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Ser preciosa tiene su precio

Vogue no la quiere en su tapa. La noticia, publicada en NYDaily News, dio la vuelta al mundo y fue reproducida en todos los idiomas: alguien del equipo de la famosa editora Anna Wintour, que inspiró al taquillero film “El diablo viste a la moda”, habría propuesto a Gabourey Sidibe, la protagonista de “Precious”,  para la portada de Vogue, pero Wintour se habría negado.
Lejos de enojarse, “Gabby” Sidibe, que fue nominada al Oscar por Mejor Actriz está sorprendida: “Es raro porque yo nunca pedí estar en Vogue. No es mi tipo de revista. Me pregunto porqué me prohíben algo por lo que jamás demostré interés. Es extraño”, explica en su página de Facebook, donde tiene más de 17.000 fans. Ellos, sus fans, fueron los primeros en poner el grito en el cielo. Algunos incluso decidieron dar de baja la suscripción mensual a la revista Vogue: “Envié mis quejas a Vogue y a Conde Nast y todos hicieron lo mismo. Les escribimos que decidimos no renovar la suscripción debido al reporte que vimos en la TV que decía que Anna Wintour había expresado que no quería tener a Gabourey Sidibe en su portada”, escribió Ricky Smith, un fan muy informado y reflexivo que se sumó al grupo de debate “¡¿Gabourey es muy gorda para Vogue?!”
Sin embargo, parece que no todos los que trabajan para Vogue piensan lo mismo. En junio de 2009, el fotógrafo Bruce Webber la fotografió para Vogue Alemania. Como la modelo Heidi Klum estaba en el mismo lugar, le preguntó si tenía ganas de sacarse unas fotos con Gabourey. El resultado es una serie de fotos en blanco y negro, donde prevalecen la actitud y la energía de las dos mujeres, más allá de su contextura física.

La belleza real
Cariñosa y de perfil bajo, Gabourey Sidibe se preguntó en más de una oportunidad si las personas como ella eran buenas candidatas a ganar un Oscar: “Me pregunto si las chicas como yo ganan Oscars. Bueno, supongo que si no, al menos podré saber que las chicas como yo son invitadas a The view”, el programa de entrevistas de la cadena ABC, comentó a sus fans cuando todavía faltaban unos días para desfilar por la alfombra roja. 
Finalmente, llegó el día y la actriz de 26 años deslumbró a todos sus seguidores con un vestido azul de Marchesa, decorado con flores bordadas con diamantes y joyas de Lorraine Schwartz. Dos días antes se había hecho su última prueba del vestido: “Es tan lindo, lo adoro. Me siento tan linda con este vestido. No puedo esperar lucirlo en la Noche de los Oscar. ¡Soy muy afortunada de poder vestir lo que quiero!”.
Sin aires de divismo, la joven actriz está convencida de que la belleza no viene solamente en envases chicos, sino en el envase que le haya tocado a cada uno. Tal vez sea por eso que se define como “una chica normal, intentando hacer cosas anormales”.

Ser preciosa tiene su precio

Foto: www.justjared.buzznet.com

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