EE. UU. en que las compañías farmacéuticas hacen tratos con las aseguradoras para que sus productos tengan cobertura, apuntaron los expertos.

Las personas con diabetes tipo 1 necesitan insulina para sobrevivir, y las noticias están llenas de historias de pacientes cuya salud ha sufrido porque han usado menos dosis para hacer que su suministro dure.

"Uno de cada tres dólares que se gastan en medicamentos recetados en este país se gasta en una persona con diabetes, de forma que esta comunidad experimenta un impacto desproporcionado de los crecientes costos de los fármacos", dijo Lisa Murdock, directora de defensoría de la Asociación Americana de la Diabetes (American Diabetes Association).

"Las personas con diabetes que deben usar insulina están atrapadas de forma particular, y saltarse o racionar las dosis se convierte en una peligrosa realidad para 1 de cada 4 estadounidenses dependientes de la insulina", lamentó Murdock. "Tristemente, el número continuará aumentando si los costos de los pacientes siguen subiendo".

Como la insulina es un medicamento biológico, es mucho más difícil de fabricar que otros fármacos, lo que dificulta que lleguen genéricos al mercado, apuntó Juliette Cubanski, subdirectora del Programa de Políticas de Medicare de la Kaiser Family Foundation.

"En esencia hay tres fabricantes importantes de productos de insulina hoy en día, y compiten entre sí para que los pongan en los formularios, es decir, la lista de medicamentos que las aseguradoras cubren", aclaró. "Y la forma en que compiten para su ubicación en esos formularios es al ofrecer unos descuentos muy grandes en los precios de los medicamentos".

Los reembolsos y los descuentos negociados pueden reducir el precio alto de lista de la insulina en hasta un 60 por ciento, apuntó Cubanski.

"Estos descuentos son tan grandes porque los fabricantes quieren ser atractivos para las aseguradoras cuando tomen decisiones sobre cuáles productos de insulina cubrir y cuáles no incluir en sus formularios", explicó Cubanski. "En el proceso de esta negociación, los precios de la lista han estado subiendo cada vez más, y los descuentos o reembolsos han estado creciendo cada vez más".

La conclusión es que "esto hace que las personas que no tienen seguro o a las personas que pagan un porcentaje del precio de la lista tengan que enfrentarse a unos costos de desembolso cada vez mayores, porque si no tiene seguro, no puede beneficiarse de esos descuentos, o si paga un porcentaje del precio de la lista, entonces la cantidad que paga de desembolso aumenta a medida que el precio de la lista del medicamento aumenta para las personas", continuó Cubanski.

Liljenquist se mostró de acuerdo, pero en términos más francos.

"Hay 10 medicamentos que generan un juego de reembolsos de casi 100 mil millones de dólares en fármacos. El número 1 es Humira, pero el número 2 y el número 3 son las insulinas de acción rápida y de acción prolongada", apuntó Liljenquist. "Los diabéticos pagan mucho más de lo que deberían en la farmacia. Entonces, ese dinero se reparte entre muchas personas que forman parte de la infraestructura".

Un límite para los copagos de la insulina

Biden está presionando por una legislación que limite los copagos por la insulina a 35 dólares, como parte de un plan general para reducir los costos de los medicamentos recetados.

"Es seguro afirmar que todos podemos concurrir en que los medicamentos recetados son excesivamente caros en este país", señaló Biden la semana pasada. "Estoy comprometido a usar todas las herramientas que pueda para reducir los costos de los medicamentos recetados para los estadounidenses, al mismo tiempo que las compañías farmacéuticas obtienen un dividendo justo por su inversión".

Esta legislación no ha sido muy popular en la industria farmacéutica.

En una declaración del 7 de marzo, Stephen Ubl, director del grupo de presión de la industria Pharmaceutical Research and Manufacturers of America, dijo que "un proyecto de ley nocivo conseguido a través de un proceso partisano no ofrecerá un alivio significativo a los pacientes que tienen dificultades para costear sus medicamentos".

Pero una encuesta realizada por la Kaiser Family Foundation en octubre encontró que más de 8 de cada 10 estadounidenses favorecen permitir que Medicare negocie los precios, incluyendo un 95 por ciento de los demócratas, un 82 por ciento de los independientes y un 71 por ciento de los republicanos, reportó Associated Press.

Los demócratas del Senado intentan reunir respaldo para la medida, y los expertos sienten optimismo de que los precios de la insulina son un tema que también podría contar con el respaldo de los republicanos.

"Tenemos la esperanza de que el Senado actúe incluso ya este mismo mes, y de que incluso más miembros del Congreso puedan superar esos momentos de un desafortunado partidismo y reconocer este tema, y que la urgencia de promulgar un límite nacional de los copagos trascienda a las tensiones en la política de Washington", enfatizó Murdock.

Anotó que los republicanos han respaldado unos límites en los copagos de insulina en el pasado, lo que incluía propuestas para convertir en permanente un proyecto de demostración que limita el costo compartido de la insulina a 35 dólares para los adultos mayores participantes.

"Debería haber un camino bipartito para limitar los costos de desembolso de los estadounidenses con diabetes, independientemente del tipo de seguro que tengan", planteó Murdock.

Pero la legislación solo ayudaría a las personas con seguro, lo que dejaría desamparados a muchos diabéticos que carecen de seguro, lamentó Cubanski.

"Entonces, ahora la gran pregunta es qué pueden hacer los legisladores para resolver los problemas de asequibilidad de las personas que no tienen un seguro de salud", dijo.

Los fabricantes de medicamentos responden

Ante la presión de los legisladores y el público, las compañías farmacéuticas han intentado reducir los costos para algunas personas al producir sus propias marcas de insulina genérica, y al ofrecer descuentos directos al consumidor.

"Han comenzado a fabricar estos supuestos genéricos 'autorizados', que son en esencia réplicas exactas de los productos de insulina de marca, que se pueden vender con un nombre distinto y a un precio más bajo", apuntó Cubanski. "Comenzaron a mandar unos productos algo menos caros al mercado. Intentaron establecer programas que las personas pueden solicitar para limitar sus costos mensuales a una cierta cantidad".

Pero Cubanski no está segura de qué tan populares son estas alternativas entre las personas con diabetes.

"Las personas que utilizan insulina que están en un régimen bien establecido podrían ser renuentes a cambiar de un producto a otro", explicó.

Un punto de inflexión real podría ser Civica Rx, que anunció hace poco su plan de fabricar versiones genéricas de los tres principales productos de insulina y venderlos a precios de mayorista.

La organización sin fines de lucro está construyendo un centro de fabricación de 140,000 pies cuadrados (unos 13,000 metros cuadrados) en Virginia, y planifica iniciar ensayos clínicos de sus productos a finales de año como parte del proceso de obtención de licencia de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU., comentó Liljenquist.

"Prevemos que la insulina de Civica esté en el mercado incluso ya en 2024", dijo.

Civica planifica que el precio de su insulina sea completamente transparente, e incluso imprimirá su precio recomendado en los paquetes del producto, aclaró Liljenquist.

"Cuando entremos al mercado detallista, haremos algo que ninguna otra compañía farmacéutica jamás ha hecho: publicar en nuestro paquete cuál debe ser el precio justo", señaló. "Igual que un fabricante sugiere el precio de venta de un libro, haremos lo mismo con la insulina".

La compañía espera que esta transparencia recalibre el precio del mercado, apuntó Liljenquist.

Esto sería una tremenda ayuda para las familias que pagan ahora más por la insulina que por la hipoteca, aseguró Brandi Stewart, la mamá de Katherine y defensora de la diabetes.

"Literalmente hay personas que mueren en nuestro país porque no pueden permitirse el medicamento que necesitan para mantenerse con vida", añadió Brandi Stewart en la conferencia de prensa del martes. "Las personas no pueden permitirse un fármaco que da y sostiene la vida".

Más información

Intermountain Healthcare ofrece más información sobre el plan de Civica Rx de fabricar insulina.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Juliette Cubanski, PhD, deputy director, Kaiser Family Foundation, Program on Medicare Policies, San Francisco; Lisa Murdock, chief advocacy officer, American Diabetes Association, Arlington, Va.; Dan Liljenquist, board chair, Civica Rx, and senior vice president and chief strategy officer, Intermountain Healthcare, Salt Lake City; Brandi and Katherine Stewart, Highland, Utah

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