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Algunos adultos mayores LGBTQ que ingresan a un hogar de ancianos vuelven al 'armario'

MARTES, 10 de agosto de 2021 (HealthDay News) -- La generación de Stonewall está llegando a la vejez, y un nuevo estudio encuentra que muchos adultos mayores LGBTQ+ tienen miedo a que los prejuicios del personal y de sus compañeros de residencia en los hogares de ancianos los dejen vulnerables a la continuación de los malentendidos, el estigma y la discriminación.

De hecho, "los mayores LGBTQ+ con frecuencia sienten la necesidad de volver al armario debido a estos miedos genuinos" de sufrir maltratos, señaló Tim Johnston, director sénior de proyectos nacionales de SAGE. SAGE es la mayor y más antigua organización de defensoría y servicios enfocada en los adultos mayores LGBTQ+.

Algunos adultos mayores LGBTQ que ingresan a un hogar de ancianos vuelven al 'armario'

Una nueva revisión de 20 estudios recientes sobre el tema, realizados entre 2000 y 2019, brilla una nueva luz sobre el tema. Todos los estudios se enfocaron en miembros mayores de la comunidad LGBTQ+ a medida que hicieron la transición a ámbitos de atención a largo plazo.

Los hallazgos principales fueron que, con frecuencia, el personal de los hogares de ancianos no conocían la historia, los problemas y el estigma específicos a los que se enfrentan los estadounidenses gais, y que en general los centros carecían de planes de atención diseñados para garantizar su seguridad.

Lo que los hogares de ancianos carecen, señaló la autora de la revisión, Katherine Fasullo, es una apreciación significativa del legado y el contexto de la vida gay en el siglo XX.

"Los adultos mayores LGBTQ son ahora la primera generación que 'salió' del armario", explicó Fasullo, gerente de operaciones clínicas del Colegio de Enfermería de la Universidad de Rush, en Chicago. "Pasaron por los disturbios de Stonewall, y fueron la primera generación que pudo vivir de forma abierta en nuestra sociedad. A pesar de esto, sufrieron mucho trauma y discriminación, incluso en los ambientes de atención de la salud".

Durante la etapa temprana de sus vidas, la homosexualidad todavía era considerada como un diagnóstico de un trastorno de salud mental en el manual diagnóstico de la Asociación Americana de Psiquiatría (American Psychiatric Association). Esta designación se eliminó tan solo en 1973.

"[Y] aunque la aceptación de los individuos LGBTQ ha mejorado con el tiempo, los adultos mayores LGBTQ traen con ellos estas experiencias vividas cuando ingresan en ambientes de atención a largo plazo. Los obliga a vigilar su ambiente de forma constante para asegurarse de que sea seguro", anotó Fasullo.

La orientación sexual se pasa por alto

Fasullo y sus colaboradores encontraron que la mayoría de los centros de atención a largo plazo ni siquiera consideran las ramificaciones de este legado de discriminación. Esto aumenta el riesgo de que los mayores gais asustados vuelvan al armario si no hay un esfuerzo para promover la aceptación en un ambiente nuevo y desconocido.

"Sabemos que los ambientes de atención a largo plazo con frecuencia dan por sentado que los adultos mayores son heterosexuales y cisgénero [cuando la personalidad y el sentido de género se corresponden con el sexo de nacimiento], y pasan por alto la existencia de los individuos LGBTQ", lamentó Fasullo. "Hay una falta de entrenamiento tanto en la educación en la atención de la salud como en los ambientes de atención a largo plazo respecto a cómo afirmar las identidades de los adultos mayores LGBTQ. Las políticas que protegen a esta comunidad varían según el estado o país donde estén".

Johnston, de SAGE, no participó en el estudio. Pero enfatizó que "en SAGE sabemos de primera mano que a los mayores LGBTQ+ les preocupa ingresar en cualquier tipo de comunidad de atención a largo plazo o ambiente de vivienda grupal. Las historias anecdóticas lo han ilustrado una y otra vez, pero la investigación también lo respalda".

Como punto de referencia, Johnston resaltó un informe de AARP que se publicó en 2018, en que se preguntó a los mayores gais si les preocupaba tener que ocultar su identidad LGBT para acceder a una vivienda adecuada en la vejez. Según el informe, "un 34 por ciento de todos los encuestados LGBT reportaron que estaban al menos algo preocupados, al igual que la mitad [un 54 por ciento] de los participantes transgénero y de género expansivo [los que expanden las ideas sobre la expresión de género]", aseguró Johnson.

Y cuando hay maltrato, puede ocurrir de varias formas, apuntó.

Puede "ser una discriminación evidente, por ejemplo negarles servicios o usar el género erróneo constantemente con los residentes [no hablarles según el género con el que se identifican, por ejemplo los pronombres], o más insidiosa, por ejemplo, discretamente no incluir a un mayor LGBTQ+ en un programa, o no creerle a un mayor LGBTQ+ cuando informa un acoso físico o verbal".

¿Qué puede hacerse? El equipo de Fasullo afirma que es importante reconocer y llegar a los mayores gais como individuos con necesidades únicas, al mismo tiempo que también los ayudan a encontrar pares con quienes tengan cosas en común en un ambiente seguro.

El entrenamiento del personal es clave

Con ese fin, Farsullo apuntó a dos medidas clave que los hogares de ancianos pueden adoptar.

Una es "que los ambientes de atención de la salud normalicen hacer preguntas sobre la orientación sexual y la identidad de género de todos los residentes, y que actualicen sus formularios y políticas para asegurar que estén tomando en cuenta a todos los residentes", señaló.

La segunda es instaurar unas nuevas sesiones de entrenamiento para el personal que impliquen un contacto directo con los mayores LGBTQ+.

Dado que en 2030 en Estados Unidos habrá un estimado de 7 millones de adultos LGBTQ+ mayores de 50 años, "hay que resolver estos temas ahora", comentó Johnston.

SAGE está en una posición ideal para ayudar, a través de un programa llamado SAGECare, aseguró Johnston.

"SAGECare es nuestro programa de acreditación en competencia cultural LGBTQ+ para los proveedores de atención a largo plazo y cualquier otro que trabaje con personas mayores", explicó Johnston, en el que ya se ha entrenado a 125,000 miembros del personal de 604 organizaciones acreditadas por SAGECare en 48 estados.

El personal de los hogares de ancianos y los mayores LGBTQ+ también puede acceder a información y recursos útiles sobre los derechos y las mejores prácticas a través del Centro Nacional de Recursos Sobre el Envejecimiento en Personas LGBT de EE. UU., añadió Johnston.

Y "también animamos a las personas a que actúen para respaldar la Ley de Igualdad [Equality Act]", añade Johnston, "lo que actualizaría las protecciones federales contra la discriminación [en EE. UU.] y mejoraría las vidas de los mayores LGBTQ+ de todo el país".

Fasullo y sus colaboradores reportaron sus hallazgos en una edición reciente de la revista Clinical Gerontologist.

Más información

SAGE ofrece más formas de mejorar la atención a largo plazo para los mayores gais.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Katherine Fasullo, BSN, RN, registered nurse manager, clinical operations, Rush University College of Nursing, Chicago; Tim Johnston, PhD, senior director, national projects, SAGE; Clinical Gerontologist, July 8, 2021

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