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Cómo el divorcio afecta a los niños, y cómo reducir el daño

MARTES, 19 de enero de 2021 (HealthDay News) -- Los niños que ven a sus padres discutir durante una separación o un divorcio son más propensos a desarrollar miedo al abandono, advierte una investigación reciente.

E incluso si un niño siente un vínculo estrecho con uno o ambos padres, ese miedo de cualquier forma puede socavar a su salud mental en un futuro.

Cómo el divorcio afecta a los niños, y cómo reducir el daño

Los hallazgos provienen de entrevistas con unos 560 niños y adolescentes de 9 a 18 años. También se entrevistó a los padres y a los maestros.

Primero, los entrevistadores preguntaron a los niños por la frecuencia y la intensidad del conflicto entre sus padres. Entonces, les preguntaron a los niños con qué frecuencia se sentían atrapados entre dos fuegos, por ejemplo, si uno de los padres les pedía que le llevara un mensaje al otro. Por último, los investigadores deseaban saber si los padres decían cosas malas el uno del otro.

"Encontramos que la exposición al conflicto predecía el miedo de los niños a que uno o ambos padres los abandonaran", señaló la autora principal, Karey O'Hara, profesora asistente de investigación en psicología de la Universidad Estatal de Arizona, en Tempe. "A su vez, los niños que reportaron un mayor miedo al abandono fueron más propensos a reportar más problemas de la salud mental 11 meses después", según entrevistas tanto con los niños como son sus maestros.

Esos problemas incluyeron sentimientos no expresados de angustia psicológica y/o unos sentimientos generales de ansiedad o miedo.

O'Hara dijo que esto fue más de lo previsto, dada la salud mental de los participantes cuando se inició el estudio. Y tener una buena relación con el padre o la madre no protegió a los niños del miedo al abandono ante un conflicto importante, añadió.

Los jóvenes participantes (con una edad promedio de 12 años) se habían inscrito en un programa postdivorcio entre 2012 y 2015.

El equipo de O'Hara encontró que el vínculo entre el conflicto de los padres y el miedo al abandono fue evidente independientemente de la edad del niño, aunque fue más prevalente entre los más pequeños.

La evaluación duró 11 meses, así que no está claro cuánto tiempo podrían persistir las ramificaciones psicológicas.

Pero ya está claro, según O'Hara, que simplemente ser un buen padre no pareció proteger a los niños del impacto de la exposición al conflicto entre los padres.

"Para nosotros, ese fue el hallazgo más sorprendente", dijo. "Una buena crianza es un factor protector muy fuerte y potente para todos los niños, sobre todo después de una separación o divorcio. Pero según investigaciones anteriores, sabemos que el efecto protector de una buena crianza es complicado en las familias separadas/divorciadas".

O'Hara añadió que es posible que "aunque una buena crianza proteja, tal vez no sea suficiente para cancelar los efectos negativos del conflicto".

Pero los padres pueden hacer algo al respecto: simplemente, no discuta ni pelee frente a los niños, instó O'Hara.

"Pueden pensar al respecto como un escudo que protege a sus hijos del conflicto. Una estrategia sería recordarse (tal vez mediante una nota adhesiva o un recordatorio en el teléfono) de poner el escudo siempre que estén cerca del otro padre y haya probabilidades de un conflicto", sugirió O'Hara. "Y pueden tener un cuidado adicional de no decir cosas que hagan que sus hijos se sientan atrapados entre dos fuegos, como que tienen que elegir un bando".

En otras palabras, no hable mal del otro padre, y no pida al niño que espíe o que lleve mensajes, anotó.

"También es importante que los padres se aseguren de que sus hijos sepan que aunque estén separados o divorciados, seguirán cuidándolos, para calmar cualquier miedo al abandono que el niño pueda tener", enfatizó O'Hara.

Los hallazgos no sorprendieron a la Dra. Anne Glowinski, directora de educación y entrenamiento en psiquiatría infantil y adolescente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, en St. Louis.

Describió a los hallazgos como "muy sólidos", y anotó que "casi todo el impacto negativo del divorcio se puede atribuir al conflicto con el excónyuge".

Glowinski dijo que los padres deben saber que una buena crianza tras el divorcio significa admitir sus contribuciones al conflicto, y buscar ayuda si no pueden controlar y mitigar el conflicto por su cuenta.

"La forma comprobada de reducir el conflicto es practicar la comunicación no violenta", añadió.

Los hallazgos se publicaron en la edición en línea del 12 de enero de la revista Child Development.

Más información

Aprenda más sobre la salud mental y el divorcio en la Alianza Nacional sobre Enfermedades Mentales (National Alliance on Mental Illness).

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Karey O'Hara, PhD, assistant research professor, psychology, Arizona State University, Tempe; Anne Glowinski, MD, MPE, professor child psychiatry, director, Child and Adolescent Psychiatry Education and Training, and associate director, William Greenleaf Eliot Division of Child Psychiatry, Washington University School of Medicine in St. Louis; Child Development, Jan. 12, 2021, online

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